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La poesía como muestrario de obsesiones en ‘El guardián de la voz’, de Federico de Arce

Federico de Arce

Culturas de Castilla-La Mancha

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Se considera a sí mismo un “poeta chino en español”. Su voz poética emana desde lo alto de su memoria con una clara influencia oriental que ha sabido amoldarse durante décadas a los pliegues del mundo occidental. Así resurgen de nuevo los versos del poeta, ensayista, profesor y pensador Federico de Arce, que publica con la editorial Gato Encerrado su nuevo poemario, ‘El guardián de la voz’. Patrimonio humanístico de Toledo, De Arce compila en esta “no-antología” la síntesis de todas las preocupaciones y temas recurrentes de su obra, revistiéndolas con sus heterogéneas influencias, entre las cuales destacan Machado, Kafka, Lorca, Spinoza, Homero, Nietzsche, Zhuang Zi y Basho. Presentará su nuevo libro en el Círculo de Arte de Toledo el miércoles 20 octubre a las 20.00 horas.

De origen murciano, pero afincado en Toledo desde hace décadas, este poeta inclasificable define su nuevo libro como un “muestrario de obsesiones” mediante poemas inéditos repletos de inquietudes y que el autor sigue escribiendo a mano, en libretas escolares, como cuando era niño. Afirma que ni siquiera crea versos, sino “textos como mandalas, sin principio ni final”, con una “circularidad de la que no sé cómo salir”. 

Su título procede del Génesis de La Biblia, cuando después de matar a Abel, Caín cree escuchar una voz que le pregunta dónde está su hermano, a lo que responde que no lo sabe. Y pregunta: “¿Soy acaso el guardián de mi hermano?”. A partir de ese momento, Federico de Arce transita por la interpretación filosófica de la identidad del hombre, desde Spinoza hasta Rimbaud y los maestros taoístas chinos. Para el poeta, la voz no dice, sino que “se dice en nosotros”, por lo que “todos somos el guardián de la voz”.

Juegan los miedos y la memoria un papel decisivo en la temática de su nuevo poemario. Las enfermedades de su familia le han hecho trabajar contra el olvido en varios libros y ahora más que nunca muestra su miedo a la afasia, a la demencia y a la muerte. “Pienso demasiado en la muerte. No soy un hombre libre”, reconoce. También camina de la mano de su profundo misticismo, en un bucle existencial o camino sin retorno, donde vuelve a mostrar una “religiosidad sin fe alguna, ni esperanza personal”.

Cuenta Federico de Arce que Machado y el Tao Te King son las dos lecturas que más le han marcado, un “deslumbramiento” que llega hasta el día de hoy y que sigue saliendo de sus manuscritos mientras cultiva su huerto en Toledo. Es el micromundo en el cual, junto con la meditación, ha conseguido recorrer los misterios del lenguaje y la comunicación. No para encontrar ningún tesoro, sino para “limitarme a obedecer”.

“Soy un escriba, alguien que escribe al dictado de la Voz, sin que sepa qué es. Aunque tenga que ir buscando por aquí y por allá las palabras, porque se me revelan imágenes, escribo al oído. Nada sé, balbuceo”. De hecho, también recalca que se considera un “escritor chiquitito, un Jonás que preferiría no escribir”. “Me siento un epígono de mis maestros, con los que camino a diario de la mano”.

Sobre el autor

Federico de Arce nació en Cieza (Murcia) el 16 de abril 1968, y es profesor de literatura en el instituto Sefarad de Toledo. Escribe en su nombre, pero también en la persona de sus heterónimos, entre los que destacan Ismael Alcayna, José Luis de la Bodega, Anna y Hans Schliemann, Abraham Abravanel, y el poetachino HuZi, a quien considera su maestro.

Ha publicado los poemarios ‘En casa de huéspedes’, ‘Miel de Brujas’, ‘Aguas arriba de mi madre’, ‘Un mal español’, ‘Jugando a las casitas con Emily Dickinson’, y las novelas ‘¿Por qué no hay una Hofbräuhaus en Toledo?’, ‘La voz de El Shaday’ y ‘La vieja’.

Sobre la editorial

La Editorial Gato Encerrado nació hace cinco años con el objetivo de editar libros de poesía sin ataduras ni intereses. Es un proyecto abierto entre Toledo y Madrid. Su creación no se puede entender sin el contexto en el que surge, bajo una sinergia cultural en torno a la colaboración con los espacios socioculturales Urbana 6 y Matadero Lab, y con el Festival Internacional de Poesía Voix Vives de Toledo.

Hasta el momento, Gato Encerrado ha publicado ‘En casa, caracol, tienes la tumba’, de Alicia Es. Martínez; ‘El falso llano’, de Óscar Aguado; ‘Números inexactos’, de María Jesús Silva; ‘Cartografía de un abandono’, de Paloma Camacho Arístegui; ‘De pájaro y muertes’, de Vanessa Jiménez; ‘La esperanza o el cuerpo’, de Javier Manzano Fijó; ‘Pero lo nuestro es cantar’, de Carlos Ávila (disco-libro); y ‘El baile de los girasoles’ de Laura Carrillo Palacios. 

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