En Junio del año 2010 tuvo lugar en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona una huelga de hambre que dio inicio al actual ciclo de luchas por el Cierre de los Cies y por la transformación de las políticas migratorias y de extranjería.
Habían pasado tan sólo unas semanas desde que Mohamed muriera en el CIE de Barcelona. Una persona de la Asociación Derechos y Papeles para todos recibió una llamada alertando de que unas 150 personas habían decidido emprender una huelga de hambre en protesta por su muerte y para visibilizar las duras condiciones a las que se estaban viendo sometidos. La huelga de hambre fue secundada en un principio por 150 personas pero debido a las amenazas policiales, tanto hacia los detenidos como hacia sus familiares y a las deportaciones que se produjeron de manera exprés, apenas 10 o 15 personas siguieron con ella. Aquella huelga de hambre duró tan sólo unos días pero sin embargo ha seguido resonando hasta el día de hoy. Así como sigue resonando las muertes de Mohamed, Idrissa y Alik.
Cinco años después de aquella huelga de hambre hemos avanzado mucho. Comenzamos a trabajar de manera continuada la situación en el CIE. Comprobamos hasta qué punto el racismo institucional, la impunidad y la injusticia estaban instaladas en el Cie de la Zona Franca. Comenzamos a organizarnos para realizar visitas, sistematizar la información. Queríamos radiografiar esa realidad que tan pocas estábamos viendo para poderla mostrar con fuerza a la opinión pública. Desde el principio lo tuvimos claro. En la rueda de prensa que hicimos para visibilizar dicha huelga de hambre se dio el mismo mensaje que se ha mantenido hasta el día de hoy. “Queremos que se cierren los Cies, pero en tanto no se cierren no vamos a tolerar que se vulneren los derechos de las personas que sean internadas”. Y dicho mensaje hemos intentado llevarlo a la práctica en nuestro trabajo cotidiano.
Ahora las cosas son bien distintas en el CIE de Barcelona. Tras dos directores, más de una treintena de denuncias, varios policías imputados y muchas situaciones graves de vulneración de derechos humanos, podemos decir que llevamos cerca de un año sin recibir ninguna denuncia de malos tratos o torturas en el CIE de Barcelona. Hemos logrado que se implanten mecanismos de control como cámaras o jueces de control. También hemos logrado tirar mamparas para que las personas puedan tocarse mientras hablan. Muchas cosas son diferentes, y quizá por eso estamos pudiendo dedicarnos a trabajar en torno al principal objetivo que teníamos desde el principio, recogiendo aquella principal reivindicación de esa huelga de hambre. Vamos a cerrar los CIES, y cerrándolos queremos que se replanteen de raíz las políticas de migratorias y de extranjería hacia un modelo que reconozca el derecho a migrar.
El 20 de Junio un gran número de entidades convocamos una nueva movilización ante el CIE de Barcelona. No es una movilización más. Y no lo es porque por primera vez en muchos años el cierre de los CIES se está ubicando en una centralidad política inaudita en la historia reciente. Del trabajo cotidiano, a la visibilización. De la visibilización a la movilización social y la desobediencia civil. Y de todo ello, a la incidencia política.
Por un lado, en las próximas semanas el Grupo de Trabajo sobre Modelos de Centros de Internamiento de Extranjeros, creado como consecuencia de la fuerte movilización de Octubre, se enfrenta a su tramo final en el que podría aprobarse una resolución del parlamento de Catalunya en la que se inste al Gobierno del Estado Español al cierre del CIES y, en concreto, al cierre del CIE de Barcelona en el plazo máximo de 6 meses. Así lo hemos solicitado las tres entidades que llevamos trabajando varios años codo con codo (Tanquem els Cies, Sos Racismo y Migrastudium). Queremos que la presión social fuerce a que se apruebe dicha resolución. De momento las CUP, ICV-EUiA y ERC ya se han posicionado públicamente a favor de cerrar el CIE. Otras fuerzas como PSC o CIU aún no han mostrado su posición pública. Somos conscientes de que es difícil que se apruebe dicha resolución, pero entendemos que es un momento especialmente importante.
Por otro lado, cabe destacar que el proceso de cambio político municipal que se ha vivido en Catalunya así como en otros puntos del Estado favorece el proceso de cambio de paradigma en cuanto a las políticas migratorias. La que con casi total probabilidad será la futura alcaldesa de Barcelona se ha pronunciado en numerosas ocasiones tanto en su etapa como activista como en su actual etapa en Barcelona en Común a favor del Cierre del CIE, punto que se hallaba presente en el programa de esta candidatura ciudadana. Asimismo, a ello hay que añadir que es de sobra conocido el compromiso de las CUP con las luchas por el Cierre de los CIES así como que la posición de ERC es también cada vez más públicamente favorable al cierre. Es por ello que esperamos que en los próximos meses Barcelona se pueda unir a Málaga y apruebe una resolución por una Barcelona libre de CIES.
Son tiempos de cambio. Y las luchas por los derechos civiles se están colocando cada vez más en el centro de los discursos y las prácticas políticas. El 20 de Junio no solamente es una fecha imprescindible para favorecer el cambio de paradigma en política migratoria. Es también una fecha en la que podemos mostrar que realmente queremos un respeto a los derechos humanos, nuevo, real y urgente. La nueva Barcelona que comienza a andar y el proceso constituyente que se está germinando tienen una etapa ineludible en unas semanas en el CIE de Barcelona.