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Supermanzana Barcelona: Colau anuncia más peatonalizaciones en el Eixample, el distrito con más tráfico

La supermanzana del barrio de Sant Antoni de Barcelona

Pau Rodríguez

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El gobierno de Ada Colau da un nuevo y ambicioso impulso a su plan de peatonalizar calles y eliminar carriles de coche. Lo hará en el Eixample, el distrito con más tráfico de Barcelona, con la pacificación definitiva durante este mandato de 4,6 kilómetros, la creación de cuatro nuevas plazas donde ahora hay cruces de calles y el compromiso a largo plazo de transformar toda esta trama urbana en una red de ejes verdes. 

“Hacia la Supermanzana Barcelona”. Así ha bautizado el Ejecutivo municipal el nuevo plan urbanístico que aspira a escalar el modelo de supermanzanas a toda la ciudad, pero especialmente al distrito del Eixample, el más castigado por la contaminación y el ruido de los 350.000 vehículos que lo atraviesan a diario. Lo ha presentado la alcaldesa Ada Colau junto a dos tenientes de alcaldía, Janet Sanz (de Urbanismo) y Laia Bonet (Agenda 2030). “Queremos que el modelo de supermanzanas se extienda por toda Barcelona, y esto quiere decir generar más espacio para la vida, para pasear, para los niños y niñas y la gente mayor”, ha proclamado la alcaldesa.

El anuncio del Ayuntamiento consta básicamente de dos fases, una primera ya calendarizada y la otra, la de mayor calado, con un horizonte de diez años. Esta última consiste en el compromiso municipal de convertir el Eixample, la trama cuadriculada diseñada en el siglo XIX por el arquitecto Ildefonso Cerdà, en una red de ejes verdes, con 21 de sus 64 calles pacificadas y con 21 nuevas plazas habilitadas en sus intersecciones. 

Colau quiere de esta forma poner las bases de la que presentan como una de las mayores transformaciones urbanísticas de la ciudad desde los Juegos Olímpicos. Un cambio progresivo que, si se acaba materializando, permitiría ganar hasta 33 hectáreas para los peatones y que contribuiría a lograr los objetivos de reducir la movilidad privada y mejorar la calidad del aire.

El primer paso de este plan, su parte hoy más tangible, será la conversión de cuatro calles del Eixample en vías peatonales, con solamente un carril para coches a 10 kilómetros por hora y sin preferencia. Se trata del Consell de Cent, Rocafort, Girona y Comte Borrell. Las tres primeras cuentan ya con las llamadas actuaciones urbanísticas tácticas que han permitido aumentar el espacio para peatones durante el desconfinamiento, con lo que el proceso consistirá en pacificarlas definitivamente y con mobiliario y señalizaciones estructurales.

Además, el Ayuntamiento convertirá en plazas las cuatro intersecciones que forman estas calles, incluida la de Enric Granados. En total, más de 100.000 metros cuadrados para usos peatonales que, como en las actuales supermanzanas, deberán contemplar también espacios de juego infantil, de descanso o terrazas. Y un mínimo de superficie permeable no pavimentada. 

Las primeras obras finalizarán en 2023

Para acometer esta transformación, el Ayuntamiento ha diseñado una estrategia de concursos públicos con la que pretende que los equipos ganadores puedan planificar cada una de las actuaciones y, a la vez, sentar las bases para los futuros ejes verdes.

Este miércoles el consistorio ha lanzado dos concursos públicos, uno para las cuatro calles y, el otro, para las cuatro plazas. Los distintos equipos aspirantes, por orden de puntuación, se repartirán cada una de las ocho actuaciones, y el ganador será el responsable no solo de plantear la peatonalización de la calle Consell de Cent, la más larga de todas, sino de elaborar un Documento de Modelo que sirva de guía urbanística para las reconversiones de todo el Eixample en el futuro. 

El presupuesto que destinará el gobierno municipal a la primera fase del plan es de 36 millones de euros. En cuanto al calendario, los dos concursos se resolverán en marzo de 2021, iniciarán luego un proceso participativo con los vecinos y los actores económicos y, de cara al primer trimestre de 2022, se iniciarán las obras. Está previsto que estas finalicen a principios de 2023.

La idea, sin embargo, no ha convencido a las entidades del Eixample que reclaman más ambición a Colau para reducir la contaminación y eliminar tráfico. Guille López, del colectivo Eixample Respira, cree que se trata de un plan presentado de forma “grandilocuente” pero que “a la hora de la verdad” supone solamente pacificar una calle en su totalidad durante este mandado (Consell de Cent). A diez años vista, además, lo ve como una oportunidad perdida para intervenir en las principales autopistas urbanas del distrito, como las calles Aragó, Gran Via o Diagonal.

“Los niveles de contaminación y de tráfico no se verán reducidos”, vaticina López. “Mientras la gente pueda seguir cruzando Barcelona de un extremo a otro en coche o moto, lo seguirá haciendo”, ha advertido este activista.

Un modelo basado en la supermanzana de Sant Antoni

¿Cómo serán estas nuevas calles? A la espera de conocer las propuestas de quienes ganen los concursos, el consistorio establecerá unos criterios similares a los que configuran las actuales supermanzanas, en especial la del barrio de Sant Antoni, que los de Colau suelen poner como ejemplo de éxito y consenso vecinal.

Los proyectos deberán contemplar espacios de paseo, de juego infantil, de estancia confortable –por ejemplo, bancos y mesas–, fuentes de agua... En cuanto al verde, al menos un 20% de la superficie deberá ser no pavimentada, y la mitad de ella, el 10%, con plantas. “Es importante desasfaltar parte del pavimento para que el verde esté mejor plantado y cuidado”, ha defendido la concejal de Urbansismo, Janet Sanz.

La vía también tendrá que contar con una canopia vegetal que de sombra en verano. Y habrá que decidir qué tipo de mobiliario urbano se introduce, siguiendo parámetros de “inclusivos” y de “bajo impacto ambiental”.

Pero más allá de las buenas intenciones, las obras que consoliden las actuaciones de urbanismo táctico realizadas en los últimos meses, como las de Rocafort o Consell de Cent, deberán poner solución a los conflictos generados por esas transformaciones. Pintar de colores los carriles de coche para que lo usen los peatones, un recurso de urgencia del Ayuntamiento para ganar espacio para andar durante la desescalada, ha provocado quejas por motivos como la falta de plazas de carga y descarga o el uso de mobiliario peligroso para las motos. En cuanto a lo primero, el Ayuntamiento ha asegurado que las propuestas deberán contar espacios para el uso de los vehículos de mercancías. 

En este sentido, y para asegurarse de que la iniciativa no se desdibuje con el tiempo o con los vaivenes políticos, el consistorio ha creado una oficina técnica central del proyecto, además de un consejo asesor que haga seguimiento. El primero estará integrado por los ocho equipos distintos que ganen el concurso. 

Para los de Colau, el plan Supermanzana Barcelona es el culmen de una serie de actuaciones destinadas a ganar espacio público para el peatón y reducir el uso del coche, desde la eliminación de plazas de parking en superficie hasta la Zona de Bajas Emisiones, pasando por el aumento de carriles bici o la reducción de la velocidad a 30 km/h. También el tan ansiado tranvía por la Diagonal, que lleva años encallado aunque ahora hay el compromiso de mandato de hacer un primer tramo, entre la plaza de las Glòries y Passeig Sant Joan.

Pero además, esta transformación en un barrio céntrico y tan particular como el Eixample permitirá conectar algunas de las actuaciones realizadas o proyectadas en sus distritos colindantes. Entre ellas, las distintas supermanzanas o el plan del barrio del 22@, que también tiene previsto que un tercio de sus calles sean ejes verdes con espacio predominante para el peatón.

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