La nueva amenaza de la ‘subocupación’ laboral juvenil
Según los últimos datos del paro registrado, el desempleo entre los menores de 25 años ha vuelto a caer entre los castellano-manchegos menores de 25 años. Con ello, se recuperan ligeramente los preocupantes datos derivados de la crisis económica y que ha derivado en un exilio laboral de jóvenes que se van de la comunidad, pero siguen dándose fenómenos que alertan sobre la precariedad de los empleos creados. Así lo reflejo el último estudio del Observatorio de la Emancipación, dependiente del Consejo de la Juventud de España (CJE) y correspondiente al segundo semestre de 2015.
En este estudio se explica que la evolución anual de las cifras globales de empleo de las personas jóvenes de Castilla -La Mancha ha sido positiva, con una “intensa” reducción del desempleo entre la población de 16 a 29 años. Pero añade que el aumento del empleo entre la población joven se ha traducido en un incremento de la ‘subocupación’ por insuficiencia de horas, contrarios precarios y temporalidad.
Así, en el último año, el número de personas jóvenes subocupadas por insuficiencia de horas laborales en Castilla - La Mancha ha aumentado un 14,99%. En la actualidad, una de cada cuatro personas ocupadas de menos de 30 años en la comunidad tiene una jornada laboral insuficiente en relación a la que desearía desempeñar y tendría disposición de asumir, lo que representa el tercer porcentaje más abultado de los registrados por comunidades. Las personas ocupadas con edades comprendidas entre 16 y 29 años son las que presentan una mayor subocupación: 3 de cada 10 personas ocupadas de esta franja de edad están en esa situación, seguidas del colectivo de mujeres jóvenes con un porcentaje de subocupación del 28,1%.
Una “frágil independencia económica”
Por eso destaca la “frágil independencia económica” de los jóvenes castellano-manchegos, que viene determinada por 67,1% de personas que no tiene salario y un nivel adquisitivo de las personas jóvenes asalariadas y los hogares jóvenes inferior a la media de España. Concretamente, en 2014, el 49,1% del espectro juvenil de la comunidad autónoma estaba en riesgo de exclusión social, lo que representa la tercera tasa de pobreza de las registradas en España.
El factor positivo es que el mercado inmobiliario de la comunidad presenta unos costes de acceso muy inferiores a la media de todas las autonomías, lo que permite que los hogares compuestos por jóvenes puedan acceder a la compra o alquiler de una vivienda libre sin dedicar más del 30% de sus ingresos a sufragar la renta de alquiler o cuota hipotecaria.
Con todo ello, en el cuarto trimestre de 2015, Castilla-La Mancha presenta una tasa de emancipación residencial entre la población joven de 16 a 29 años, del 19,1%, ligeramente inferior a la media de España, tras haber experimentado un fuerte retroceso anual entre la población joven de la comunidad.
Nivel de estudios y condiciones laborales
El análisis de la emancipación residencial de la población joven por nivel de estudios revela también que en esta región son las personas de 16 a 29 años con estudios primarios completos o sin estudios las que presentan la tasa de emancipación significativamente más alta de la comunidad. Mientras que la población joven con mayor nivel formativo mantiene una tasa de emancipación muy similar y cercana al 17%, el 33,7% de la población joven con estudios primarios o sin estudios está emancipada.
En el informe se constata también una mejoría de las condiciones laborales de la población joven asalariada en relación a la considerable disminución de la sobrecualificación en el empleo y la temporalidad laboral. Mientras, la capacidad adquisitiva de los hogares jóvenes y de las personas jóvenes de la comunidad es una de las más bajas de España .
Pese a estos datos y a que el mercado inmobiliario de Castilla-La Mancha es más permeable en precios, el Observatorio destaca que con el sueldo de las personas asalariadas de menos de 30 años, emprender la emancipación residencial en solitario, hoy por hoy, representaría asumir un nivel de endeudamiento excesivo; del 44,6% del salario en el caso de alquiler y del 39,0% en el de compra de vivienda.