Cancelaciones, aplazamientos e incertidumbre: el verano negro de los festivales de música en Castilla y León por el coronavirus
En España se celebran alrededor de 18 festivales de música por semana, la mayoría en la época estival. La industria de música en vivo acumula un lustro de crecimiento ininterrumpido, y alcanzó en 2019 su récord de facturación: 382 millones de euros, un 14% más que en 2018, según el informe los Festivales de Música en España realizado de OBS Business School. La tendencia se va a frenar en seco este año por el coronavirus.
Castilla y León no es ajena a este crecimiento como tampoco a las cancelaciones. Aunque la Consejería de Cultura no tiene una relación de los festivales privados que se celebran en la Comunidad (ni cuántos de ellos se han pospuesto o se van a posponer por la crisis de la COVID), todas las provincias de la Comunidad cuenta con al menos un festival que este año o se ha cancelado o está en duda, a la espera de saber qué deparará la nueva normalidad.
“Nosotros estamos trabajando como si se fuera a celebrar”, cuenta entre risas Javier Ajenjo, director del Sonorama Ribera, el más importante de toda Castilla y León. Desde 1998, este festival de música alternativa celebrado en Aranda de Duero se ha convertido en una referencia. Tiene cerca de 100.000 asistentes anuales, según la Asociación de Promotores Musicales (APM), “lo que lo sitúa entre los 25 festivales más importantes en España por número de festivaleros”, explica Natividad Buceta, autora del informe de OBS Business School.
El cartel del Sonorama de este 2020 incluye (o incluía) Amaral, Viva Suecia, Novedades Carminha, y un largo etcétera. De momento la mayoría del cartel sigue confirmado a la espera de las indicaciones de las autoridades sanitarias. “Un promotor no debe asumir la responsabilidad. Si cancelamos por nuestra cuenta, las bandas pueden reclamar una compensación por romper el contrato y no, ningún seguro incluye pandemias”, resume Ajenjo. La Asociación de Festivales de Música (FMA) ha reclamado al Gobierno que declare “fuerza mayor” y que los organizadores puedan acogerse a esto para no celebrarlo. Esto les permitiría no tener que ser penalizados por incumplimiento de contrato.
Por ello, reclama a las autoridades más transparencia y claridad. “Necesitamos saber si vamos a poder celebrarlo este año, pero la interlocución con el Gobierno y con la Junta de Castilla y León es muy escasa”, relata. Ajenjo y el resto de la organización se mantienen a la espera de saber qué sucederá en la etapa de la nueva normalidad, y en caso de poderse celebrar el festival, los protocolos que deberán seguir: “Estamos preparados para adaptarnos”, resume.
La cancelación del festival tendría un coste importante para las arcas de Art de Troya, la asociación sin ánimo de lucro que organiza el evento. Alrededor de 400.000 euros en gastos estructurales. Eso contando con que los festivaleros no reclamen el dinero de su entrada. Por eso, si finalmente no puede tener lugar lo que harán será aplazarlo. Aejeno explica que su estrategia será mantener a todas las bandas para el año que viene, e incluir un gran cabeza de cartel para que sirva de aliciente. Las pérdidas directas podrían ascender a 3 millones de euros si tuviesen que reembolsar todas las entradas.
El impacto económico indirecto será mayor. El Sonorama mueve unos 8 millones de euros. “Los festivales son un potente motor de creación de empleo: por cada festival que se celebra se generan una media de 360 empleos, 130 empleos directos y 230 empleos indirectos, el 80% son para la zona”, explica Buceta. Aranda de Duero, con 32.000 habitantes no vive del Sonorama, pero supone una inyección económica importante y un impacto publicitario de alrededor de 11 millones, según el Estudio General de Medios.
El futuro inmediato de este festival está en el aire, pero hay otros que ya han tenido que ser pospuestos o cancelados. A pesar de que los cálculos de OBS Business School cifran en que por cada euro invertido en un festival Castilla y León generaría alrededor de cinco euros, la Junta no ha apostado de manera generalizada por la organización de festivales de música. Tan solo Músicos en la Naturaleza, que se tiene lugar en la Sierra de Gredos cada julio y está organizado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Este festival fue uno de los primeros en cancelarse.
Sobre el Festival de Riaño (León) Deporte y Música en la Montaña, organizado por la Fundación del Patrimonio Natural, también de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, todavía no hay una decisión, explica la Junta. Este festival, que aúna mñusica y actividades deportivas como la Riaño Trail Run, una carreras de montaña por los parajes leoneses y palentinos, contó en 2019 con la participación de Los Secretos y Mikel Erentxun, conciertos a los que asistieron alrededor de 5.000 personas.
“La pérdida para la zona es enorme. Cada año vienen entre 12.000 y 13.000 personas. Muchos de ellos alquilaban casas rurales, se quedaban en hoteles y comían en restaurantes”, resume Jesús González, alcalde de Hoyos del Espino, municipio en el que se celebra Músicos en la Naturaleza. En la zona hay 45 casas rurales, cinco hoteles y una docena de restaurantes. La cancelación del festival va a suponer “un palo tremendo”, resume el regidor.
El Conexión Valladolid se ha pospuesto hasta agosto; el Enclave de Agua, en Soria, se celebrará a finales de julio con limitaciones; el Ebrovisión, el festival de Miranda de Ebro que hacía su XX aniversario, se pospone un año; el Palencia Sonora se ha retrasado hasta septiembre; en León, ni la Noche Mágica (junio), ni el Reggaeboa (julio), ni el Tronco Sonoro (agosto) se celebrarán de momento. Aquellos que se han pospuesto hasta finales de verano, lo hacen sin garantías.
En España más de un tercio de los festivales, según BIME 2017, es de financiación privada. Por eso, Ajenjo, el organizador del Sonorama pide a las administraciones no sólo más información, también más implicación. “Portugal ha prohibido todos los festivales desde mayo. Necesitamos más transparencia y claridad para poder organizarnos”. Somos una industria importante. Cuando miras al escenario sólo ves al grupo, pero detrás hay cientos de personas que viven de ello: técnicos, periodistas, transportistas. Necesitamos respuestas“.
0