El 83% de la plantilla de Enviser acepta las subidas salariales y Vitoria pone fin a siete meses de huelga de jardines
Un 83% de los trabajadores de la empresa Enviser, la contrata de jardinería del Ayuntamiento de Vitoria, han secundado el preacuerdo alcanzado entre los sindicatos y la empresa para mejorar la condiciones laborales. Este visto bueno pone fin a una huelga de 197 días, es decir, casi siete meses sin mantenimiento o riego en las zonas verdes de la que una vez fue 'green capital' de Europa. El resultado ha sido de 46 'síes', ocho 'noes' y una abstención.
El pacto, según indica el sindicato ESK, comporta una subida “inmediata” de 200 euros y un “incremento total de 5.000 euros lineales al año durante la vigencia” del acuerdo, es decir, hasta 2028. La jornada laboral se reduce a 1.592 horas, las mismas que el personal municipal, frente a las 1.700 actuales. “La lucha ha merecido la pena”, estima la central ESK.
“Desde ESK valoramos este acuerdo como una victoria rotunda. La plantilla ha demostrado que con organización y movilización se consiguen resultados. Esta plantilla ha logrado salir del pozo de la precariedad más absoluta, provocada por las políticas de privatización y subcontratación salvaje de servicios públicos impulsadas por el Ayuntamiento que dirigen PNV y PSE[-EE]. El convenio estatal anterior (2021-2024) había acumulado una pérdida de poder adquisitivo cercana al 13%. Hoy, la plantilla recupera ese poder adquisitivo y mejora sustancialmente sus condiciones laborales. Felicitamos a toda la plantilla por este logro histórico. Sin su implicación constante y su valentía durante la movilización, nada de esto habría sido posible”, indica la central, que critica la “represión” de la edil responsable, Beatriz Artolazabal, del PNV.
Agregan que “no era un conflicto entre empresa y trabajadores” sino del modelo de “políticas públicas del Ayuntamiento, que enriquecen a una minoría multimillonaria a costa de la precariedad laboral”. “Esta lucha deja claro el agotamiento de lo que llaman 'colaboración público-privada'. No es otra cosa que desviar dinero público a manos privadas que se encargan de disciplinar a la clase trabajadora. Continuaremos en la batalla contra este modelo”, indican. Por otro lado, critican que ELA rompiera en verano la unidad de acción y negociara por su cuenta. En el comité, ELA tiene tres delegados de cinco, por uno de LAB y ESK.
En otra nota, LAB considera que “el gran titular de esta hazaña es que la plantilla de Enviser ha logrado traer a Euskal Herria la negociación colectiva”. Lo hace “por encima de la precariedad que supone estar bajo el yugo de un convenio estatal”. “Tras más de seis meses de intensísima e inconmensurable pelea, hemos logrado alcanzar un valioso acuerdo que contiene las reivindicaciones de la plantilla y pone fin a la huelga indefinida. [...] Hemos logrado unas subidas salariales lineales de 5.000 euros para la vigencia del convenio, lo que supone un incremento de alrededor de un 25%, una reducción de 108 horas en la jornada anual, el acceso a la jubilación parcial vinculada al contrato de relevo, mejoras en licencia y permisos y aumento del tiempo de bocadillo”, explican.
“Con este acuerdo se pone fin a una huelga que tenía como objetivo mejorar las condiciones laborales que hasta ahora se regían por el convenio estatal de jardinería, con unas condiciones precarias”, ha añadido ELA en otro comunicado muy breve. Para ratificar el acuerdo se han celebrado dos asambleas, una de ELA y otra conjunta de ESK y LAB.
0