Sierra i Fabra dice que hay una censura “terrible” en la literatura juvenil

Con más de 500 libros publicados, el escritor Jordi Sierra i Fabra ha dedicado su última novela a la censura, algo que existe de “forma terrible”, asegura, en la literatura infantil y juvenil, donde existen palabras condenadas como “aborto, orgasmo, gay o lesbiana”.

“No hay nada peor que una AMPA (asociación de madres y padres de alumnos) eligiendo los libros que han de leer los niños”, ha indicado hoy Sierra i Fabra, que asegura que lucha desde hace años contra esta censura que hay en literatura, mientras se permite a los jóvenes ver cualquier película en el cine o acceder a los contenidos de internet.

A pesar de que los escritores se autocensuran y de que las editoriales “de entrada también tienen un miedo terrible”, ocurren casos como el que le sucedió a él cuando un colegio devolvió 600 libros porque uno de sus personajes decía que “tocar un conjunto de rock es como un orgasmo colectivo”.

Su último libro, “Las palabras heridas”, editado por Siruela, habla de un joven militar de un país asiático gobernado con puño de hierro, donde los libros están prohibidos, así como cualquier pensamiento que cuestione la doctrina oficial.

El joven es destinado a un campo de reclusión de disidentes donde será el encargado de censurar las cartas de los presos. Uno de los presos, un exprofesor universitario, despertará en él una profunda atracción que le hará replantearse sus ideas.

Esta es la segunda ocasión, tras “La muerte del censor”, en la que Sierra i Fabra habla de este tema, porque, asegura, “cuando hay un golpe de Estado, lo primero que se hace es quemar libros y matar escritores, porque creen que las palabras son veneno”.

“Si algo tiene este libro, es que recuerda otra vez que la palabra escrita es magia pura”, sostiene Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947), que considera que “las palabras golpean más que una bala”.

Por eso, cree que esta novela debe ser debatida en las escuelas, ya que puede dar pie a hablar de situaciones como las de Corea del Norte o Venezuela, porque es en los libros, dice, donde las cosas se explican y se racionalizan.

Este autor, que lleva 45 años publicando, asegura que no participa en redes sociales ya que es “un volcán expresivo” y señala que tiene libros que no ha editado porque no ha querido cambiar “una coma”.

A lo largo de su carrera solo ha modificado dos de sus más de 500 libros siguiendo el consejo de un editor, indica este escritor, que defiende la independencia en su oficio.

“Soy un incordio”, reconoce el autor, quien ha obtenido entre otros el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil o el Premio Cervantes Chico, y recuerda que, a pesar de estar encasillado como escritor para niños y jóvenes, tiene 82 novelas para adultos.