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Sobre este blog

Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.

 

‘Algo en que creer’: la dificultad de vivir con lo que se ha hecho

Foto: movistar.es

Mario Cerdeño

El interés de mostrar el mundo interior de los personajes y, sobre todo, llevar esos conflictos de la fe a la pantalla de una forma verosímil choca directamente con nuestro raciocinio. Lo mágico, lo irreal y lo extraño tornan en algo cotidiano y se confrontan como una manera de hacer frente a la realidad. Un mecanismo que busca dar lógica, verosimilitud y expresión a lo más intrínseco del ser humano. Entre lo terrenal y lo divino. Así de complicada y profunda es ‘Algo en que creer’ (‘Herrens Veje’ o ‘Ride upon the Storm’) la serie danesa que se encuentra ya completa en el catálogo de Movistar.

Adam Price, si a estas alturas nadie le conoce todavía, es uno de los creadores de ‘Borgen’, posiblemente uno de los mejores dramas políticos de la historia de la televisión con el permiso de ‘El ala oeste de la Casa Blanca’ o ‘House of Cards’ (UK). La calidad residía en esa capacidad tan eficaz y didáctica de radiografiar la clase política y todo lo que se mueve a su alrededor: medios de comunicación y la propia vida privada de los políticos. Sin embargo, en ‘Algo en que creer’, su creador apuesta por un relato más sosegado e intimista focalizando su análisis de la sociedad danesa a través de la fe -y su pérdida-, el alma y la familia. Estableciendo un eficaz símil entre lo personal y lo social.

La historia se sitúa en Dinamarca en el seno de una familia con una larga tradición religiosa de más de 250 años, liderada por el pastor protestante Johannes Krogh (Lars Mikkelsen), un ferviente, moralista y a veces agresivo ministro de la Iglesia de Dinamarca. Su personalidad arrolladora y carismática está marcada por una cierta inestabilidad emocional que lo lleva a sufrir profundas depresiones. El cisma llega cuando su sueño de convertirse en obispo se ve truncado por una serie de circunstancias que le llevarán a alejarse de su familia y a replantearse los cimientos de su fe.

Johannes es un auténtico referente moral y ético que de alguna manera ha marcado, para bien y para mal, la relación con su mujer y dos hijos. Un carácter que le lleva a la responsabilidad de mantener y transmitir el legado familiar. El problema es que esto se hace sumamente difícil cuando tu familia se empieza a sumir en una crisis que tiene muy difícil solución: Elisabeth (Ann Eleonora Jørgensen), su esposa, que le ha defendido durante años ver su última traición como la gota que colma el vaso; Christian (Simon Sears), se desligó de la tradición familiar y por lo tanto se ganó el repudio absoluto de su padre; y, August (Morten Hee Andersen), su hijo favorito, ya que el parece ser la única esperanza para continuar con legado.

El relato que propone Adam Price, en su primera serie en solitario, se aleja de lo banal para adentrarse en lo profundo y en lo soterrado a través de la vida de cuatro personajes que representan la fragilidad de la fe -religión- y de la familia. Una narración intimista y, a veces, alegórica sobre el comportamiento y los sentimientos del ser humano, en una muestra costumbrista de los valores de familiares y religiosos de la sociedad nórdica.

Johannes, Elisabeth, Christian y August por sus distintas circunstancias, decisiones y detonantes elegirán un camino distinto que les sumergirá en su particular infierno de Dante. Las dificultades de conjugar sus estilos de vida (comportamiento) con su fe (ideas) les desencadenará una feroz lucha interna a cada uno de ellos. Un viaje denso, rico y repleto de matices sobre vivir con lo que se ha hecho.

En ese viaje experimental los personajes se van redescubriendo a través de las diferentes dicotomías y desafíos que les impone la vida cotidiana. Un recorrido intimista y de calado que les sacudirá sus propios cimientos; a la vez que se hace un replanteamiento de la institución religiosa y familiar danesa. Sin embargo, la fe -de cualquier índole- o su ausencia es el conflicto principal que recorre todo el relato de ‘Algo en que creer’.

Porque la serie creada por Adam Price’ es una ficción de personajes, por muy a tópico que suene. Esto se explica por el sumo gusto e impecable evolución de sus personajes y de como todos los conflictos se expanden, explotan y finalizan en su interior. La gran profundidad que adquiere el texto se logra a través de los sentimientos y vivencias de los protagonistas.

‘Algo en que creer’ es una narración que invita a la reflexión y debate que va mucho más allá de su componente puramente religioso, ya que la serie entra en lo más intrínseco del ser humano para versar sobre espiritualidad, envidia, consecuencias, decisiones, locura, fragilidad, celos, vida, teología, amistad o amor de una forma orgánica y fluida. Sin embargo, la clave del relato está huir de lo maniqueo para aportar riqueza y complejidad a la historia y a los propios personajes; si, además, se le suma el pasado de la familiar da como resultado un producto denso y gran calado.

También es interesante el debate y crítica que hace Adam Price al propio camino que está tomando la Iglesia Nacional Danesa, de corte luterana, sobre una preocupación mayor por la mercantilización de sus feligreses que por el interés espiritual. Esto conlleva al cierre de iglesias y pequeñas parroquias al no ser rentables económicamente.

Como último, reseñar un reparto absolutamente extraordinario comandado por el exquisito actor Lars Mikkelsen. Ellos son los auténticos artífices de que ‘Algo en que creer’ se convierta en un producto delicioso.

‘Algo en que creer’, la serie creada por Adam Price’, es una serie excelente de las que dejan poso al espectador. Su temática religiosa no tiene por qué ser un obstáculo para su visionado ya que se está ante un relato intimista sobre el ser humano. Se puede ver completa en Movistar+.

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