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Mondrian y De Stijl, la revolución visual llega al Reina Sofía

Una visita a la exposición.

Paola Amigo

Desde el 11 de noviembre y hasta el 1 de marzo de 2021 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía nos invita a sumergirnos en el arte abstracto geométrico. Una oportunidad para conocer de cerca el movimiento que encontró la belleza entre líneas y composiciones de color en la primera mitad del siglo XX. La exposición ‘Mondrian y De Stijl’, organizada por el Museo Reina Sofía y el Stichting Kunstmuseum den Haag con la colaboración de la Comunidad de Madrid, se enmarca en el 30 aniversario del museo y nos narra, a través de casi un centenar de obras, el drástico cambio de la cultura visual que nació en los Países Bajos tras la Primera Guerra Mundial.

Para conocer a Piet Mondrian hay que hacerlo dentro de De Stijl (El Estilo), el movimiento artístico que buscó la integración de las artes, que tuvo en cabeza al propio autor neerlandés y que contó con una revista homónima creada por el pintor y crítico Theo van Doesburg entre 1917 y 1931. Un marco en el que ahora podemos pasear a lo largo de la primera planta del Edificio Sabatini del Museo Reina Sofía para descubrir al que, junto a Picasso, es considerado la gran figura de referencia de la Modernidad.

95 obras para conocer a Mondrian y De Stijl

Esta exposición que estará abierta al público durante prácticamente cuatro meses recoge un total de 95 obras, de las que 35 son de Mondrian y 60 de otros artistas de De Stijl, como por ejemplo Theo van Doesburg, Bart van der Leck, Georges Vantongerloo o Vilmos Huszár, entre otros. Todo ambientado y acompañado de documentación de la época, como ejemplares de la propia revista, catálogos, correspondencia y fotos. Así, el visitante será testigo del diálogo que los miembros del movimiento mantienen con el propósito de utilizar su arte para acabar con las fronteras entre la pintura, la escultura y otras disciplinas artísticas.

La exposición se inicia siguiendo los primeros pasos de Mondrian, que comenzó su carrera en 1892 pintando bodegones y paisajes holandeses, un estilo clásico muy diferente a lo que vendría unos años después. Naturaleza muerta con naranjas (1900), Noche de verano (1906-07) o Paisaje grande (1907- 08) son tres buenos ejemplos de ello,  una expresión en la que el artista ve cómo el mundo puede ser mejorado a través del arte.

Pero pronto, en la cuarta sala, todo cambia cuando encontramos Composición No. II (1913). “En el arte plástico, la realidad solo puede expresarse a través del equilibrio del movimiento dinámico de la forma y el color, y los medios puros, limpios de funcionalidades de representación, ofrecen la forma más eficaz de conseguirlo”, aseguraba Mondrian, solo cuatro años antes de que se conociera como el Neoplasticismo del De Stijl. 

A partir de entonces el autor se centra en De Stijl y eso es lo que encontramos en las tres siguientes salas: un arte totalmente abstracto que apela a las emociones. Para los autores que siguen De Stijl el único objetivo de la expresión es la modernidad, en todas sus formas y presentaciones, incluida la arquitectura, el espacio y el entorno. Pero el movimiento no tardó en convertirse en un constante flujo de experimentación y opiniones. “Esto habla de que el conocimiento es siempre colectivo, que el conocimiento crece a partir de las relaciones con los demás, y también de que estas relaciones siempre son antagónicas, son siempre tensas, y vemos las peleas que había por una diagonal o por cómo se terminaba el marco de un cuadro. Unas peleas que hoy pueden parecer un poco absurdas pero que en su momento eran absolutamente esenciales para crear todo esto”, apunta Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía.

De líneas rectas y planos de colores

Aunque en 1922 el propio Mondrian pensaba que el experimento abstracto había llegado a su fin, en realidad continuó trabajando y creando siguiendo el escueto repertorio de recursos visuales que manejaba. Es decir, líneas horizontales y verticales que delimitan planos de color blanco, rojo, amarillo o azul. Un sinfín de oportunidades narrativas en las que persistió hasta el final de sus días a través de un estilo absolutamente reconocible un siglo después. 

Mondrian es una figura clave para entender cómo este movimiento explica las raíces del arte contemporáneo. “Forma parte de estos momento de vanguardias históricas donde hay una voluntad de transformar radicalmente el mundo, desde el diseño de ciudades hasta el diseño de un mueble o una habitación, y al mismo tiempo por encontrar esos elementos esenciales que constituye el ser humano”, explica Borja-Villel.

A partir de mediados de los años 30 De Stijl entró en declive y solo Mondrian continuó destacando en el panorama artístico internacional. Los demás autores apenas tuvieron mayor reconocimiento en los siguientes años, pero gracias a ‘Mondrian y De Stijl’ podemos seguir aprendiendo de su movimiento a través de sus creaciones.

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