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¿Qué puedes hacer para dejar a tus animales lo más fresquitos posible durante la ola de calor?

El agua puede ayudar a refrescar a nuestro perro en los días calurosos.

Martín Frías

27 de junio de 2025 11:46 h

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El cambio climático ha hecho que en verano se multipliquen las olas de calor, es decir, temperaturas por encima de lo normal para esa época del año, y que se prolongan por espacio de días o semanas. En 2023, España fue el segundo país europeo con más muertes por el calor. Aunque los seres humanos busquemos alivio a la sombra o delante del aparato de aire acondicionado, debemos recordar que no somos los únicos que padecemos bajo las temperaturas agobiantes del verano.

Nuestros animales también pueden sufrir tanto o más que nosotros. El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 explica que, por ejemplo, a partir de 32ºC, todos los perros corren riesgo de sufrir un golpe de calor.

Los peligros del calor para perros y gatos

Los perros y gatos no sudan como los humanos. Mientras nosotros liberamos calor por evaporación del sudor, y las glándulas sudoríparas cubren todo nuestro cuerpo, los perros solo pueden sudar mínimamente a través de las almohadillas de sus patas y la nariz. Las glándulas sudoríparas en el resto de su piel no son tan efectivas como las de los humanos, y al estar cubiertos de pelo, su eficacia se reduce aún más.

El principal mecanismo que tienen los perros para refrescarse es el jadeo. Los perros inhalan a través de la nariz y exhalan por la boca, y la lengua sirve como superficie refrigerante. Pero cuando el calor es excesivo, este método puede volverse insuficiente.

Los gatos son similares a los perros. Solo pueden sudar de forma apreciable por las patas y el hocico, y también utilizan el jadeo para refrescarse, igual que los perros. Además, al lamerse el pelaje, los gatos también pueden bajar su temperatura corporal, ya que su saliva tiene un efecto refrescante cuando se evapora.

Uno de los mayores riesgos para los animales es el golpe de calor, una afección grave que puede aparecer en cuestión de minutos. Los síntomas pueden no ser muy evidentes, estos son los más comunes a los que hay que prestar atención.

Síntomas de un golpe de calor en perros y gatos

En el caso de los perros son los siguientes:

  • Jadeo excesivo
  • Enrojecimiento de las encías y mucosas
  • Taquicardia (frecuencia cardíaca acelerada)
  • Temperatura elevada al tacto (como si fuera fiebre)
  • Vómitos o diarrea
  • Desorientación o tambaleos
  • Debilidad o colapso

En el caso de los gatos, además, puede haber un cambio de comportamiento, y mostrarse letárgico, cansado o menos activo de lo habitual, además de perder el apetito y rechazar la comida. Si no se actúa rápidamente, un golpe de calor puede provocar fallos orgánicos y, en el peor de los casos, la muerte.

Hay que tener en cuenta que no todos los animales sufren el calor de la misma manera. Algunos son más propensos a sufrir por las altas temperaturas. En el caso de los perros, las razas braquicéfalas, como los bulldogs, carlinos o boxers, y en gatos como los persas, sus cráneos cortos y vías respiratorias estrechas dificultan su capacidad para regular el calor mediante el jadeo.

Los animales con pelaje más oscuro o denso absorben más calor solar y pueden sobrecalentarse más rápido. Lo mismo ocurre con los animales que tienen sobrepeso o una edad más avanzada.

Cómo mantener a tu perro o gato fresco

Si el golpe de calor es el enemigo que puede atacar en cualquier momento, la clave para proteger a nuestros animales es la prevención. Unas precauciones sencillas pueden evitarnos un desagradable viaje a las urgencias veterinarias:

  • Nunca les dejes en el coche: aunque parezca obvio, cada año siguen ocurriendo tragedias por este motivo. En solo 10 minutos, la temperatura dentro de un vehículo puede subir más de 20 grados, incluso con las ventanas entreabiertas. Eso quiere decir que si hay 30°C afuera, en el interior puede alcanzar los 50°C en cuestión de minutos.
  • Asegúrate de que tengan sombra y agua fresca: si tu animal pasa tiempo en el exterior, es fundamental que tenga acceso constante a un lugar con sombra, preferiblemente con ventilación natural. El agua debe estar fresca (no helada) y renovarse varias veces al día para evitar que se caliente.
  • Evita los paseos en las horas más calurosas: el asfalto puede provocar quemaduras en las almohadillas de sus patas, incluso si el aire no parece extremadamente caliente. Puedes probar el calor del suelo con el dorso de tu mano: si no puedes mantenerla más de cinco segundos, es demasiado caliente para ellos. Intenta que los paseos sean fuera de las horas centrales del día.
  • Paños húmedos o zonas de baño: para los perros, una pequeña piscina infantil con agua fresca en el balcón o el jardín puede ser un gran alivio. A los gatos, que suelen ser más reacios al agua, puedes refrescarles las patas y el vientre con un paño húmedo de vez en cuando. También puedes colocar botellas de agua congeladas envueltas en una toalla para que se acurruquen cerca si lo desean.
  • Mantas refrescantes: al igual que las que se utilizan para colchones y almohadas con efecto frío para las personas, los materiales de cambio de fase refrescantes también están presentes en mantas y esterillas que mantienen a tu animal fresco en casa durante los días más calurosos. Si optas por una manta de gel, asegúrate de que la cubierta sea resistente a arañazos y mordiscos, ya que el gel puede ser tóxico para ellos.

El calor no tiene que convertirse en un problema para nuestros animales si sabemos cómo cuidar de los pequeños detalles, observar su comportamiento y estar atentos a las señales de que están pasando demasiado calor. No olvidemos que no expresan su malestar igual que nosotros.

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