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Un tren monorraíl, una villa olímpica o la ecociudad del canal: las disparatadas ideas de Nóos para Valencia

El monorraíl de la costa proyectado entre Valencia y Cullera

Carlos Navarro Castelló

Valencia —

Un tren monorraíl por la costa desde Pinedo hasta Cullera, una suerte de minicoches eléctricos unidos entre sí bautizados como 'Chispa', una ecociudad de 3.300 viviendas junto a un canal olímpico para deportes de remo en plena huerta o una villa olímpica con 1.500 viviendas en el corazón de El Saler.

Estas son algunas de los disparatadas ideas incluidas en el proyecto 'Valencia Olímpica-La Puerta de L'Albufera' que el instituto Nóos y la Fundación Metrópoli presentaron en el año 2006 a Rafael Blasco, por aquel entonces conseller de Territorio y acutalmente en prisión por el 'caso Cooperación', y a su sucesor en el cargo, el eurodiputado Esteban González Pons.

La propuesta, por la que desde el Consell de Camps siempre se ha negado que se abonara cantidad alguna, se realizó en pleno éxtasis de colaboraciones entre la Generalitat Valenciana y la entidad que dirigía Iñaki Urdangarín.

De hecho, entre los años 2004 y 2006 se realizaron las jornadas Valencia Summit y se firmó un convenio para que el instituto Nóos diseñara la candidatura de Valencia para albergar los Juegos del Mediterráneo que finalmente no se celebraron. 

Por todo ello se embolsaron 3,5 millones de euros de las arcas públicas, procedentes de la Fundación Turismo Valencia (dependiente del Ayuntamiento) y de la Ciudad de las Ciencias (CACSA).

De hecho, por presuntas irregularidades en estos pagos han sido juzgados recientemente el exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, y cuatro exaltos cargos de CACSA y del Consell de Camps, implicados en la trama valenciana del 'caso Nóos' que está a la espera de sentencia.

El proyecto 'Valencia Olímpica' se vinculó primero a la mencionada candidatura para los Juegos del Mediterráneo, después a los Juegos Olímpicos de la Juventud, evento propuesto también por Urdangarín, y finalmente a la candidatura de Madrid de cara a las Olimpiadas de 2016, en la que la capital valenciana figuraba como sede olímpica de vela secundaria. 

Los detalles del proyecto

La idea que trasladó Urdangarín a Blasco primero y a González-Pons después no llegó a tener recorrido más allá de las mencionadas reuniones, pero lo atrevido del proyecto, cuyo coste rondaba los 1.000 millones de euros, refleja la sintonía existente entre el yerno del rey Juan Carlos y los responsables de la Generalitat. El documento 'Valencia Olímpica' consta de más de 232 diapositivas en las que se incluyen propuestas de lo más variadas y llamativas.

Así, además de las mencionadas anteriormente, destacan la construcción de un puerto olímpico a espaldas del Club Náutico con 1.200 amarres; un millar de viviendas más asociadas a la 'Renovación de Pinedo y Paseo Fluvial' como fórmula para recuperar el cauce del Turia; un puente que conectaría el puerto deportivo con Pinedo; un parque de experimentación agrícola y 200.000 metros cuadrados de edificabilidad para investigación, residencias y los sectores terciario y comercial.

Por si fuera poco, la traca final establece como usos incompatibles algunas instalaciones como el autocine o el karting tras proyectar miles de viviendas en el Saler y la huerta.

Por otra parte, entre los argumentos que expone la presentación en las primeras diapositivas para lograr la consecución del proyecto, hay algunos tan curiosos como “el potencial latinoamericano” de Valencia, donde llaman “diamante ibérico” a “las ciudades que constituyen la plataforma de integración de Europa con el mundo latinoamericano”, entre las que estarían Valencia, Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla y Lisboa.

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