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La lucha de Viena por mantener en cinco euros el precio del metro cuadrado de alquiler

La ciudad de Viena lucha contra la gentrificación.

Aldo Mas

Viena no es ajena a la gentrificación. El encarecimiento del precio del suelo es también una amenazante realidad en la capital austriaca. Sin embargo, los políticos locales, especialmente los ahora gobernantes en esta metrópolis centroeuropea —socialdemócratas y ecologistas— luchan por mantener un precio del metro cuadrado que ya quisieran muchos en otras grandes ciudades continentales.

Se ha estimado que, de media, el metro cuadrado de alquiler en París cuesta unos 28 euros, el de Madrid rondaría los 13 euros y el de Berlín se situaría en unos 9,50 euros. En Viena, los regidores de la coalición que forman el Partidos Socialdemócrata de Austria (SPÖ) y Los Verdes se esfuerza para que la ciudad siga ofertando hogares de alquiler accesible. Quieren socialdemócratas y ecologistas que en su ciudad haya posibilidades de conseguir una vivienda donde pagar cinco euros por metro cuadrado. Ese es un valor neto. Si se suman impuestos y otros costes, el precio de referencia para los poderes públicos vieneses asciende a unos 7,5 euros por metro cuadrado. Aún con ese referente, Viena sigue estando por muy detrás de París, Madrid o Berlín.

La última medida puesta en marcha para mantener en Viena ese precio fue aprobada hace unos días. Consiste en hacer que dos tercios de los nuevos proyectos de viviendas de más de 5.000 metros cuadrados que se levanten en la ciudad sean, por así decir, de protección oficial. O sea, que haya un 66% de apartamentos nuevos donde el precio por metro cuadrado alquilado no supere los cinco euros.

“El porcentaje de los apartamentos con el metro cuadrado a cinco euros ha ido reduciéndose en los últimos años, la última novedad en la legislación trata de evitar que la tendencia continúe”, dice a eldiario.es Christoph Chorherr, responsable de Los Verdes para planificación urbana en Viena.

En la ciudad se señala a Chorherr como uno de los grandes responsables de la nueva medida para mantener asequibles los precios de los alquileres. “Es una revolución”, se oye decir en Los Verdes vieneses sobre la última medida en materia de vivienda. Chorherr prefiere no darse importancia. “De un tiempo a esta parte ha sido difícil contener los precios”, dice este veterano político local. En su partido, él es una referencia en materia de desarrollo urbanístico, vivienda y construcción.

Él y la socialdemócrata Kathrin Gaal, la responsable en la ciudad austriaca del área de Vivienda, Construcción, Renovación de la Ciudad y Mujeres, pueden apuntarse la autoría del nuevo reglamento para la construcción en la ciudad. Según Chorherr, la última medida implementada no ha despertando grandes debates en la política local.

600 millones de euros públicos anuales en vivienda

“La oposición no estaba realmente en contra. Los partidos de la oposición tal vez encontraron la propuesta demasiado apresurada, pero, en principio, también estaban a favor de la medida”, dice el político ecologista. “Lo mismo ocurre con los promotores inmobiliarios, porque el nuevo reglamento no es una ley contra la economía inmobiliaria, sino contra la gran especulación”, añade Chorherr, vicepresidente en Viena de la Comisión para Vivienda, Construcción y Renovación de la Ciudad.

Viena utiliza del orden de 600 millones de euros anuales en ese área. Un 0,5% de los salarios pagados en la capital austriaca está destinado a dotar de recursos a los poderes públicos para que tengan un peso decisivo en el mercado inmobiliario local. La ciudad cuenta con un parque de vivienda de 220.000 unidades, a las que hay que sumar otras 120.000 viviendas que cuentan con ayudas públicas.

En parte de esas viviendas el precio neto por metro cuadrado es inferior a los cinco euros. Estas cifras son relevantes respecto a las 900.000 viviendas que se cuentan en la capital austriaca. “Esos precios baratos presionan [hacia abajo, ndlr.] los precios de los alquileres del mercado”, estima Chorherr, aludiendo a las ayudas y a la oferta pública de vivienda.

Asimismo, Chorherr habla de que la ciudad, con la última medida implementada en favor de los cinco euros por metro cuadrado, está poniendo a disposición de los promotores suelo para construir a un precio barato. “Para garantizar esos cinco euros, necesitamos que los promotores que actúen sobre unos terrenos cuyo precio sea barato, aunque cada vez quede menos”, dice el responsable ecologista.

La última medida impulsada por socialdemócratas y ecologistas en Viena se inscribe en una larga tradición consistente en ejercer un cierto control sobre el mercado inmobiliario. “Desde hace décadas existe una tradición en Viena para tomar este tipo de medidas”, plantea Chorherr. El modelo vienés, con sus cien años de historia, pasa por ser, de hecho, una excepción.

Eso no quiere decir, sin embargo, que la capital de la república alpina no se perciban los efectos de la gentrificación. “Viena también es una ciudad golpeada por la gentrificación, pero pienso que no está tan presionada por este proceso como otras ciudades”, plantea Chorherr. A su entender, la presencia del sector público en el área de vivienda y unas rigurosas leyes sobre el alquiler “hacen que la gentrificación aquí vaya más lentamente”, sostiene el político ecologista.

Chorherr, que anunciaba el pasado mes de septiembre que dejará próximamente la política profesional tras casi tres décadas dedicadas a la actividad pública, tiene claro que Los Verdes son un partido de acción social. “Cuando la política ecológica no responde a las necesidades sociales no sirve para nada”, señala. A su entender, la lucha por hacer posible la vida en la ciudad a precios asequibles está claramente vinculada al cuidado del medioambiente.

“Cuando no hay apartamentos en el mercado con precios asequibles en la ciudad, la gente entonces se marcha a las afueras, y eso requiere después el uso del automóvil y un estilo de vida que, en suma, no es ecológico”, asegura. “Las medidas que buscan fomentar la construcción de vivienda urbana hacen falta a nivel social pero también a nivel ecológico”, concluye

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