Cómo lograr que tu ensalada de bolsa dure más: prueba esta triquiñuela

Frutas y verduras plastificadas

Eva San Martín

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No te sientas solo: si hace una década las bolsas de ensalada se consideraban un producto gourmet y raro, hoy las consumen más de la mitad de los españoles, según la patronal nacional de productores de hortalizas (Fepex). 

Y aunque nos dé escalofríos el plástico que inevitablemente las acompaña, las ventas de ensaladas envasadas no dejan de crecer. Pero llega el martes, y esas hojas verdes y crujientes adquieren un aspecto blandengue. Puede que la bolsa de lechuga resulte para muchos un enemigo inevitable; ¿pero es necesario que decaigan tan rápido, y que empiecen a pudrirse y a encharcarse antes de llegar a la mitad? 

No hay cifras nacionales, pero un estudio en Reino Unido estima que el 40% de las bolsas de ensalada acaba en la basura: 178 millones al año. Grr... Aún así, hay algunos pequeños trucos que puedes intentar para evitar que tus ensaladas duren tan poco; o al menos, para prolongar su vida hasta que quieras utilizarlas. 

1. La lechuga entera se conserva mejor que las hojas sueltas

Un cogollo o una cabeza de lechuga entera se conserva más tiempo fresca que las hojas sueltas. Así, si compras una lechuga entera, intenta no separar las hojas hasta que no vayas a consumirlas. Además, a la lechuga le gusta que la guardes en un lugar oscuro y fresco; el frigorífico resulta ideal.

Un truco: envuélvela con varias capas de papel de cocina o con un paño ligeramente húmedo (puedes utilizar un pulverizador) antes de meterla en la nevera. Esto la ayudará a mantenerse fresca más tiempo. 

Si ya tienes hojas sueltas (y no aliñadas) utiliza el mismo método: cubre el fondo de un cajón de la nevera con un par de hojas de papel de cocina, coloca tu ensalada, y cúbrela con otras dos capas de papel húmedo. O utiliza un paño (también humedecido) para envolver tus hojas o hierbas aromáticas frescas: esta triquiñuela te ayudará a conservarlas crujientes, y casi intactas, tres o cuatro días más.

2. El truco del papel en la bolsa de ensalada

El agua es el principal enemigo de tu lechuga envasada; y también el medio que puede albergar las bacterias que la echan a perder; responsables de su descomposición. Por eso, la primera tarea para lograr que la ensalada de bolsa dure más tiempo fresca es mantenerla seca. ¡Y aquí resulta útil el truco del papel de cocina!

Es fácil: en cuanto llegues a casa, introduce una hoja de papel de cocina dentro de la bolsa, ya que te ayudará a absorber la humedad que necesita la lechuga para empezar a pudrirse. Y ciérrala bien con una pinza para bolsas que la selle. Si quieres que resulte aún más efectivo, sustituye el papel cada día. 

3. O consérvalas en otro recipiente

Es ligera y ocupa poco espacio, pero (además de su impacto para el planeta) lo cierto es que la bolsa de plástico ofrece poca resistencia a los golpes, y no evita que tu ensalada acabe estrujada por el contacto con otros alimentos en la nevera. Y esto también favorece que la ensalada comience a deteriorarse. 

Por eso, puedes trasladarla a una tartera u otro recipiente rígido de cierre hermético. Y sigue la misma lógica: primero, cubre el fondo de tu recipiente con una capa de papel o un paño, coloca la ensalada, y vuelve a cubrir con papel humedecido antes de cerrarlo. No estrujes demasiado las hojas: la falta de espacio favorecerá que se estropeen antes. 

4. Centrifugadora de ensaladas 

Sí, existe tal cosa. Y puede adquirirse una centrifugadora de ensalada decente por unos 30 euros (aunque las hay mucho más caras). Este artilugio funciona como la fase final de tu lavadora: está diseñado para girar y secar las hojas de ensalada embolsadas. Y, así, prevenir que se echen a perder tan rápido. 

Una vez que ha terminado el ciclo de giro, conviene dejarlas reposar en el aparato unos minutos. Y antes de guardarlas en un recipiente hermético (como una tartera): ¡recurre al truco del papel! O del paño de cocina, si lo prefieres. Es decir, cubre el fondo, echa tus hojas, y vuelve a cubrirlas. 

5No esperes milagros

Estos trucos te ayudarán a alargar la vida de tu ensalada unos días, máximo una semana. ¿Y si las hojas están ya feas y lánguidas? En este caso, meterlas en un recipiente con agua fría, dentro de la nevera, puede animarlas y reparar esas células deshidratadas. Eso sí: solo sirve para consumirlas a las pocas horas. Si no, acabarán por pudrirse de nuevo. 

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