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Medio siglo del Plan Sur, la faraónica intervención franquista que cambió la fisonomía de la ciudad de Valencia

Actuaciones para el desvío del cauce del río Túria en la nueva desembocadura, en 1968.

Miguel Giménez

Valencia —

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En octubre de 1957 la ciudad de València sufrió la peor riada que se recuerda. El desbordamiento del río Túria, cuyo cauce atraviesa la ciudad de oeste a este, inundó las calles provocando cuantiosos daños humanos y materiales. Este fue el punto de inflexión que llevó al desarrollo del Plan Sur, una actuación que llevaba años sobre la mesa y que supuso una faraónica obra de ingeniería que propició el desvío del cauce del río para sacarlo de la ciudad. La decisión se tomó a raíz de una visita del general Francisco Franco a la ciudad, diez días después de las inundaciones, en la que el dictador se comprometió a dar una solución definitiva al problema.

La intervención, que se desarrolló entre 1965 y 1972 (fue aprobada en 1962 después de descartar las alternativas centro, adecuación y dragado del cauce natural, y norte, que suponía el desvío del río por el barranco del Carraixet), tuvo un coste aproximado de 7.000 millones de pesetas de la época (inicialmente estaba presupuestado en 2.000 millones de pesetas) y es analizada por Iván Portugués en su tesis doctoral: 'La metamorfosis del río Túria en València (1897-2016): de cauce torrencial urbano a corredor verde metropolitano'.

“Estamos hablando de una obra sin parangón, inconcebible hoy día por cuestiones económicas -además de la actuación en sí, la huerta era muy productiva y tenía un valor muy alto-, medioambientales -las diferentes normativas tanto nacionales como europeas, que van hoy día en sentido contrario, impedirían una transformación tan drástica- y de impacto territorial -paisajístico y ecológico-”, explica el autor de la tesis, que no ve una actuación de estas características comparable en Europa: “Es una actuación muy norteamericana, similar a lo que se hizo en Los Ángeles”.

Por lo que se refiere al coste de esta intervención, Portugués considera que es muy difícil hacer una valoración equivalente hoy día: “Tal vez se podría comparar con la construcción de la M-30 en Madrid”. El proyecto impulsado por Alberto Ruiz Gallardón como alcalde, con un presupuesto inicial de 1.700 millones de euros, ha acabado costando a los madrileños 3.600 millones, aunque si se incluye la gestión de la infraestructura la factura sube a los 9.400 millones hasta 2040.

Pero cómo se financiaron esos 7.000 millones de pesetas que costó en su día el desvío del Túria (5.500 millones de pesetas se dedicaron a las actuaciones hidráulicas y urbanísticas, con cerca de 3,5 millones de metros cuadrados ocupados por el nuevo cauce).. El Estado se hizo cargo del 75% del coste; el Ayuntamiento de Valencia y los municipios agrupados en la corporación Administrativa Gran Valencia se hicieron cargo del 20%; mientras que la Diputación de Valencia aportó el 5%. Para poder asumir el incremento del presupuesto y arbitrar los recursos necesarios, a lo largo del periodo 1962-1971 los municipios de la Gran Valencia optaron por gravar sobretasas en algunos productos y recargos en los impuestos locales. El ayuntamiento de la capital debió asumir en exclusiva varios recursos extraordinarios, “medida que resultó altamente impopular”.

De este modo, en el área metropolitana se impusieron gravámenes como un 10% del arbitrio sobre riqueza urbana; un 15% sobre la riqueza rústica y pecuaria; el 40% sobre el impuesto que gravaba el consumo de gas y electricidad; el 3% sobre el importe de consumiciones y estancias en hoteles y restaurantes cuando excedían de los precios mínimos; y una tasa especial por estacionamiento de vehículos.

La ciudad de València, por su parte, instauró una sobretasa de 50 céntimos en telegramas y la imposición de un timbre especial de 25 céntimos (un sello) en la correspondencia, que incluía la creación del llamado 'sello del Plan Sur'; un arbitrio del 3% sobre las tarifas de los servicios telefónicos; un timbre especial del 10% sobre el impuesto de lujo en los actos de venta; y un recargo del 10% sobre el arbitrio extraordinario que grava frutos secos, dulces y artículos de perfumería.

La huerta del sur, la gran damnificada

València era una ciudad rural que empezó a crecer en los años cincuenta de forma descontrolada, sin orden, con numerosos problemas con sus infraestructuras viarias y ferroviarias -había más de 230 pasos a nivel- y el Plan Sur sirve para reorganizar la ciudad: “Entonces se vendió que València daba el salto a la modernidad”. Se transforma el “patio trasero” de la ciudad, donde se encontraban actividades industriales, depuradoras... que pasan a instalarse junto al canal, en una zona que hasta entonces era ecológicamente rica.

Aunque las previsiones eran que la ciudad creciera hacia el noroeste, se desarrollara hacia ciudades como Burjassot o Paterna, el desvío del Túria provoca que la trama urbana se extienda hacia el nuevo cauce, la nueva barrera que se convierte en el límite natural de la ciudad: “El Plan Sur vehicula el crecimiento desarrollista, lo canaliza, y la gran perjudicada es la huerta, que prácticamente desaparece en esa zona”. Ese crecimiento es “caótico”, ya que aparece de repente una enorme pastilla de suelo con la que nadie contaba: “Es el primer gran mordisco a la huerta del sur, que prácticamente desaparece a ambos lados del canal”.

Un proyecto “hijo de su época”

Iván Portugués reconoce que, aunque hubo cierta contestación social en las localidades directamente afectadas -se presentaron un millar de alegaciones que fueron desestimadas-, hay que entender que los proyectos son “hijos de su época”, y el Plan Sur se vendió entonces como el “salto a la modernidad” de València, una idea que se repetía “hasta la saciedad, provocando que fueran muchos los que creían en el proyecto y lo defendían”.

El Plan Sur cambió el modelo de vida de una València, la de las huerta y las alquerías, que acabó desruralizándose. Se urbanizó toda esa zona y se generaron barreras físicas y psicológicas que separaron la ciudad de sus pedanías del sur. Con el desvío del Túria, la ciudad dejó de ser la que era hasta la segunda mitad del siglo XX.

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