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Ciudadanos contempla recurrir la investidura del nuevo president por los votos de Puigdemont y Comín

Rivera defiende mantener el 155 aunque se forme Gobierno en Cataluña si éste no cumple la Constitución

Arturo Puente

Con el horizonte de la formación de un Govern catalán cada vez más cerca, el Gobierno central y Ciudadanos han ahondado en su principal frente de disputa: facilitar o no el fin de la intervención del autogobierno catalán a través del artículo 155 de la Constitución. El partido de Albert Rivera ni siquiera descarta recurrir la investidura del nuevo candidato independentista, que según se conoció este jueves será Quim Torra, si esta se produce gracias a los votos delegados de Carles Puigdemont y Toni Comín, algo que a su parecer es ilegal.

El partido más grande del Parlament catalán está siguiendo una política de marcaje total a cada paso que dan los independentistas. La semana pasada ya recurrió ante el Constitucional la delegación del voto de los dos diputados en el exterior, que el tribunal aceptó a trámite aunque sin concederles las medidas cautelares que reclamaban. Una vez se produzca la investidura gracias a estos votos recurridos, Ciudadanos podría ir a más y recurrir también la votación presidencial.

Ningún escenario es descartado por la dirección de Rivera, que sí anuncia que irá paso a paso. Pero también avanzan que, a su parecer, ni siquiera tras el nombramiento del nuevo Govern debería acabarse con el 155 de forma automática. El partido apuesta, en cambio, por no devolver la autonomía hasta que el nuevo Ejecutivo demuestre el abandono de la unilateralidad y su compromiso real con el cumplimiento de la Constitución.

Desde el Gobierno han mostrado un criterio diferente. Este jueves el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, aseguró que el 155 se levantará en cuanto los nuevos cargos se comprometan con la Constitución, esto es, cuando juren o prometan su cargo los consellers. Este plazo exacto es el que el Senado autorizó el 27 de octubre pasado, cuando dispuso que las medidas para suprimir la autonomía decaían con la toma de posesión del nuevo Govern y sin prever fórmula para prorrogarlas que no pasen por volver a formular el proceso de aplicación del 155 desde el inicio.

Crítica a Rajoy por “blando” con el 155

Ciudadanos considera que el Gobierno de Mariano Rajoy ha sido demasiado blando a la hora de aplicar las medidas autorizadas por el Senado y controlar el gobierno de la Generalitat durante algo más de seis meses. Una falta de dureza que ejemplifica con decisiones como que no haya recurrido al Constitucional los votos delegados de Carles Puigdemont y Toni Comín, permitiendo al independentismo mantener su mayoría parlamentaria sin depender de la CUP.

Las razones detrás de esto, al parecer de los de Rivera, es que el PP ha llegado a un pacto con el PNV para que los vascos apoyen los presupuestos a cambio, entre otras cosas, de que el Gobierno facilite el levantamiento del 155. En esta ecuación cargos de la cúpula del partido naranja introducen también a ERC, si bien con la boca pequeña pues no pueden sustentarlo con pruebas, pero sí alegan que los republicanos han presionado para la formación de un nuevo Govern.

Este pacto implicaría, asegura Ciudadanos, que la intervención autonómica se levantase en cuanto los nuevos cargos fueran nombrados. Demasiado pronto, a su parecer, pues aún se debería comprobar si el Ejecutivo catalán está dispuesto a cumplir con la legalidad y todo lo que ello implica, como acudir a las conferencias de presidentes autonómicos o al Consejo de Política Fiscal y Financiera, listan desde la dirección del partido.

Rajoy, abierto a hablar con el nuevo president

Albert Rivera ha abierto este nuevo frente al Gobierno por el 155 el día después de que anunciara en el Congreso que rompía la unidad sobre Catalunya. La cercanía de un posible desenlace inminente del 155 ha lanzado a Ciudadanos a criticar al Gobierno, al considerar que han sido demasiado pasivos ante un problema, el independentista, que solo se solucionará con intervención decidida.

De hecho, los discursos de los dos partidos de la derecha española no podrían ser más divergentes respecto al día después de la toma de posesión del president de la Generalitat. Este jueves, Rajoy se ha abierto a recibirlo para entablar un diálogo, algo que el presidente del Gobierno no hace desde hace un año y medio.

Este “proceso de diálogo”, tal como lo ha definido Rajoy, tendría el mismo límite que Moncloa siempre ha puesto ante la Generalitat: el cumplimiento de la ley, bajo la interpretación que el propio Gobierno hace de ella. Con todo, Moncloa considera que la formación de un nuevo Govern en Catalunya sería una buena noticia y daría por finalizado el periodo de zozobra política y económica tras la declaración de independencia, volviendo a la normalidad institucional.

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