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ERC rechaza volver a la unilateralidad como respuesta a la sentencia del Supremo

Oriol Junqueras, reelegido presidente de ERC con el 88% de los votos

Arturo Puente

La unilateralidad no entra en los planes de ERC sea cual sea la sentencia del Tribunal Supremo respecto a los líderes independentistas. La estrategia en la que trabajan los republicanos está centrada en el campo parlamentario y electoral, y tiene su materialización más clara en la propuesta de formar un Govern de concentración soberanista y contrario a las condenas que pueda reunir la actual coalición de ERC y JxCat con Catalunya en Comú y la CUP.

Entrado un periodo en el que la sentencia sobre los acusados por el procés podría conocerse cualquier día, y tras el fracaso de los partidos para acordar una respuesta conjunta, Esquerra se prepara para el día después a un momento que, calculan, “marcará un fin de ciclo”. Ante eso, el camino que plantean va en la línea de la reflexión aprobada por sus bases en la convención programática de verano de 2018, cuando consideraron que el independentismo debía entrar en un periodo de acumulación de fuerzas y no en una nueva batalla con el Estado.

El análisis que hacen en ERC es que las instituciones catalanas y el movimiento independentista no tienen la fuerza suficiente para ganar el “embate democrático” contra el Estado que plantean sus socios de gobierno. En las conversaciones que han mantenido durante el verano los diversos sectores independentistas, la formación republicana ha defendido, con más o menos ahínco según quién la representara, no dar ningún paso que no vaya en la línea de “ampliar la base”, es decir, hacerse más atractivos para el electorado.

Y esto, según creen, no se lo dará la desobediencia institucional ni buscar un nuevo choque con el Estado. “La sentencia debe servir para que seamos más y más fuertes, no menos y más expuestos a la represión”, afirmaba la semana pasada un dirigente de la formación. Los de Junqueras ni siquiera utilizan, excepciones aparte, el lema “lo volveremos a hacer”, creado por Jordi Cuixart y que JxCat y el propio Torra han hecho suyo.

Sí están, en cambio, por sumar a 'comuns' y CUP en un Govern que llamarían “de concentración”, y que, según sus partidarios, sería la fórmula de llevar al Ejecutivo el conjunto de fuerzas partidarias del referéndum y contrarias a las condenas de los dirigentes, que en el Parlament suman cerca de un 60% de los diputados. Estas tesis, apadrinadas por Junqueras, estaban legitimadas hasta el momento por la marcha de las encuestas y los buenos resultados electorales en las municipales y generales.

Pero este fin de semana han tenido un nuevo impulso cuando la candidatura de Junqueras, la única que se presentaba para presidir el partido, ha recibido el aval del 88% de los militantes que votaron y, lo que el partido más destaca, ha mejorado en más de veinte puntos la participación respecto al anterior congreso. Gracias a esto, Junqueras ha revalidado su liderazgo y ha conformado una Ejecutiva a su medida, con el vicepresident Aragonès al frente, que será encargada de redactar la nueva ponencia política.

'Comuns' y CUP rechazan el Govern de concentración

El Govern de concentración es, por el momento, la opción que mejor ha caído en todos los sectores de ERC desde que Oriol Junqueras la impulsara hace unas semanas, después de que fuera propuesta por el presidente del Parlament, Roger Torrent. Fuentes de JxCat también consideraban este lunes inevitable acabar invitando a 'comuns' y la CUP a entrar en el Govern, entre otras razones porque la actual situación parlamentaria, donde las formaciones del Ejecutivo no tienen mayoría absoluta, es difícil de sostener.

Sin embargo, tanto los 'comuns' como la CUP ya han avanzado que entrar en el Govern no está entre sus planes inmediatos. El partido de Ada Colau ya lo rechazó en cuanto la propuesta trascendió, asegurando que era “electoralista” y que demostraba “el fracaso” del Govern. Lo hizo, además, con cierta urgencia para evitar dar al PSOE argumentos para rechazar la coalición con Unidas Podemos. De hecho, aunque el partido había cerrado la puerta a incorporarse al Ejecutivo, Carmen Calvo esgrimió la oferta para cargar contra la posición de Podemos en Catalunya.

Por parte de la CUP, la respuesta ha llegado este lunes, en una entrevista a Carles Riera en Catalunya Ràdio en la que el diputado ha rechazado “un Govern de concentración autonómico”. Para los anticapitalistas no tiene sentido hacerlo, al menos, mientras no haya una coincidencia estratégica, que según Riera no existe por el rechazo de JxCat y ERC a la desobediencia institucional. Para el portavoz de la CUP, además, la idea de “fortalecer” las instituciones es una excusa de los partidos grandes para encauzar el movimiento independentista en un “marco de estabilidad institucional dentro de la ley”.

Frente por la amnistía

En la formación no hay plan alternativo al Govern de concentración que no pase por un adelanto electoral en Catalunya, algo que solo depende de la decisión del president, Quim Torra. Sin embargo, en la dirección de ERC tienen en cuenta la posibilidad de que las Cortes Generales se disuelvan automáticamente la semana que viene si Sánchez no encuentra votos suficientes para una investidura. Y la repetición electoral podría ser una oportunidad para dar una respuesta en las urnas sin contar con el asentimiento de JxCat.

Desde agosto pasado, el sector de ERC que capitanea el exdiputado Joan Tardà habla de la necesidad de llevar a cabo una campaña por la amnistía tan pronto como se conozca la sentencia. Una idea que Gabriel Rufián subrayó en una entrevista con eldiario.es cuando habló de la posibilidad de “un acuerdo programático” entre varios partidos para “llevar una propuesta al Congreso que diga que esto se tiene que solucionar y que metiendo a la gente en la cárcel no se va a solucionar”. Una alianza por la amnistía que tiene adeptos en ERC pero que, en el resto de partidos, se encuentra con similares recelos a los que suscita el Govern de concentración.

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