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Así afectan a tu cuerpo los zapatos de tacón

tacones

Darío Pescador

Es fácil perderse en el laberinto de motivos históricos, culturales, reivindicativos y de género para llevar tacones o dejar de llevarlos. Desde su origen como zapatos para montar a caballo en la Persia del siglo X hasta los carísimos zapatos de suela roja que llevan todas las famosas, los zapatos de tacón no son solo zapatos.

Los zapatos de tacón han demostrado aportar beneficios psicosexuales a quienes los llevan, pero a costa de producir daños físicos. De esos daños trata este artículo.

El principal problema con cualquier zapato que eleve el talón es que el peso del cuerpo se desplaza hacia la almohadilla de los dedos. Cuanto más alto sea el tacón, mayor será la presión en esta zona. Si los zapatos son cerrados esto puede llevar a deformaciones en los dedos de los pies.

En el peor de los casos se puede producir un neuroma de Morton, una inflamación dolorosa de los nervios en la almohadilla del pie. Los juanetes, acumulaciones de calcio en el hueso que provocan dolor y pueden necesitar cirugía, también son comunes. Pero hay mucho más.

“Hemos nacido descalzos, y la forma natural de andar es entrar en el paso con el talón”, dice el doctor en fisioterapia Luis Palomeque. “Con los tacones, al dar el paso, el astrágalo, ese hueso tan importante que conecta la pierna con el pie, no está centrado, y eso produce un desequilibrio de cargas”, explica.

Cuando se elevan los talones, lo natural es caer hacia delante. Al calzar tacones es preciso adaptar la postura de todo el cuerpo para redistribuir las cargas y mantener la estabilidad. “La adaptación es ascendente, con flexo de rodillas, después las caderas, la columna lumbar y finalmente las cervicales”, apunta Palomeque. 

Todas estas adaptaciones, si se mantienen a lo largo de los años, pueden producir lesiones crónicas. “El flexo de la rodilla favorece la artrosis, en la cadera aumenta el tono de la musculatura de los glúteos y la curva de la columna, lo que suele llevar a dolores lumbares”.

Los tacones hacen más pronunciada la curva de la espalda. Esto se considera tradicionalmente la causa de los dolores de espalda, aunque puede haber otros factores implicados. En un estudio se comprobó que el 58% de las mujeres que llevaban tacones sufrían de dolor lumbar, a pesar de que el ángulo de su columna variaba de unas a otras. Curiosamente, se ha visto que esta curvatura acentuada se percibe como más atractiva, incluso cuando no se ven los pies. 

Por si fuera poco, para mantener la mirada al frente llevando tacones, tiene que adaptarse posición de la nuca. Esto está relacionado con el bruxismo, dolores mandibulares y dolores de cabeza a causa de la tensión en el cuello.

Los zapatos de tacón también pueden producir varices. “Cuando aumenta la tensión de los músculos y aumenta la presión, las venas profundas sufren una congestión y las superficiales tienen que asumir el flujo, esto lleva a las varices”, aclara Palomeque.

Los tacones afectan pues a todo el esqueleto. Los cambios en la postura a lo largo del tiempo producen cambios físicos en los músculos y tendones. Hay un acortamiento de la musculatura de las pantorrillas, que al cabo de los años, hace que sea problemático caminar con zapatos planos.

“Con un poco de tacón todos estamos mejor, porque acortar los músculos es más cómodo”, explica Luis Palomeque. “Cuando me duele la tripa, estoy más cómodo inclinado hacia delante, en posición fetal. Pero eso no quiere decir que sea lo correcto”.

Los zapatos de tacón pueden ser adictivos, con su síndrome de abstinencia correspondiente, sobre todo en mujeres mayores que han llevado tacones gran parte de su vida. “En estos casos no podemos quitar los tacones de golpe, sino poco a poco, incentivando los estiramientos para mejorar la elasticidad de los gemelos”, indica Palomeque.

Como ocurre con el tabaco, saber que los zapatos de tacón son dañinos no va a evitar que sus fans los sigan llevando. En este caso hay que hacer control de daños: limitar el tiempo que se llevan puestos, masajear los pies, estirar los gemelos al final del día y, por muy bonitos que sean, deshacerse de los más dañinos.

¿En qué se basa todo esto?

The 2016 HIGh Heels: Health effects And psychosexual BenefITS (HIGH HABITS) study: systematic review of reviews and additional primary studies. Nuestra síntesis de evidencia muestra claramente que los tacones altos traen beneficios psicosexuales a las mujeres pero son perjudiciales para su salud. A la luz de este dilema, es importante que se respete la libertad de elección de las mujeres y que se aborden los problemas restantes de compulsión explícita o implícita.

Analysis of foot kinematics wearing high heels using the Oxford foot model.

Why Women Wear High Heels: Evolution, Lumbar Curvature, and Attractiveness. Un análisis más detallado reveló un patrón aún más preciso que se alinea con la psicología humana evolucionada: el calzado de tacón alto aumentó el atractivo de las mujeres solo cuando usar tacones alteró su curvatura lumbar para estar más cerca de un ángulo evolutivamente óptimo.

High-heeled walking decreases lumbar lordosis. Sin embargo, los usuarios inexpertos de tacones altos mostraron menos ángulo de curvatura torácica mientras usaban tacones altos que cuando usaban tacones bajos. Es importante destacar que ambos grupos exhibieron ángulos de curvatura lumbar y torácica máxima y mínima significativamente más bajos al usar zapatos de tacón alto en comparación con la condición de los pies descalzos. Como resultado, parece que el dolor lumbar podría estar asociado con otros factores inducidos por los tacones altos.

The effect of walking in high- and low-heeled shoes on erector spinae activity and pelvis kinematics during gait. Desde una perspectiva clínica, el aumento de la actividad muscular de la columna vertebral del extensor lumbar asociado con el uso de zapatos de tacón alto podría exacerbar el uso excesivo de los músculos y provocar problemas en la parte baja de la espalda. El rango de movimiento pélvico inferior asociado con el uso de tacones altos en mujeres de mediana edad puede indicar que los tejidos en la región lumbopélvica se vuelven más rígidos con la edad y que el efecto dañino de los zapatos de tacón alto en la postura y los tejidos espinales puede ser más pronunciado con el avance años.

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