¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
Reducir el CO2 y cambiar el modelo productivo
En España los diferentes gobiernos que se han sucedido en las últimas décadas no han logrado desacoplar la relación entre desarrollo económico y emisiones contaminantes. Durante muchos años el crecimiento se basó en la construcción de demasiadas infraestructuras, en el turismo y en la burbuja urbanística. Las consecuencias las conocemos perfectamente: una crisis económica mucho más profunda que la de la mayoría de los países europeos y el crecimiento de nuestras emisiones también muy por encima de la media. Estas sólo disminuyeron durante la crisis por efecto de la reducción de la producción y el consumo derivada de la misma, pero ahora que la actividad vuelve a repuntar las emisiones vuelven a crecer.
La única política verdaderamente eficaz que durante muchos años se ha desarrollado ha sido la del apoyo a las energías renovables, que son ahora un factor importante de reducción de CO2 en el sector eléctrico y que lograron crear un tejido industrial basado en la innovación tecnológica, muy distribuido por el territorio y generador de empleo cualificado. Es decir, lo que se necesita para un nuevo modelo productivo.
Las energías renovables, y especialmente la tecnología fotovoltaica y eólica, han conseguido reducciones de costes que las hacen muy competitivas con respecto a las formas de generación de electricidad con combustibles fósiles. Relanzar ahora ese sector ayudaría a conseguir varios objetivos: disminución de la contaminación, abaratamiento de precios energéticos, democratización de la energía, generación de empleo, desarrollo tecnológico y cambio de modelo productivo.
Este relanzamiento, en la medida en la que ofrece la creación de muchos puestos de trabajo, permitiría además abordar mejor la transición justa que reclaman los sindicatos para paliar los problemas que se pueden derivar del cambio energético en zonas muy dependientes de los combustible fósiles o de la energía nuclear.
Ahora el Gobierno y los partidos políticos presentes en el Congreso han decidido impulsar una ley de cambio climático y transición energética. Es una buena oportunidad para plantear esa transformación de todos nuestros sectores hacia una economía baja en carbono, en la que las energías renovables son un factor clave. Alianza por el Clima, coalición de organizaciones sociales en la que participa CCOO y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, les ha presentado una propuesta detallada de contenidos para la elaboración de dicha ley. La respuesta hasta ahora ha sido positiva al planteamiento y todos se han mostrado dispuestos a dialogar y a fomentar la participación social en torno a este tema.
Pero el resultado de una ley de cambio climático aceptable y que sirva realmente para impulsar la transición no está asegurado. El Ministerio de Energía está dando muestras de tener otros planes cuando habla, por ejemplo, de seguir poniendo trabas al autoconsumo. Va a hacer falta multiplicar la presión política para avanzar hacia un escenario energético y productivo limpio.
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¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.