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Alumnos en el suelo y caos con las clases 'online': los primeros días de clase en la Universidad de Valladolid

Los alumnos de una clase de Física en la Universidad de Valladolid, en el suelo.

Alba Camazón

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Alumnos en el suelo porque las aulas espejo “no funcionan” y caos en la organización de las clases online. Son las principales denuncias de los alumnos de la Universidad de Valladolid en los dos primeros días de clase. Tras un final de curso con problemas en la plataforma digital, la institución académica con campus en Segovia, Soria y Valladolid continúa con problemas tecnológicos a pesar de que el curso ha comenzado más de tres semanas tarde para poder organizar el nuevo curso en época de COVID-19.

“Cuando llegamos el lunes en el aula espejo no estaba configurado internet en el ordenador. La solución que nos dieron fue irnos a casa y perder clase o sentarnos en el suelo, donde no se podía mantener el aforo ni la distancia de seguridad. El martes tampoco funcionaba y vino el decano, que nos dijo que se habían equivocado y compraron un cable más pequeño. Si ya lo sabían, ¿para qué nos hicieron venir a clase entonces?”, reprocha Pablo, (nombre ficticio) alumno de Física.

Juan, de la misma carrera, también lamenta los problemas técnicos del aula espejo: “El micrófono está en la mesa, pero el profesor, lógicamente, se mueve para explicar. La cámara no funcionaba y en el aula espejo el audio reverberaba. No se entendía nada, solo se podía leer la diapositiva. Acabamos utilizando un móvil porque tiene mejor altavoz, pero claro, solo pudimos tener una silla de separación”. “La Universidad dice que tiene un código QR que sirve para controlar los aforos de las clases e identificar a los contactos de un positivo. Desde luego, en mi clase no lo hay”, reprocha.

Los alumnos de la UVa utilizan su móvil para seguir una clase desde la universidad

Los alumnos de Física y Matemáticas, que publicaron imágenes en redes sociales que se han viralizado, han escrito al decano de la Facultad de Ciencias para mostrar su malestar. “Nos encontramos viviendo desde hace ya más de 6 meses una pandemia mundial que exige que se cumplan las medidas de prevención de contagio a rajatabla. Algunos de nosotros tenemos familiares de riesgo que de contagiarse podrían sufrir consecuencias horribles que pueden ser evitadas. Y no solo eso, creemos que la organización por parte de quién se tuviera que ocupar del tema ha sido completamente nefasta. ¿Cómo es posible que nadie haya preparado las aulas antes del comienzo de las clases? Es claro que nadie lo ha revisado porque de haberlo hecho, se habrían dado cuenta de que nada funcionaba. Y si ha resultado ser un fallo de última hora del que ustedes eran conscientes, ¿Por qué nos han hecho asistir a las clases el 28 sabiendo que no iba a funcionar el equipo y que no iba a haber sitio para todos? Somos más matriculados en el curso que huecos hay en clase, y eso es un dato que se tarda en comprobar segundos”.

También de Física se queja Alberto, del sindicato Frente de Estudiantes. “Nos han puesto en una aula magna para garantizar la distancia de seguridad, pero la clase es tan grande que no se ve el encerado. La solución ha sido poner una cámara que apunte a la pizarra, pero no se ve nada”.

El rector: “Acepto las críticas y pido disculpas”

Sobre esta cuestión en concreto ha hablado el rector de la UVa, Antonio Largo, durante el Consejo de Gobierno. “Acepto las críticas y pido disculpas. Realmente algunas de las disfunciones es que cuando se hace la planificación y se compran los equipos no funcionan como debieran...”, ha expresado.

Largo ha explicado que en este caso en concreto, el cable se había calculado de 15 metros y necesitaban 15 metros y medio. “No queremos soslayar los problemas que hay, queremos afrontarlos e irlos solucionando. Queremos que las cosas funcionen bien. ¿Que ha habido incidencias? Seguro, y seguiremos indagando para intentar llegar a todas. Vamos a actuar de manera pragmática para abordar los problemas tecnológicos”, ha continuado.

La vicerrectora de Estudiantes, Cristina de la Rosa ha asegurado que eran “previsibles” algunos problemas. “El esfuerzo ha sido muy grande pero hay que abarcar tantas cosas que es normal que puedan pasar estas cosas. Hemos transmitido un mensaje de tranquilidad, pero la situación es la que es y milagros no se hacen. Hay cosas que son insoslayables y vamos a intentar ir organizando poquito a poco”. De la Rosa ha pedido que le remitan todas las incidencias para poder solucionarlas.

“Han tenido un mes más de margen y el profesorado no está formado siquiera”

Existen tantas opiniones sobre cómo funcionan las clases como alumnos y profesores. María, de Derecho y ADE, se queja de que cada profesor actúa de distinta manera con respecto a las clases online (con grupos desglosados): algún docente se niega a darlas directamente y optará por dar el mismo temario dos veces, una con cada grupo. Otros les han dicho: “Como vamos pocos a clase, nos ha dicho que vengamos presencial todos los que queramos cuando queramos y fuera”, afea esta alumna, que reconoce que otros muchos profesores hacen un “esfuerzo” para adaptar las clases a la docencia online, aunque haya problemas técnicos. “Da vergüenza cómo está siendo el sistema. Han tenido un mes más de margen y el profesorado no está formado siquiera”. Alberto estudia en la misma carrera, pero asegura que todo “podría ir mucho peor” y no ha tenido grandes dificultades técnicas.

“En mi clase y a otra nos adjudicaron la misma aula, nos mandaron a otra clase, el profesor no sabíamos dónde estaba, pero lo consiguieron arreglar después de 20 minutos. Luego fuimos a la primera aula para dar otra clase, sin desinfectar. Aquí rotando clase para sentarnos en un sitio donde se han sentado otros alumnos”, protesta Laura (nombre ficticio), desde Educación. Otra alumna, Marina, destaca que ella cree que se ha organizado “bastante bien” y sentencia: “Se nota que les ha dado tiempo a pensar un poco”.

También defiende la actuación de la UVa David, estudiante de Química. “En mis clases hay dispensador de gel, un viricida en spray y un papel para desinfectar”, explica, aunque el aula espejo todavía no funciona. “Nos han asegurado que la semana que viene ya funcionará, y es comprensible”, entiende. David considera que en su caso “la universidad ha aprovechado muy bien el tiempo” y cree que “la pelota está en el tejado de los alumnos”. “De nada sirve que en la universidad se tomen medidas si luego cada uno hace lo que quiere”.

Los profesores creen que estos problemas están “dentro de lo normal”

El subjefe de UGT, Miguel Martínez, asegura que el profesorado entiende que estos problemas entran “dentro de lo normal” y señala que las cosas se hacen “lo mejor que se puede”. El profesorado sí ha tenido problemas porque no se han terminado de firmar los contratos, indica, pero ha sido una cuestión “burocrática” que no ha impedido a los docentes comenzar con las clases. “No se ha demorado tanto como otros años, en los que estaban a lo mejor casi un mes en esta situación”, explica. Además, considera que las medidas de Prevención de Riesgos Laborales son “adecuadas” y están “consensuadas”.

Mariano González, responsable negociación de Educación de CSIF y profesor en el campus de Segovia lamenta que todavía no haya comenzado el estudio de seroprevalencia que la universidad prometió a los profesores. “Las clases van a ser como si estuvieras en casa, pero en clase, porque tienes alumnos que acuden al aula y otros que van desde casa”. En el Campus de Segovia llaman aulas espejo a la división de grupos para dar la clase simultáneamente a alumnos que estén en la clase y sus casas. “Está un poco entre dos aguas y tememos no poder hacer caso ni a unos alumnos ni a otros”, comenta. González pone en valor el trabajo de informática y espera que los problemas se vayan solucionando.

“No hay espacios seguros para comer”

Algunos de estos alumnos también reclaman un espacio habilitado para poder comer, porque algunas cafeterías obligan a consumir para poder sentarse en las mesas. La vicerrectora de Estudiantes se ha comprometido a estudiar los casos para que los estudiantes puedan comer en las facultades.

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