La Iglesia exigirá al Gobierno que no retrase más los corredores humanitarios para refugiados que prometió
La Iglesia española va a exigir al Gobierno que no escurra el bulto y cumpla su obligación con los refugiados. “Es tiempo de actuar, y de no quedarnos solo en buenas ideas”, han sido las palabras del cardenal de Madrid, Carlos Osoro. Por indicación directa del Papa Francisco, ha abordado esta semana la necesidad de respuestas operativas al bloqueo de personas que huyen desde África.
“Hemos hecho ofertas concretas”, señaló el purpurado, haciendo referencia a una reunión, mantenida el pasado 4 de abril en Madrid, con los ministros de Interior y Justicia, Juan Ignacio Zoido y Rafael Catalá, para solicitar del Ejecutivo la apertura de “corredores humanitarios”. A pesar de comprometerse a esta medida para antes del verano, no ha llegado a concretarse.
Esa experiencia la lleva a cabo, con rotundo éxito, la Comunidad de San't Egidio en Italia, Francia y otros países de la Unión Europea, y que el Gobierno aceptó.
Por ello, los obispos se han dado de plazo hasta la reunión de otoño de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, que tendrá lugar los días 26 y 27 de septiembre, para instar, de manera oficial, al Ejecutivo de Mariano Rajoy al cumplimiento de sus promesas y la apertura de dichos corredores, que podrían traer a varios miles de refugiados que se encuentran bloqueados en Líbano, Etiopía o Marruecos.
Las instituciones de la Iglesia católica se ocuparían de su acogida, manutención e inserción escolar y laboral, como ya se ha probado en las experiencias en Italia o Francia, o como el propio Vaticano está llevando a cabo con varias familias sirias.
Como explica una de las responsables de San't Egidio en España, Tíscar Espigares, se trata de un proyecto a “coste cero” para el Ejecutivo, que no repercute en los cupos asumidos por cada país de la Unión Europea y que además garantiza la integración de los refugiados, ya que el proceso de acompañamiento no termina mientras las familias acogidas sigan necesitando apoyo. Así, se les facilitarían las clases de español, la escolarización de los niños, el transporte o la convalidación de estudios.
La propuesta de la Iglesia española surge de la petición expresa del Papa Francisco, quien en septiembre de 2015 hizo un llamamiento “a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa” para que acojan a “una familia de refugiados”. Dado que en España hay más de 22.000 parroquias, la Iglesia española tendría capacidad para acoger a más de 100.000 refugiados.
El nombramiento de Osoro como cardenal, en noviembre del año pasado, marcó un punto de inflexión. Como a todo nuevo purpurado, el Papa le otorga una iglesia en Roma. Y Bergoglio no da puntada sin hilo. Así, en el caso del arzobispo de Madrid, la parroquia asignada fue la de Santa María in Trastevere, centro neurálgico de la Comunidad de San't Egidio, y donde se trabaja con centenares de refugiados provenientes de la guerra de Siria.
En su primera visita a su templo romano, Osoro tuvo la oportunidad de conocer de primera mano decenas de dramas humanos, y regresó a España con el compromiso, aceptado por la mayoría de los obispos españoles, de tomar la iniciativa y abrir negociaciones con el Gobierno.
Tras el encuentro de abril entre Osoro, Zoido y Catalá, se han llevado a cabo numerosas reuniones “técnicas” entre departamentos gubernamentales, la Comunidad de San't Egidio y Cáritas Española, encargados de canalizar la llegada y acogida de estas personas.
Informes de pobreza molestos
El nuevo presidente de Cáritas, Manuel Bretón, explicó a Europa Press que “estamos abordando este tema activa y positivamente, de hecho bajo las directrices de la Conferencia Episcopal, codo a codo con el Gobierno y otras organizaciones humanitarias de Iglesia, como es San't Egidio, en la elaboración de un plan que pueda ir resolviendo este reto en forma de pasillos humanitarios”.
Sin embargo, la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy no termina de hacerse efectiva y el tiempo apremia. Algunas fuentes subrayan que el Gobierno del PP no ha querido terminar de dar el paso como medida de “presión” a Cáritas, entidad a quien algunos sectores populares acusan de “haberse podemizado” en sus últimos informes sobre pobreza, crisis y trato de los emigrantes en España, sumamente críticos con la supuesta salida de la crisis y que ponen de manifiesto la precariedad laboral, el incremento de las desigualdades entre ricos y pobres o el riesgo de la identificación del refugiado con un potencial delincuente o terrorista.
Sea como fuere, los obispos continúan siendo optimistas de cara a que el Gobierno cumpla con sus compromisos y se puedan habilitar los pasillos humanitarios en España antes de la Permanente de finales de septiembre. Si no fuera así, todo hace indicar que la Iglesia española alzará su voz, oficialmente, para reclamar a Mariano Rajoy a que abra estos corredores.