Las calles de Puertollano recuerdan a sus nueve ciudadanos que sufrieron el horror de los campos de concentración
Nueve puertollanenses fueron víctimas del dolor durante el Holocausto en los campos de concentración nazis. Y nueve son los nombres que se recuerdan a partir de este lunes a los pies del antiguo edificio consistorial, hoy Museo Cristina García Rodero. Así los ha querido homenajear el Ayuntamiento con la colocación de unos adoquines conmemorativos coincidiendo con el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz.
Los familiares de Jerónimo Dominguez Navarro, asesinado el 25 de diciembre de 1941, fueron los primeros en llevar su nombre en las manos, a los que siguió el recuerdo de otros puertollaneros que sufrieron el horror del campo de concentración austriaco de Mauthausen-Gusen: Canuto Rodríguez López, Onésimo Giménez Rodríguez, Francisco López Rodríguez, Andrés Rodríguez Molina, Gregorio Cantón Vieco, Francisco Escobar Ramírez, Santos González Barreda y Antonio Rosas Sánchez. Tomás Ballesteros fue el encargado de dar lectura a los nombres, tras trabajar en su recuperación histórica.
Como recordó el concejal y portavoz de Izquierda Unida, Jesús Manchón, de esta manera se da cumplimiento a la sesión plenaria de 31 de enero del pasado año en reconocimiento a las víctimas del Holocausto, de las que 102 fueron de nuestra provincia y una veintena de la comarca. Tres puertollanenses, Jerónimo, Canuto y Onésimo fueron asesinados en 1941 y 1942, y seis más alcanzaron la libertad, “pero no en su tierra, a la que nunca pudieron volver”.
La alcaldesa, Isabel Rodríguez, afirmó que aquel exterminio fue “quizás el mayor fracaso colectivo de la humanidad” y “nos debe hacer reflexionar para extraer una única conclusión positiva, la del aprendizaje y defensa de los valores de concordia, convivencia, paz y tolerancia. Por eso, el reconocimiento a los hombres que ”lucharon por la libertad y la justicia. “Y lo haremos con estos humildes adoquines ”Para que sus nombres no se borren de la historia“, recalcó.
La alcaldesa aseguró que esta forma de lucha, sus penurias y muerte no fueron en vano, que ya no están en el olvido, “ahora son memoria democrática viva, son la muestra del compromiso de la ciudadanía de Puertollano con el respeto a la vida y la dignidad humana y la adhesión a los valores de justicia, democracia y derechos humanos como guía de la convivencia social”.
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