La realidad de las mujeres colombianas refugiadas y exiliadas en España: precariedad, enfermedades psicológicas y vulnerabilidad a la violencia de género
Un informe de La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas de Colombia en España entregado a la Comisión de la Verdad y a la Corte Constitucional critica la política de asilo del Estado español y analiza la dura realidad a la que se enfrentan las defensoras de derechos humanos y lideresas sociales que se vieron obligadas a huir de su país por el conflicto armado. Precariedad laboral, enfermedades físicas o psicológicas, desarraigo, estigmatización o vulnerabilidad ante la violencia de género son algunas de las claves que explican el día a día de estas mujeres en España.
El informe, confeccionado por Carolina Durán Mcnish y Alba Teresa Higuera Buitrago, servirá a la Comisión de la Verdad para elaborar sus conclusiones después de tres años de trabajo sobre el conflicto armado colombiano que, en medio siglo, ha dejado 8,5 millones de víctimas entre muertos, heridos, secuestrados, desplazados y desaparecidos, según el presidente de la Comisión, el sacerdote jesuita Francisco de Roux.
Las autoras han entrevistado a una veintena de mujeres colombianas que tuvieron que salir de su país a raíz del conflicto armado y que viven en distintas ciudades españolas. “Las mujeres que emigran a otro país de manera obligada, y especialmente aquellas que han vivido en sus países de origen la violencia sexual y/o política, están expuestas a un grave proceso de derrumbamiento interno y externo en tanto, en medio de una situación emocional vulnerable, de manera abrupta deben adaptarse rápidamente a nuevas y desconocidas situaciones”, concluyen. Uno de los puntos que destacan las mujeres entrevistadas es la fragmentación familiar a la que se enfrentan: “se abandonan involuntariamente lazos familiares y afectivos”.
La concesión de asilo y refugio, denuncia el informe, “es inversamente proporcional con el recrudecimiento del conflicto armado”. “En España, el refugio es un derecho vulnerado por el mismo Estado”, denuncian. Entre 1995 y 2004, España concedió 465 estatutos de refugiado a ciudadanos colombianos frente a las 4.061 solicitudes presentadas, “una cifra muy reducida para un país desgarrado por una guerra civil no declarada”.
La precaria situación laboral y el contexto de crisis económica afecta a las mujeres refugiadas o exiliadas colombianas. Así, un 55% de las entrevistadas se encuentran en situación de desempleo o en el servicio doméstico o de los cuidados, “a pesar de su alta calificación”. “Las lideresas realizaban en Colombia labores de alta calificación y desempeño profesional en áreas relacionadas con la defensa de los derechos humanos y de las mujeres” pero el 90% de las mujeres entrevistadas han trabajado en España en tareas que “no tienen correspondencia ni con las que llevaban a cabo en Colombia ni con su formación profesional”.
El informe alude a problemas sanitarios, de escolarización y a la necesidad de apoyo emocional o psicológico que provocan que las mujeres refugiadas o exiliadas queden “sujetas a una carga extra de violencia social y psicológica ya que a la situación desfavorable de inmigrante que comparten con los hombres, se suma la de género”. Las investigadores aseguran que, en muchos casos, las refugiadas o exiliadas desarrollan incluso enfermedades físicas o psicológicas: “La realidad es que las personas refugiadas e inmigrantes por lo general no llegan enfermas a España, sino que una vez en el país de acogida, empiezan a mostrarse vulnerables a enfermedades psicológicas y físicas ligadas a un conjunto de factores de riesgo que son de tipo social”. Así, se producen fenómenos de soledad, pérdidas y desarraigos, miedo o culpa.
Las mujeres colombianas refugiadas o exiliadas por el conflicto armado viven circunstancias que las hacen vulnerables a la violencia de género, que han sufrido un 5% de las entrevistadas. Las autoras del informe también aluden a la “incultura del narcotráfico”: “el hecho de ser colombiana conlleva una carga de sospecha”, afirman. Las producciones cinematográficas y televisivas sobre el narco han supuesto una “imagen estereotipada, distorsionada e hipersexualizada de la mujer colombiana”. Además, existe un “prejuicio sexual general” hacia las mujeres latinoamericanas, y singularmente hacia las colombianas, que “son vistas por los hombres españoles como mujeres exóticas, atractivas sexualmente, calientes, espontáneas, amorosas y sumisas”, según advierte la investigación.
La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas de Colombia trabaja en 11 países y está constituida por activistas defensoras de los derechos humanos, campesinas e indígenas, afrodescendientes o de colectivos LGTBI, entre otras. La investigación forma parte de los seis informes que la Red Nacional de Mujeres Defensoras de los Derechos Humanos ha presentado ante el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición y ante la Corte Constitucional de Colombia.