Una nueva caravana de más de 700 hondureños cruza la frontera con Guatemala para llegar a EEUU
Un total de 709 personas de origen hondureño componen una nueva caravana de migrantes que salió el lunes de su país y cruzó este martes la frontera con Guatemala con la intención de llegar a Estados Unidos, según ha informado el Gobierno de Honduras. Los migrantes salieron desde la ciudad de San Pedro Sula, norte del empobrecido país, el mismo punto de partida de la primera caravana que emprendió la misma ruta el pasado octubre hacia EEUU, donde el presidente Donald Trump reforzó la frontera para evitar su entrada.
El director de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Lisandro Rosales, ha dicho en un comunicado que 359 hondureños entraron a territorio guatemalteco tras realizar su trámite migratorio en el punto fronterizo de Agua Caliente.
Asimismo, señala que otros 350 hondureños, entre ellos varios menores de edad, “rompieron el retén de la Policía Nacional” en Agua Caliente para ingresar a Guatemala de manera irregular y desde donde pretenden continuar su viaje a México y Estados Unidos.
Rosales indicó que 23 menores hondureños no acompañados fueron remitidos a la Dirección de Niñez, Familia y Adolescencia (Dinaf) para “su acompañamiento durante el retorno” a sus lugares de origen.
Las autoridades hondureñas han extremado las medidas de control migratorio en Agua Caliente para evitar el paso de la caravana. La Policía hondureña ha instalado 54 puntos de control en las fronteras con Guatemala y El Salvador, con el fin de “velar por la seguridad” de la población, añade el informe del organismo de protección civil.
Alrededor de un millar de hondureños, divididos en dos grupos, salieron el lunes desde la ciudad de San Pedro Sula, al norte de Honduras, con la intención de llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. Las autoridades hondureñas han reiterado el llamado a que no “pongan en riesgo su vida en la ruta migratoria”.
“El gran número de personas que se espera que abandonen Centroamérica es un verdadero testimonio de la desesperada situación de los niños, las mujeres y los hombres en esta región pobre y afectada por la violencia”, ha asegurado el secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Jan Egeland, en un comunicado.
“Los controles fronterizos, los guardias o los muros nunca detendrán a las personas que son perseguidas por la violencia de las pandillas y huyen por miedo a perder la vida. Los jóvenes que han perdido toda esperanza de un futuro mejor en Centroamérica tratarán repetidamente de alcanzar una vida mejor en los Estados Unidos, Canadá o México”, agrega Egeland. Asimismo, se muestra “convencido de que las actuales políticas estadounidenses solo agudizarán la crisis, la desesperación y el éxodo”.
Según la Cancillería de Honduras, ninguno de los miles de migrantes que en octubre pasado emprendieron viajes en caravanas para llegar a EEUU “ha logrado que se le conceda asilo político o permiso para permanecer en ese territorio de forma regular”. Muchos huían de la violencia de las maras y la pobreza extrema.
Al menos 11 hondureños de esas primeras caravanas murieron en su intento por llegar a territorio estadounidense, de acuerdo a cifras oficiales. De acuerdo con las autoridades de Honduras, muchos de los integrantes regresaron frustrados tras no poder ingresar a Estados Unidos. Alrededor de 2.500 personas de esa primera caravana aún se encuentran en Tijuana y otros 7.270 volvieron al país, según informa Europa Press.
Según denuncia la NRC, hondureños que han logrado llegar a México en viajes anteriores han contado al personal de la ONG “que fueron retenidos en refugios, obligados a firmar papeles de deportación y deportados sin una audiencia justa” para sus solicitudes de asilo. “Pese a las dificultades y los peligros, muchos todavía planean marcharse de nuevo, a pesar de que saben de las escasas posibilidades de llegar a Estados Unidos”, sentencia la organización.