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Euskadi obligará a cerrar la hostelería a la una de la madrugada pero no aprobará medidas especiales para Nochevieja

El lehendakari, Iñigo Urkullu

Iker Rioja Andueza

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Euskadi ha acordado cerrar todas las actividades no esenciales, incluidos bares y restaurantes, a la una de la madrugada. Finalmente, no habrá un horario especial más reducido para Nochevieja o la víspera de los Reyes Magos (se había analizado la oportunidad de bajar la persiana esos días como mucho a las 23.30 horas), aunque sí se aprueba un retraso en la apertura de la mañana siguiente para desincentivar la fiesta (a las 8.00 horas). Se limitarán también los grupos en hostelería a un máximo diez personas -y se vetará de nuevo el consumo en barra- y habrá un aforo general del 60% en los locales, aunque no se ha entrado a regular la asistencia a campos de fútbol y baloncesto porque habrá un acuerdo general en España este miércoles el consejo interterritorial, según las fuentes consultadas. Con el ánimo de que estén vigentes en Nochevieja, estos cambios entrarán en vigor este miércoles tras su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) y estarán vigentes hasta el 28 de enero.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha explicado que el cierre de la una de la madrugada afecta a establecimientos “comerciales, sociales y culturales”. En este sentido, la hostelería queda asimilada a “locales, lonjas juveniles, txokos y sociedades gastronómicas”, ha precisado. También ha matizado que el aforo del 60% es diferenciado para los eventos, porque en actos “sociales, culturales y deportivos” en espacios pequeños no podrá haber más de 600 personas (en interior) u 800 (en exteriores) y 800 y 1.200 en espacios de 1.600 a 5.000 personas. Ha mostrado su deseo de aplicar un 50% en espacios de más de 5.000 espectadores, pero asume que podría haber otra regulación de “ámbito estatal” para el deporte de elite. Ha recordado el presidente vasco que hay una sentencia de otra ola que les impidió actuar de manera diferenciada sobre competiciones profesionales. Igualmente, se ha decidido que “la práctica deportiva en interiores deberá estructurarse en grupos de hasta 10 personas” y que “los vestuarios sólo podrán ocuparse al 50%”.

Se ha referido Urkullu a que los eventos ya programados deberán adaptarse si quieren celebrarse, en velada referencia a un concierto de La Polla Records en Donostia este miércoles después de que este grupo ofreciera dos recitales en Vitoria con manifiesto incumplimiento de las medidas básicas como el uso de mascarillas. Preguntado por si este cambio implicaría la cancelación de las cabalgatas de los Reyes Magos, Urkullu no se ha mojado y ha asegurado que no son eventos con aforo como tales y que cada municipio debería valorar su propia situación antes de tomar una decisión.

Euskadi, además, mantiene las recomendaciones ya emitidas para Nochebuena y Navidad de cara a Nochevieja, Año Nuevo y Reyes Magos. En concreto, plantea no más de diez personas en la mesa y “un máximo de dos unidades familiares”. Plantea el lehendakari: “Responsabilidad individual y colectiva en el cumplimiento de las medidas preventivas básicas y en la toma de decisiones sobre lo que debemos y no debemos hacer en nuestra vida cotidiana en las condiciones actuales”. Además, ha apelado a la vacunación y a más vacunación. “Quien pueda vacunarse y no lo haya hecho debería hacerlo cuanto antes”, ha implorado.

Urkullu ha puesto en valor lo “importante” del acuerdo con las comunidades vecinas para imponer medidas “similares” porque hay una “interacción social mayor” entre “personas de diferentes ámbitos geográficos”. Ha indicado que es ése el motivo de haber renunciado a ser más restrictivo en Nochevieja, cuando se llegó a plantear el final de la actividad antes del cambio de año. “Buscar esta concordancia en la aplicación de medidas ha sido un criterio rector de la actuación del Gobierno vasco en esta fase. Después de casi dos años de pandemia, el acuerdo era condición necesaria para la efectividad y la comprensión social de las medidas a aplicar”, ha subrayado.

Los antecedentes: más positivos que nunca

Éstas son las primeras medidas que se plantean al margen del pasaporte COVID desde que el 2 de diciembre se reactivara por tercera vez en la pandemia la emergencia sanitaria y se volviera a constituir la mesa de crisis, el órgano conocido como Labi. De hecho, la de este martes ha sido la primera reunión decisoria del Labi desde septiembre. Aunque ahora se asegura que además de la irrupción de ómicron son la elevada movilidad de estas fechas y el gran volumen de interacciones sociales los factores desencadenantes de los niveles de transmisión, ni antes del puente de la Constitución y de la Inmaculada ni de Nochebuena se hizo uso de las competencias propias para limitar la actividad social aunque la subida de casos acumula ya trece semanas y aunque la presión asistencial de esta ola ha sido siempre superior a la de verano. Es más, Urkullu llegó a manifestar en una comparecencia en Pamplona entre una y otra fecha que preveía ya que se aproximaba el pico de esta oleada y que por ello no se planteaba nada más que el certificado COVID.

Aunque se orille como referencia para las medidas la incidencia acumulada de récord (2.285 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días y 6.568 positivos en 24 horas), la ocupación hospitalaria es notablemente mayor tanto en planta como en UCI que en la Navidad de 2020. Son 468 ingresados totales y 111 en UCI por 347 y 81, respectivamente, del 28 de diciembre de 2020. Es una subida del 34% y del 37%. Además, al menos ahora se excluyen del cálculo personas que han ingresado por cuadros de COVID-19 pero ya no dan positivo. ¿Y cómo eran las medidas entonces? En aquel momento estaban en vigor toques de queda, cierres perimetrales y restricciones de aforos más grandes, hasta el punto de que era imposible ir como público a partidos de fútbol o de baloncesto. Eso sí, se flexibilizaron algunos viajes y horarios expresamente para los días festivos de Navidad. El lehendakari se ha referido también someramente a la situación epidemiológica actual. Ha destacado las “elevadas tasas de incidencia” -ha mencionado que la nueva variante ómicron ha tenido una llegada “explosiva”- pero también que ha dicho que esos datos “no se trasladan de forma proporcional a la ocupación hospitalaria y de camas UCI”, aunque, como la atención primaria, se encuentran “tensionadas”. “Ante esta nueva situación Osakidetza está procediendo a un refuerzo y reorganización de sus recursos humanos y materiales”, ha garantizado Urkullu.

En realidad, Euskadi ha vivido estas semanas grandes debates en torno a las posibles soluciones a esta oleada sin que en muchos casos hayan llegado a ningún puerto. Se planteó, por ejemplo, que se “evitaran” las cabalgatas y desfiles y, por el momento y a la espera de los Reyes Magos, Vitoria, Donostia, Barakaldo y otros municipios ya celebraron sus actos con Olentzero y Mari Domingi. Solamente Bilbao los canceló expresamente. Eso sí, Santo Tomás no se celebró y algunas San Silvestre ya están decayendo. El propio Urkullu urgió a Pedro Sánchez a celebrar una conferencia con todos los presidentes autonómicos y llevó a esa reunión un decálogo de propuestas que, a las pocas horas de la finalización del foro, rechazó aplicar al considerar que tenían que ser implementadas en toda España. Se escudó también en falta de competencias y en que en ocasiones precedentes el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) le ha echado atrás propuestas adoptadas en el ámbito autonómico, una evidencia tras una pandemia con sonoros enfrentamientos con la sala de lo contencioso-administrativo que preside el juez Luis Garrido.

Sin embargo, a la mañana siguiente se inició formalmente un espacio de diálogo con la presidenta de Navarra, María Chivite, y otras comunidades autónomas cercanas para establecer un marco regulador común de cara a las celebraciones de fin de año y al arranque de enero. No se ha llegado exactamente a un plan mimético en todas ellas pero sí a actuaciones simultáneas en la mayoría de comunidades del norte peninsular desde Cantabria hasta Aragón. Uno de los argumentos de Urkullu era que si Euskadi prohibía los cotillones pero no lo hacían en La Rioja, el resultado sería que habría un efecto-llamada hacia otros lugares.

Se da la circunstancia de que Euskadi ha rescatado ahora las competencias que la semana pasada parecía no tener y que actuará, además, sin buscar la autorización previa de la sala de lo contencioso-administrativo. Es algo que ha sido posible siempre y cuando las restricciones no entren en colisión con derechos fundamentales como los de reunión o movilidad. De hecho, el plan presentado se fundamenta en previsiones contempladas por el propio Gobierno en una ley antipandemia aprobada 'ad hoc' para la COVID-19 el pasado verano. Urkullu ha explicado que se refería a cambios en la regulación de las mascarillas y al toque de queda cuando hablaba de falta de capacidad normativa. “Hemos adoptado las medidas sobre las cuales tenemos competencia”, ha respondido a preguntas de los periodistas.

Quejas de los hosteleros, respuesta de Urkullu

No obstante, los sectores afectados han vuelto a levantar la voz. El 'lobby' de la hostelería ya ha protestado en otras fases de la pandemia -incluso con manifestaciones- y ahora anuncia recursos judiciales. “Llevan a la ruina al sector del turismo, ocio y hostelería”, han clamado los hosteleros alaveses. El consejero-portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha asegurado no temer por la validez de las medidas adoptadas y por otro posible varapalo judicial. “No debemos ponernos la venda antes de la herida”, ha señalado. Además, ha recalcado que las restricciones tienen soporte legal y no vulneran derechos fundamentales en esta ocasión, por lo que no precisan de control previo de la Justicia. Eso sí, la sala de lo contencioso-administrativo no solamente ha frenado en esta pandemia medidas de ese tipo sino que ha llegado a reabrir la hostelería en las zonas de mayor transmisión comunitaria al considerarlo una medida desproporcionada.

Ahora bien, antes incluso de que se conocieran estas medidas dos consejeros de Urkullu, el socialista Javier Hurtado (titular de la cartera de Turismo, Comercio y Consumo) y el nacionalista Pedro Azpiazu (responsable de Economía y Hacienda), han anunciado ya que se reunirán con carácter inmediato con representantes del sector y no se cierra la puerta a que se puedan articular nuevos planes de ayudas económicas, aunque con cautela. “Adelantar ahora no tiene mucho sentido. Estas cuestiones hay que pensarlas y analizarlas con tranquilidad y serenidad antes de comprometerse de una manera rápida”, ha explicado el consejero Azpiazu. El lehendakari ha asegurado que hay “diversos sectores afectados”, no solamente “el de la hostelería y restauración”, y que le preocupan todos ellos por igual. “Quiero insistir ante la ciudadanía en que nuestra prioridad es garantizar la salud pública y la vida de las personas. Nos preocupa que las medidas sean equilibradas y eficaces. Tenemos en consideración las consecuencias y atender a los sectores que puedan verse perjudicados”, ha apostillado.

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