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La dirección y la mayoría sindical de Mercedes-Benz denuncian “amenazas, coacciones y agresiones” a trabajadores

Varios trabajadores de Mercedes-Benz, con pancartas, durante una manifestación en la fábrica

Rubén Pereda

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La dirección de la planta de Mercedes-Benz en Vitoria ha emitido un comunicado este viernes en el que asegura que algunos trabajadores han denunciado “amenazas y coacciones” por medio de “pintadas en las taquillas, carteles ofensivos, agresiones e intimidaciones más o menos explícitas, presiones de diferentes grados e insultos”. La empresa está sumida en una huelga y, aunque la mayoría sindical integrada por UGT, CCOO, Ekintza y PIM ha alcanzado un acuerdo con la dirección y avala una subida salarial que tendrán que votar todos los trabajadores el próximo lunes, tres sindicatos, ELA, LAB y ESK, se han descolgado y siguen adelante con las huelgas. Este mismo viernes, y según los datos ofrecidos por el propio sindicato ELA, la huelga ha tenido un seguimiento similar al de otras jornadas, de en torno al 95%.

“Estos hechos son calificables como muy graves, ya que socavan el clima laboral y perjudican el ambiente de trabajo, y resultan inaceptables y condenables sin ningún tipo de paliativo, no solo en el ámbito laboral, sino incluso dentro de una sociedad mínimamente tolerante”, ahonda el comunicado difundido por la dirección de la planta. “Desde la dirección se están llevando a cabo las investigaciones oportunas de todas las situaciones de las que hemos tenido noticia, de modo que, en su caso, se puedan adoptar las medidas disciplinarias correspondientes para los autores”, añade, y lanza una advertencia: se llevarán a cabo “cuantas acciones legales correspondan, en cualquier ámbito administrativo o judicial”.

Las denuncias por la “presión y coacción” de esta minoría sindical integrada por ELA, LAB y ESK no son nuevas, y, ya a comienzos de semana, Iñaki Andrés, representante de UGT, denunció que el miedo está “latente” entre los trabajadores. “Sin piquetes veríamos cómo sería. Dianas, pintando taquillas, señalando... Al estilo de la 'kale borroka'; es una 'kale borroka' interna”, denunció entonces en declaraciones a elDiario.es/Euskadi. Ahora, se queja, los hechos han escalado. Asegura que varios trabajadores, reunidos en la asamblea de UGT, transmitieron este jueves que se sentían coaccionados, amenazados, con desperfectos en su coche particular, fotografías publicadas sin consentimiento en redes sociales. “Hemos detectado a trabajadores de subcontratas tomando fotografías de los trabajadores que han entrado a Mercedes-Benz y que luego las han divulgado por redes sociales. A un compañero, le han puesto una pegatina con el mensaje 'Voy a violar a tu hija'. Entiendo el comunicado de la dirección y respaldo al 100% que se tomen medidas frente a los gestos deshonestos o de conducta violenta”, defiende. “Al igual que los trabajadores tienen derecho a la huelga, un derecho que está reflejado en la Constitución, hay también trabajadores que quieren incorporarse al puesto de trabajo y es legítimo, sobre todo cuando se ha alcanzado un acuerdo”, abunda.

Aunque encuadrado en la minoría sindical, Igor Guevara, de ELA, sigue siendo presidente del comité de empresa. Niega las acusaciones vertidas tanto por la dirección de la empresa como por otros sindicatos, se defiende y alega que la situación es más bien la contraria. “Nos han llegado mensajes de WhatsApp de la cadena de mando hacia los trabajadores diciendo que tenían que entrar a trabajar y preguntando por el sentido del voto en la votación del lunes”, asegura. “No he visto las fotografías. No hemos visto absolutamente nada. No ha habido ningún tipo de amenaza a ningún trabajador ni intento de absolutamente nada. Por un hecho: porque intentamos convencer a la gente, no vencerle”, explica, y aduce que en los piquetes no ha habido ninguna clase de amenaza ni coacción. “Y se le podría preguntar a la Ertzaintza”, aduce. Considera que es una táctica de la empresa —que “no se esperaba” esta situación— y como ejemplo pone la entrada de los trabajadores que quieren ir a trabajar: “La empresa envió un comunicado para hacer saber que se permitía entrar en cualquier horario a los trabajadores. Y nosotros en los piquetes seguimos estando los mismos y a las mismas horas, así que pueden entrar si quieren”.

“Sigue sin garantizar” el poder adquisitivo

Mercedes-Benz llegó a romper la negociación con los sindicatos la semana pasada y aseguró que no volvería a sentarse a la mesa de negociación hasta que se pusiese fin a las huelgas. Apenas un día después, no solo reculó, sino que además aceptó retirar la sexta noche como gesto para retomar la negociación. Ahora, sin embargo, el acuerdo que ha cristalizado entre la dirección y los sindicatos UGT, CCOO, Ekintza y PIM ha reabierto las grietas con ELA, LAB y ESK, que consideran que “sigue sin garantizar” el poder adquisitivo de la plantilla. Incluye, según celebró la mayoría sindical, una paga única no consolidable de 4.000 euros correspondiente al año 2021, un incremento salarial consolidado del 6% para 2022 y un incremento anual del 2,25% desde 2023 hasta 2026“.

ELA, LAB y ESK se han mostrado muy críticos: “Nos pretenden vender grandes cantidades a la firma del convenio, que nos va a suponer mucha más pérdida”, ha verbalizado, por ejemplo, Iñaki Guevara, de ELA. “La empresa ha jugado su papel como se esperaba: defendiendo sus beneficios y crecimiento a toda costa, con una planificación realizada de antemano. Una teatralización que ha sido avalada por el Gobierno vasco”, ha criticado también el secretario general de la formación sindical, Mitxel Lakuntza, que ha cifrado en 949 millones de euros los dividendos repartidos por Mercedes-Benz desde 2016. “Los datos hablan por sí solos: las ventas han crecido de 4.867 millones en 2020 a 5.444 millones en 2021, un 11,9% más. Todo ello, además, con menos plantilla”, ha apostillado.

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