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Montalbano, embajador de la comida siciliana para el Día Mundial de la Pasta

Montalbano, embajador de la comida siciliana para el Día Mundial de la Pasta
Madrid —

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Madrid, 24 oct (EFE).- Para el comisario Montalbano, el personaje más conocido de Andrea Camilleri, comidas y cenas son sagradas y tienen como protagonista el plato y no la conversación. Con ellas acercó la cocina siciliana a sus múltiples lectores y espectadores de la serie, que ahora pueden saborearla en unas jornadas.

Las han organizado para este otoño e invierno el cocinero palermitano Angelo Marino y su socio Rafa Vega en Premiata Forneria Ballarò (Madrid), pero el Día Mundial de la Pasta, que se celebra este domingo, es una buena oportunidad para descubrir su “cuna” porque, sostiene Vega, que “no llegó a Italia tanto por Marco Polo como a través de los árabes por Sicilia”.

“La primera fábrica de pasta de la que se tiene constancia se abrió en la isla”, añade a Efe Vega, quien recuerda que la que más le gusta a Montalbán es la 'ncasciata', una contundente mezcla de macarrones, berenjena, mortadela, huevo duro y ragú de carne que se incluye en el menú dedicado a Adelina, la asistente doméstica de un comisario al que reconforta con sus platos caseros.

Para Vega, este plato es el origen de los macarrones con tomate y chorizo de los hogares españoles.

Pescados y pasta son dos constantes en la cocina siciliana y como tales conforman la dieta del “hijo” más conocido de Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925 - Borgo, Roma, 2019), de cuya devoción gastronómica se han escrito “muchos libros en Italia”. “Premiata Forneria Ballarò es un restaurante siciliano y pensé que teníamos que hacerle este homenaje, porque adora la cocina y mantiene una relación entrañable con ella”, explica Vega.

“La comida es parte de las novelas. Montalbano nunca cocina, pero su gusto por los platos tradicionales -si fuera vasco sería más de besugo asado y kokotxas que de espumas de la nueva cocina- sirve a Camilleri para rescatar recetas e incluso detallarlas, como la de los arancini (bolas fritas de arroz y carne)”, añade.

Curiosamente, aunque el comisario bebe vino nunca habla de ellos, pero sí se sirve el autor del personaje para reflejar la cultura italiana del café. “Y la media botella de whisky que se 'sulfata' cada vez que puede”, añade Vega.

El protagonismo de la cocina en esta serie literaria -y su adaptación televisa- es tal, que las jornadas previstas por Premiata Forneria Ballarò no terminarán con el capítulo dedicado a Adelina. Los próximos -“si la autoridad competente lo permite y al público le gusta”, ironiza este seguidor de la saga- se centrarán en los restaurantes Enzo a Mare y San Calogero, donde el comisario suele almorzar.

También proyecta otro sobre las mujeres sicilianas. “Cuando Montalbano acude a una casa por sus pesquisas, siempre le acaban invitando a comer; comida casera, sin más”. Y sin menos.

Si el menú Adelina, inspirado en los libros “El perro de terracota”, “La Nochevieja de Montalbano”, “La forma del agua” y “La excursión a Tindari”, está compuesto por 'arancinette', ensalada con moluscos, pasta 'ncasciata', 'triglie fritte' (salmonetes fritos) con hinojo y 'cassata' (uno de los postres sicilianos más populares), los que ya preparan Angelo Marino y Rafa Vega permitirán a los comensales descubrir más de la variada comida de la isla.

Como 'sarde a beccafico', versión de la cocina 'póvera' de un lujoso plato en el que las oropéndolas se sustituyen por sardinas; pasta alla Norma, espagueti con erizo de mar y botarga o los populares 'cannoli' (canutillos rellenos de crema de 'ricotta').

Con estos menús en homenaje a Montalbano, que cuentan con el respaldo del Instituto Italiano de Cultura y la editorial Salamandra -que publica la saga en castellano- se ha abierto para Premiata Forneria Ballarò la “fascinante” senda de “dar contenido literario a un restaurante”.

“Hay infinidad de literatura italiana en la que se habla de comida, da mucho juego. 'El gatopardo' nos permitiría recrear platos antiguos”, dice Vega, quien anima a sus colegas de cocina española a hacer lo propio con otro policía gourmet, el inspector Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán.

“A Camilleri un libro de Vázquez Montalbán le ayudó a continuar otro que él que tenía atascado; como homenaje a esa ayuda decidió llamar Montalbano a su comisario, por otra parte un apellido muy siciliano”, recuerda.

En cuanto a la situación de la hostelería, cercada por restricciones y cierres, reconoce que aunque no son los únicos que lo están pasando “muy mal”, las medidas contra el sector son “desmesuradas” pese a que los contagios en los restaurantes son “muy bajos”. “Vamos a sobrevivir muy pocos, toca apretar los dientes”.

Pilar Salas

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