Devolvedles la vida
Hay personas que matan sin derramar ni una sola gota de sangre. Después de leer este artículo puede que descubras que eres una de ellas.
Hasta el día de hoy, he pasado cerca de seis meses en campos de refugiados en Grecia, o dicho de otra forma, he sufrido como refugiado durante seis meses. Sin embargo, vivir en estos campos y observar todo a mi alrededor me ha dado la oportunidad de encontrar respuestas a las preguntas que siempre me había hecho y que me dejaban perplejo mientras solía ver las noticias internacionales y leer diferentes publicaciones.
Me preguntaba “¿con qué sueñan mis compañeros refugiados?”. Empecé por preguntar a los niños sobre sus sueños en el futuro, y para mi gran sorpresa, las respuestas fueron casi siempre: “Nada”.
Pero tras tomarse un tiempo para pensar claramente la pregunta, una pequeña parte de ellos contestaba de forma diferente. Las respuestas que daban eran simples: comprarse unos zapatos nuevos, comprar sus golosinas favoritas, y por supuesto, que se abran las fronteras. Me explicaron que, si las fronteras se abriesen y si les permitieran abandonar los campamentos y llegar a Alemania, España u otros países, podrían realizar todos sus sueños: comprar unos zapatos nuevos, sus golosinas preferidas…
Pero ¿qué pasa con sus sueños sobre su futuro? Parece que estos sueños ya no existen. Ya no sueñan con estudiar en la universidad ni tienen como objetivo metas más altas. Parece que solamente quieren un mínimo de dignidad y disfrutar con las pequeñas cosas de la vida.
Porque en realidad, les han matado sus sueños. Ya no podrán conservar su inocencia porque ha muerto el niño que llevaban dentro. Ya no pueden, ni les permitirán, nunca más tener una infancia normal.
¿Qué han hecho estos hombres, mujeres, niños y personas mayores para merecer esto? ¿Para vivir en estas condiciones tan duras? ¿Para habitar en débiles y frágiles refugios? ¿Para sufrir condiciones climáticas extremas, con el calor abrasador del verano y el insoportable frío del invierno?
¿Cuál es el mérito de los llamados esfuerzos humanitarios si los refugiados viven en estas condiciones inaguantables?
Lo que yo he presenciado y experimentado en estos campos de refugiados de las Naciones Unidas y otras aclamadas organizaciones humanitarias, simplemente son esfuerzos para mantener a los refugiados apenas con vida.
Y quiero decir a esas organizaciones que nosotros hemos dejado de lado nuestras vidas. Desde el momento que tuvimos que dejar nuestros países y hogares, nuestros seres queridos y todo lo que algún día nos fue familiar. Hemos aparcado nuestras vidas cuando nuestras casas fueron destruidas y nuestros hijos se quedaron sin hogar.
Nos hemos separado de nuestras vidas cuando nos es imposible vivir en el lugar al que pertenecemos. Hemos abandonado nuestras vidas cuando nos robaron nuestra voluntad y nuestra libertad. Así que, ¿a qué vida os referís ahora? Esto no es forma de vivir.
Aquí en Grecia hay cientos de miles de personas evacuadas cuyos países han sido devastados y se encuentran ahora bajo el control de bandas criminales, capitalistas sin escrúpulos y asesinos en serie.
Empecé este artículo diciendo que hay personas que han matado sin haber derramado una sola gota de sangre….
Te advierto que quedarse en silencio y de brazos cruzados ante una de las peores crisis humanitarias del mundo podría hacerte ser uno de ellos. Quizá no seas consciente de tu importancia en el mundo o del impacto que todos tenemos a través de la acción y el desafío colectivo, pero tú puedes ser uno de esos asesinos, si reclamas que las fronteras permanezcan cerradas o que nuestros compañeros vuelvan a las ruinas que un día fueron su hogar.
Es nuestra responsabilidad como seres humanos ayudar a los desplazados, luchar contra la opresión en todas sus formas, luchar contra el racismo y la discriminación. Tenemos que dejar de culpar a los refugiados por crímenes que ellos no han cometido, por circunstancias que no han elegido. Lo han dejado todo atrás y han pasado por jornadas difíciles buscando una vida. Así que devolvedles la vida.
Devolvedles la vida.