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La esposa de un alto cargo de la Comunidad de Madrid cierra una empresa que administró saltándose la ley

Isaac Martín (en el centro), junto al consejero madrileño de Economía, Empleo y Competitividad, Manuel Giménez, en la pasada COP25.

Antonio M. Vélez

La esposa de Isaac Martín, alto cargo de la Comunidad de Madrid y ex directivo del Icex, ha cerrado una empresa de su propiedad que administró durante años saltándose la ley de incompatibilidades de los empleados públicos, al no pedir la obligatoria autorización para ejercer actividades privadas pese a ser funcionaria en activo en el Ministerio de Economía. La sociedad ha echado el cierre dos años después de que la empresa obtuviera una subvención del Icex que fue convocada cuando Martín era directivo del organismo.

Según el Registro Mercantil, Natalia Cabrera, esposa del actual viceconsejero de Economía y Competitividad de la Comunidad de Madrid y ex directivo de Cabify, acaba de nombrar al representante de un despacho de abogados de Madrid para que proceda a la liquidación de esta sociedad dedicada a la moda infantil, Gunesbulut SL.

En julio de 2017, el Icex concedió a esta empresa una ayuda que había convocado en diciembre de 2016, cuando Isaac Martín era director general de Internacionalización de la Empresa del Icex. En abril de 2018, el alto cargo reconoció a eldiario.es que su esposa había cometido varios “errores” al pedir esa subvención, en la que él no intervino. “Yo no concedía ninguna ayuda; las firmaba mi jefe, el consejero delegado”, explicó entonces.

Su esposa admitió que había administrado durante seis años esa empresa siendo funcionaria en activo en la Secretaría de Estado de Comercio (Cabrera no se acogió a una excedencia hasta agosto de 2017) y sin pedir la preceptiva autorización para ejercer actividades privadas a la que obliga la Ley 53/1984, de incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas. Según la Ley de Subvenciones, “no podrán obtener la condición de beneficiario” de ayudas estatales las empresas administradas por personas incursas en las incompatibilidades recogidas en esa ley de 1984.

Fuentes próximas al alto cargo de la Comunidad de Madrid aseguran que la empresa, que el año pasado declaró unas pérdidas de algo más de 3.000 euros, según sus cuentas, cierra “con saldo positivo” y sin deudas pendientes y que la subvención que obtuvo “no es irregular en el sentido de que cumple todos los requisitos para solicitar la ayuda y eso no es incompatible con el problema administrativo que sí que tenía, porque no pidió la compatibilidad”.

De Fomento a Cabify

La subvención a Gunesbulut fue concedida cuando Isaac Martín ya no estaba en Icex. Acababa de ser nombrado presidente de la empresa estatal Ineco, dependiente del Ministerio de Fomento, donde permaneció hasta que en septiembre de 2018 fichó por Cabify como director general de Ciudades y Comunidades, un puesto de nueva creación que en algunos sectores se consideró un ejemplo de puerta giratoria en pleno debate sobre la regulación de las VTC. 

Martín estuvo en la multinacional española menos de un año, ya que en agosto pasado, Ciudadanos le nombró número dos de la Consejería de Economía de la Comunidad de Madrid, una de las carteras que controla la formación naranja.

El programa al que se acogió la empresa de su esposa ahora extinguida, ICEX-NEXT, está destinado al “apoyo a la internacionalización de la PYME española no exportadora o exportadora no consolidada” y concede ayudas de hasta 10.400 euros. En su caso, la ayuda fue de 9.800 euros, pero su principal atractivo no es económico. Las elegidas reciben durante año y medio hasta 45 horas de asesoramiento personalizado en materia de internacionalización de “expertos en distintos ámbitos” y análisis de su modelo de negocio en los mercados de destino.

La ayuda monetaria puede destinarse a “gastos de asesoramiento personalizado y gastos de promoción y de personal”, investigación de mercados, material promocional, “participación como expositores en ferias”, “viajes de prospección y comerciales”, protección de propiedad intelectual, certificaciones y homologaciones, “otros gastos de internacionalización” o “contratación de un colaborador para la ejecución del Plan de Internacionalización”.

La empresa operaba bajo la marca de ropa infantil Stay Little, que Cabrera registró en 2010, y que recientemente ha borrado su página web, en la que hasta hace poco ofrecía sus productos en más de 50 países de los cinco continentes.

Stay Little, que mantiene abiertos perfiles en Facebook e Instagram, participó el verano pasado en la feria PlayTime de París, una de las más importantes del sector, con el apoyo del Icex. La empresa era descrita así hace unos meses en un elogioso artículo en La Razón: “En poco tiempo ha conseguido convertirse en una de las marcas imprescindibles de las mamás más top”. En 2018, Gunesbulut registró ventas de cerca de 65.000 euros y desde su creación ha facturado unos 440.000 euros.

Se desconocen los motivos del cierre de la empresa, cuya denominación social alude a una expresión que significa “nube de sol” en turco, idioma con el que el matrimonio está familiarizado ya que el hoy viceconsejero de Economía, técnico comercial del Estado, fue consejero económico y comercial jefe en la embajada de España en Ankara, entre otros destinos.

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