Un estudio preliminar concluye que la contaminación del polígono industrial del Serrallo llega hasta el casco urbano de Castelló

Las emisiones del polígono industrial del Serrallo, en el Grau de Castelló, llegan al casco urbano de la ciudad, según un estudio preliminar de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) encargado por la concejalía de Transición Ecológica del Ayuntamiento de la localidad. El polígono alberga, entre otros, la refinería de BP Oil España, una de las más contaminantes de todo el territorio valenciano.

El estudio, elaborado por dos expertos del Departamento de Ingeniería Química de la UPC, presenta los cálculos correspondientes a cuatro años (entre 2015 y 2018) “para asegurar la fiabilidad de los resultados”. Los científicos concluyen que “se produce una rápida disminución [del impacto de las emisiones] a medida que aumenta la distancia del foco (las instalaciones petrolíferas)”.

El “estudio preliminar de modernización numérica para evaluar el alcance del impacto del polígono industrial El Serrallo” advierte que incluso en los receptores con una afectación relativa menor, se dan “episodios relativamente intensos de contaminación que, dependiendo de la composición de los contaminantes que llegan, pueden suponer un problema para la población”.

La refinería, que opera en Castellón desde 1967, es un motor industrial de la Comunitat Valenciana y cuenta con una capacidad de procesamiento de crudo de 110.000 barriles al día (6 millones de toneladas al año). En 2018 anotó ventas por valor de 6.126 millones de euros y obtuvo beneficios de 226 millones de euros, con lo que casi cuadruplica las cifras del año anterior.  

Las condiciones de dispersión de los contaminantes varían a lo largo del año y el informe asegura que se produce un “incremento de la afectación hacia el sur-suroeste durante los meses cálidos del año y más tendencia hacia el mar en los meses más fríos”. “En todos los casos, las concentraciones más altas se dan encima del foco estudiado y las más pequeñas en las zonas más alejadas del mismo”, añade. 

El informe también mide los picos máximos de contaminación en periodos puntuales que “pueden llegar a multiplicar por 100 el valor de las concentraciones medias horarias”. Estos máximos de contaminación se dan “sencillamente por las condiciones meteorológicas más adversas por la dispersión de contaminantes”. 

En otro apartado, los autores del informe —la doctora en Ciencias Ambientales Eva Gallego y el doctor en Ingeniería Industrial José Francisco Perales— analizan diez localizaciones representativas de las zonas urbanas con diferentes distancias y direcciones respecto al foco.

Los receptores situados en la zona urbana de Castelló desvelan que las concentraciones más elevadas provenientes de la refinería “se darían entre las ocho de la mañana y las 22h de la noche, especialmente en los meses de verano, siendo el mes de junio el peor”. La zona del Grau de Castelló sufre un perfil de afectación “un poco más acusado en horario nocturno”

El estudio es preliminar ya que no cuentan con “información detallada de la refinería”, según advierten sus autores, quienes sólo han podido analizar de momento los compuestos orgánicos volátiles diferentes del metano (NMVOC en sus siglas en inglés), que son uno de los principales ingredientes de las emisiones de las refinerías de petróleo.

Los NMVOC, en condiciones ambientales usuales de temperatura, pueden estar presentes en el aire que se respira. “La casuística asociada a los NMCOV es muy amplia, tanto por el número de compuestos que se pueden encontrar en la atmósfera (usualmente se detectan por análisis químico entre 100 y 200 compuestos), por sus características de peligrosidad (inocuos, nocivos, irritantes, tóxicos, mutagénicos, cancerígenos, etc.) o por su umbral de olor (concentración mínima en la que se nota olfativamente su presencia)”, explica el informe.