Rehabitar el espacio rural: la arquitectura tradicional como motor de cambio

La despoblación del mundo rural y las nuevas formas de habitarlo es un tema que viene generando debate desde hace tiempo y que ha tomado especial relevancia con la situación de los últimos meses. “Las nuevas tecnologías son necesarias para posibilitar la vida y el trabajo a distancia en zonas donde las comunicaciones resultan dificultosas, al igual que unos espacios de vivienda acordes con las exigencias de confort actuales”. Así lo asegura el profesor Francisco Javier Castilla Pascual, codirector de un curso de verano de la Universidad de Castilla-La Mancha que abordará este asunto. 

Bajo el título ‘Rehabitar el espacio rural: la arquitectura tradicional como motor de cambio’, este curso pretende profundizar en la percepción del patrimonio arquitectónico y la construcción tradicional como elemento vertebrador del paisaje cultural del medio rural desde la traba interdisciplinar y el contacto directo con la realidad. Asimismo se pretende trasladar una vez más el ámbito formativo más allá de los campus universitarios urbanos y acercarlo de este modo a los propios agentes involucrados en su desarrollo.

“Creemos que buscar un nuevo uso adaptando este tipo de arquitectura a estas necesidades es una forma de dar un valor añadido a ese nuevo modo de habitar”, señala Castilla Pascual. Aunque el curso está dirigido e impartido principalmente por profesionales del sector de la arquitectura y la construcción no se trata de un curso técnico y se pretende que los conocimientos sean asequibles para todo el público interesado. El curso puede resultar especialmente atractivo para estudiantes de esta rama del conocimiento, pero esperan que participen cualquier tipo de personas interesados en el tema.

“La idea surgió hace cinco años con un curso similar del que se realizaron tres ediciones entre 2015 y 2017. Mi compañero, codirector del curso y también arquitecto, Javier Bernalte inició un taller con estudiantes de la escuela de arquitectura al que posteriormente decidimos dar este formato de curso de verano, en aquel caso apoyado por el Ayuntamiento de Tomelloso y centrado en el paisaje manchego de los bombos”, explica el profesor. 

Arquitectura tradicional 

La arquitectura tradicional es aquella que se caracteriza, según el codirector del curso, por responder con los medios y recursos locales a las necesidades de adaptación al entorno propio de cada lugar y cuyas formas y saber hacer se ha trasmitido generalmente de generación en generación a lo largo del tiempo. “Con el desarrollo industrial y de las comunicaciones esta arquitectura ha dejado de ser característica en muchos lugares, y en otros ha desaparecido completamente fruto de la globalización, como en tantos otros sectores”. 

Además, asegura que a menudo se encuentran numerosas dificultades para adaptar este tipo de arquitectura a las necesidades de hoy en día. Pero en muchos lugares aun resulta un reclamo turístico y a menudo la gente valora las bondades de confort y bienestar de la construcción de este tipo de arquitectura. “Por ello pretendemos ilustrar algunas iniciativas que puedan servir de inspiración para mantener y/o recuperar este patrimonio”. 

El curso se celebrará el 2 y 3 de octubre en Molinicos, en la provincia de Albacete. “En Molinicos se ha generado un movimiento por parte de un colectivo (Resilencio) con esta misma idea y nos pareció una buena sinergia y una forma de apoyar también la iniciativa. Además, desde el principio el Ayuntamiento, a través de su alcaldesa, Dolores Serrano, nos ha mostrado todo tipo de facilidades para la realización del mismo en la localidad”. 

“Dentro de un mundo tan tecnificado donde gran parte de nuestra vida se realiza en entornos virtuales y en el medio urbano, es una buena ocasión para reflexionar sobre estos temas en un entorno propicio para ello. Además el municipio y la zona esconden numerosos encantos turísticos que merece la pena aprovechar para visitar”, asegura. Por ello, para conseguir la revitalización del mundo rural en la región apuesta por  dotar de las tecnologías de comunicación adecuadas a todos los espacios habitables y fomentar con ayudas su uso y su recuperación.