Una mediación para resolver conflictos
Las relaciones humanas, cualquiera, están sujetas a desembocar en un conflicto. Desde aquellas de mayor escala a las más particulares. La fricción entre las partes puede terminar en un desencuentro desfenitivo. De cómo manejar estas fases finales de cualquier asociación depende en mucho el éxito de una resolución final. Cualquier comunidad humana tiene que lidiar con estas situaciones. Nadie se salva.
Si se enfoca en una escala cercana, la unión y desunión de personas, las desavenencias en una comunidad de conviviencia o los problemas que surgen en cualquier grupo humano, se acaba obteniendo la red que teje y desteje la red de interrelaciones personales de un hogar, un edificio, un barrio o un pueblo. Como círculos concéntricos podríamos llegar a hablar del ámbito de la ciudad o una región. Un grupo de tres mujeres de 28, 24 y 25 años han lanzado una idea para conseguir que estos tragos sean más suaves, sanos y humanizados. Cristina, Teresa y Sandra ha creado AlternativaGC para, como dicen ellas, “ofrece a la sociedad un espacio donde acudir a resolver controversias en el ámbito vecinal y familiar”. La idea, que ha sido elegida como Emprendimiento 2012 por el Ayuntamiento de Valencia y ha obtenido el premio Fundación Bancaja 2012, incide en solventar los problemas de manera diferentes, social y amistosa: “Actualmente, las vías de resolución de conflictos más representativas son los Órganos Jurisdiccionales, la intervención psicológica y la intromisión de recursos públicos cómo los Servicios Sociales. Sin embargo, el conflicto no queda resuelto en su totalidad ya que las necesidades del cliente no se integran en la solución del mismo. Como consecuencia, las soluciones aportadas por estos organismos, son ineficaces y se producen incumplimientos de forma sistemática”, resumen para describir su visión.
AlternativaGC está compuesta por una abogada, una psicóloga-criminalística y una mediadora social. Su método es abordar los conflictos desde todas las perspectivas posibles y hacer a los protagonistas de éste una pieza clave para salir adelante. “Orientamos la situación desde los primas social, jurídico y psicológico y hacemos sentir a los que acuden a nosotros que son sus intereses los que conforman el objetivo del proceso”, explican. Esta manera de funcionar, mas humana y cercana, se basa en la participación de las partes implicadas en el mismo, el diálogo y el respeto, “promoviendo mediante la mediación, una cultura de paz y de cohesión Social”.
La acción de este equipo ahorra situaciones dolorosas, tentaciones de utilizar el conflicto en sí mismo como arma arrojadiza entre personas. Además, según sus creadoras, también incide en el tiempo que no se desperdicia y el dinero que no se va en recursos, gestiones legales y judiciales... Además de ofrecer a la sociedad una alternativa para suavizar los confictos y centrar los recursos sociales a las áreas más acuciantes donde son más necesarias y precisas sin dispersarse en conflictos que pueden solventarse con unos consejeros que abran las puertas al diálogo.
