La música y el teatro hacen muy buenas migas. Las musas Euterpe y Talía pasean con frecuencia cogidas de la mano y la belleza de una enfatiza la de la otra. La sintonía y sinergias entre dos de las artes más antiguas suben al telón del teatro Escalante en el ciclo Teatre i música que durará hasta el 7 de mayo, con una doble vertiente. En funciones escolares entre semana y para el público familiar los domingos, a las 18 horas, a precios populares, entre 4 y 5 euros. El Centre Teatral de la Diputación de Valencia ofrecerá cuatro espectáculos pensados para espectadores a partir de seis años, procedentes de Italia, Madrid, Girona y Valencia.
“Las piezas incluidas en esta programación no responden al formato clásico de musical”, señala Vicent Vila, director del centro teatral. “No se trata de obras de teatro con números de canto y baile, sino piezas en las que se utiliza la música de forma novedosa, utilizando instrumentos poco convencionales para enriquecer las técnicas teatrales y contar historias”.
El ciclo es una muestra de cómo evoluciona el teatro para niños, un campo de experimentación que permite romper con lo convencional y abrir nuevos horizontes, pues los niños “tienen la mente muy abierta y no compartimentan los géneros”.
En las próximas semanas el Escalante ofrecerá una selección de piezas en las que la música se reinventa y se sirve de otras técnicas más clásicas, como la narración oral o el clown, para contar historias que emocionan, divierten y amplían las miras de los pequeños.
Abrió el ciclo Canciones de miedo y risas (23-26 de marzo), una propuesta terroríficamente divertida la compañía madrileña Familia Scalofrini que convierte el escenario en el salón de un viejo y tenebroso castillo donde tres músicos presentan a curiosos personajes que mezclan a partes iguales miedo, humor y ternura, como Anacleto el Esqueleto, enamorado hasta los huesos y que se disculpa si te asusta. Un concierto dramatizado que regenera la narración oral y en el que el humor actúa como hilo conductor, buscando en todo momento la participación de los pequeños espectadores.
Del 30 de marzo al 2 de abril se representará El mundo de Irene una pieza multimedia de la compañía catalana Afonix Producciones que obtuvo la mención especial del jurado en FETEN 2013 a la mejor composición e interpretación y una de las escasas propuestas de la cartelera accesible en lengua de signos. El músico Pep López se acompaña de instrumentos como el Udú africano o el Guzhen, junto con la proyección de vídeos e ilustraciones, para recrear la peculiar visión sobre la vida de Irene, una niña sorda. El espectáculo trata temas tan presentes hoy día como la ambición, la homosexualidad, la muerte o el amor desde un prisma lleno de humor, sin dramatismos, que favorece el diálogo entre el adulto y niño sobre asuntos de los que rara vez se habla con los pequeños.
La tercera propuesta llega de la mano de los valencianos Amores Grup de Percussió, todo un referente nacional y ganadores, entre otros galardones, de varios Premios de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana. En BUMP! (del 6 al 16 de abril) colaboran con la guionista mejicana Silvia Macip, autora del texto, y con la actriz valenciana Lara Salvador Peydró en un espectáculo que cuenta la historia de una chica con problemas cardiacos cuya infancia transcurre en un hospital, marcada por los latidos arrítmicos de su corazón. Esto le lleva a conocer el mundo a través de los sonidos percusivos que produce y a expresarse mediante la melodía. Una pieza vitalista que, a través de la palabra, el gesto y la música, nos lleva a descubrir el ritmo que cada uno genera en su interior.
Después de Pascua, del 4 a 7 de mayo, una compañía italiana presenta Trash!. Jashgawronsky Brothers Quartet propone un espectáculo sin texto, que combina las técnicas del clown moderno con el reciclaje de elementos cotidianos para crear instrumentos musicales con escobas, ralladores y hasta papel higiénico. Asientos de wáter se transforman en guitarras eléctricas y cerditos de goma en insólitas marimbas para sonar impecablemente en un divertidísimo concierto que aboga por el reciclaje, enseñando a los pequeños que todo puede tener una segunda vida y que nada está totalmente gastado porque la materia no se destruye, si no que se transforma.