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22 de mayo: el día en el que las voces se unen contra la crisis climática

Pancarta en una manifestación

Paola Amigo

El 22 de mayo podría ser un día más en el calendario. Un domingo cualquiera en el que hacer planes con los amigos. Pero mucha gente tiene claro que será un día en el que hay que unirse y hacerse oír. Y no porque se celebre el Día Internacional de la Diversidad Biológica o el Día Mundial del Pac-Man, que podría ser, sino porque saben que la crisis climática está pidiendo con fuerza una movilización, y que no puede esperar más. 

Ese domingo concluye la Asamblea Ciudadana por el Clima que se celebra en España desde finales de 2021 y que tanta polémica ha suscitado entre los movimientos ciudadanos que luchan contra la crisis climática. Una Asamblea Ciudadana compuesta por 100 ciudadanos escogidos de forma aleatoria que tras varias sesiones tienen la oportunidad de presentar ante el Congreso de los Diputados las medidas necesarias para frenar el cambio climático. Pero también una Asamblea Ciudadana que se espera aumente la ambición sobre lo presente, pues la ley contra el cambio climático fue aprobada hace ya un año, y sigue suscitando grandes críticas del movimiento ecologista.

Ese mismo día 22 de mayo, y no otro, ha sido el elegido por la plataforma Marea Deliberativa, que reúne a más de 40 movimientos y organizaciones, para poner en marcha una gran movilización que una todas las voces. Una acción que aúne a la sociedad civil, al movimiento ecologista y a los activistas por la democracia en una acción colectiva que visibilice  sus diferentes planteamientos sobre la Asamblea Ciudadana para el Clima, para darle un final digno el día en el que se presenten sus conclusiones.

“Aunque  existe una percepción generalizada muy crítica sobre esta Asamblea Ciudadana para el Clima, existe también cierto consenso por el que estamos ante una herramienta que, bien formulada y ejecutada, nos permitiría desatascar y acelerar una transición ecológica justa para la que nos estamos quedando sin tiempo”, comenta Sergio Moreno de Movemos Europa

Todos los movimientos ciudadanos que luchan por el clima, desde Greenpeace a Ecologistas en Acción, pasando por Extinction Rebellion o Juventud Verde, coinciden en que la escasa visibilidad que ha tenido esta Asamblea Ciudadana por el Clima juega en su contra, y que al igual que estas herramientas ciudadanas han servido para cambiar el rumbo de un país en diferentes escenarios, en España “vemos difícil que la Asamblea esté sirviendo para situar la crisis climática en la centralidad de las agendas pública, política y mediática”, añade Moreno, “por lo que es necesario alzar nuestras voces para darla a conocer y exigir más y mejores asambleas”.

Según Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción, “lo que hemos podido comprobar durante este proceso es que vista la opacidad con la que se ha desarrollado y la falta de vinculación de las propuestas, parece que este no ha sido ni de lejos el proceso participativo que se anunciaba al inicio de esta Asamblea Ciudadana por el Clima”. Y hace un llamamiento para el 22 de mayo: “todas tenemos que hablar sobre la emergencia climática y poner medidas sobre la mesa, y desde estos espacios en los que puede haber un intercambio de diálogo se puede pedir más participación y más mecanismos de control y de democracia públicos”.

“La ciencia prevé que en 2050 España alcance las mismas temperaturas que Irak”, apunta Moreno. “Es el momento de aumentar la ambición climática e involucrar a la sociedad civil y a la ciudadanía con herramientas de participación reales y no simbólicas. En tanto que la ley de cambio climático mandata que la asamblea ciudadana sea un espacio de «participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones» en lugar de un mero ejercicio de reflexión, exigimos ahora que sus recomendaciones sean vinculantes”.

El día de la manifestación, los movimientos ciudadanos, y todas las voces que se quieran sumar, exigirán medidas contundentes al Gobierno y recordarán la capacidad de la democracia participativa como la principal herramienta para superar la crisis climática . Porque aún hay esperanza. “Lo que no podemos permitir es que esta Asamblea termine sin pena ni gloria”, defiende Virginia Alfaro, del movimiento Extinction Rebellion. “Desde el Gobierno se comprometieron a que esta no sería la única Asamblea, sino la primera, y es esencial que las siguientes sean como deben ser, porque recursos para mejorarla existen”.

Tal y como recuerdan desde Marea Deliberativa, en una segunda edición de la Asamblea Ciudadana para el Clima se podría hacer todo lo que no se ha hecho en la primera, de modo que se podrían seguir las recomendaciones de la OCDE —Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos—, darle visibilidad plena, marcar unos objetivos concretos y que todo el proceso transcurra acorde a la ciencia. Siempre, además, con la posibilidad de celebrar asambleas ciudadanas climáticas autonómicas, provinciales e incluso municipales.

“Este 22 de mayo debe ser un espacio compartido en el que podamos aprender mutuamente sobre cómo movernos hacia adelante, tanto como sociedad civil como a través del Ministerio para la Transición Ecológica, para que se vea involucrado a hacerlo de otra manera”, apunta Alfaro, “Y no debemos olvidar que las Asambleas Ciudadanas son un mecanismo de democracia deliberativa que se utilizan a nivel institucional, pero que existen mecanismos de bases que se pueden emplear para que todas las voces se escuchen y podamos crear espacios radicalmente inclusivos. Así podremos contrarrestar la opacidad que hemos encontrado en esta Asamblea Ciudadana por el Clima, y por eso es tan importante unir nuestras voces el próximo 22 de mayo”.

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