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El Supremo confirma cinco meses de cárcel a un Mosso por disparar a una alumna durante una demostración

Un coche patrulla de los Mossos en una imagen de archivo

Alberto Pozas

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El Tribunal Supremo ha decidido confirmar una condena de cinco meses de prisión a un instructor de Mossos d'Esquadra que en 2009 disparó por accidente en la pierna a una alumna durante una clase. El agente, según la sentencia, “incumplió su obligación de percatarse que el cargador estaba puesto” y realizó disparos de muestra que impactaron en la alumna. Las lesiones y secuelas del disparo, según la Justicia, impiden que la víctima haga vida normal y también le condena a indemnizar a la mujer con más de 30.000 euros sin contar los más de 50.000 que ya ha pagado la aseguradora.

Los hechos, según la sentencia difundida este lunes, ocurrieron en febrero de 2009 en el aula del Instituto de Seguridad Pública de Catalunya conocida como 'Killer House', donde representan una vivienda para simular persecuciones o entradas y registros. Allí el instructor mostraba a los alumnos cómo actuar en estas situaciones y, en particular, cómo apuntar con el arma a un delincuente. Pero usó su arma reglamentaria incumpliendo las normas y con el cargador puesto.

El resultado fue un disparo en la pierna de una de las alumnas que observaba las maniobras del instructor. Los médicos observaron que la bala había afectado a una arteria, varios músculos y además la víctima sufrió una trombosis. Las lesiones que le quedan son permanentes y aunque no le impiden trabajar como Mossa d'Esquadra sí le obligan a desarrollar un puesto de trabajo “sedentario y ligero” al no poder acometer “trabajos físicos intensos y moderados sostenidos”.

El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena que le impuso en primera instancia la Audiencia de Barcelona por un delito de lesiones por imprudencia grave: cinco meses de prisión que no implican su entrada en la cárcel aunque sí comprometen su carrera. Se le inhabilita para ejercer como instructor durante esos cinco meses, se le prohíbe tener un arma durante 11 meses más y tendrá que indemnizar a la víctima con un total de 85.000 euros aunque la aseguradora ya ha pagado casi 55.000 euros.

La sala de lo penal, con Vicente Magro como ponente, acusa a este instructor de equivocarse “de forma grave” al usar un arma reglamentaria y cargada. Incluso, dice, pudo ser mucho peor y con su disparo pudo “ocasionar la muerte algunos de los asistentes si la desgracia hubiera tenido como consecuencia que la bala hubiera alcanzado a un órgano vital de alguno de los presentes”. Apuntan los jueces a “la falta de previsión y diligencia exigible” que, dicen, no puede ser considerada como menos grave como pedía el condenado para optar a una condena más baja.

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