Pedro Sánchez exhibe perfil verde y feminista en Euskadi y apela al voto útil para frenar a las derechas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está en campaña. Así lo ha demostrado este miércoles en una intensa jornada con cuatro actos en las tres capitales vascas. En San Sebastián, por la mañana, ha exhibido su perfil 'verde' y feminista. A mediodía, en Bilbao, ha defendido la España plurilingüe y el euskara. Y ya por la tarde-noche, en Vitoria, despojado de de la corbata, ha sacado su lado mitinero y político para defender su continuidad en La Moncloa después de las elecciones generales del 28 de abril. Ha pedido a vascos y españoles que, “trascendiendo lo ideológico”, apoyen “el único proyecto cabal, sosegado y moderado”.
El candidato socialista ha iniciado la jornada en Donostia, donde junto al lehendakari, Iñigo Urkullu, con el que apenas ha departido un par de minutos, ha inaugurado primero la conferencia internacional contra el cambio climático Change the Change. Inicialmente, sólo estaba prevista la participación de la ministra Teresa Ribera, pero Sánchez quiso vaciar su agenda para acudir en primera persona a un foro coorganizado por el Gobierno central y las instituciones vascas.
Arropado por líderes de su partido en Euskadi y por el delegado del Gobierno, Jesús Loza, Sánchez también ha visitado el cementerio de Polloe para homenajear a la más destacada sufragista española, Clara Campoamor. El presidente ha depositado un ramo con flores rojas y amarillas en la tumba de Campoamor.
La gira ha continuado en Bilbao a mediodía. Sánchez se ha convertido en el primer presidente del Gobierno de España en visitar la sede de la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia), de donde se ha llevado como regalo de agradecimiento reproducciones de algunos clásicos de la literatura vasca. En el libro de visitas, a mano y en castellano, ha destacado tanto la “historia” como el “futuro” del euskara, un patrimonio de toda la sociedad española.
Pero el plato fuerte de la visita de Sánchez a Euskadi era un baño de masas que le esperaba en el palacio de congresos Europa de Vitoria, al que ha acudido caminando desde su hotel junto a la ministra Isabel Celaá, ubicada como candidata por Álava, y junto a los dirigentes locales del PSE-EE. Tras un parón en la cafetería Berlín, que estaba rodeada de policías con armas largas, escoltas y agentes de paisano de varios cuerpos policiales y asesores de su equipo, el presidente ha llegado puntual a su cita, algo inusual en anteriores actos en la capital vasca del entonces líder de la oposición.
Sánchez ha estado teloneado por Maider Etxebarria, candidata a alcaldesa de Vitoria -“alcaldesa de Álava”, se ha confundido el presidente-, por Cristina González, aspirante a la Diputación de Álava, y por Idoia Mendia, secretaria general en Euskadi. Muy atenta, la ministra-portavoz, Isabel Celaá, seguía los discursos desde la primera fila y ha sido muy aplaudida por los cientos de asistentes que colmaban la sala del Europa, en la que se han repartido ikurriñas -no había ninguna bandera de España- y un militante ha exhibido una rojísima enseña con el logotipo del PSOE en la II República. “¡Euskadi no te va a fallar!”, le han prometido Etxebarria, González y Mendia a Sánchez, que han hecho un duro alegato contra la derecha en un territorio donde el PSE-EE cogobierna con el PNV en las principales instituciones.
El presidente, al que en Vitoria se han referido como el “compañero Pedro”, ha optado por un mitin sin papeles, centrado exclusivamente en la política nacional y orillando asuntos centrales de la agenda vasca como las transferencias pendientes del Estatuto, comprometidas con el Gobierno de Iñigo Urkullu. Por este orden, ha atizado a Ciudadanos, a Vox y al PP. Podemos ha desaparecido de su discurso y a los independentistas -a los catalanes- sólo les ha dedicado una mención de refilón.
Sánchez ha planteado las elecciones generales como una dicotomía entre la izquierda y la derecha y ha insistido en que el se han de movilizar contra el tripartito no sólo los socialistas o los de izquierdas, sino “trascendiendo lo ideológico”, los “millones de españoles” y de vascos que “apuestan por una sociedad equilibrada y sosegada”. El PSOE necesita el voto útil porque, como ha admitido Sánchez, medidas clave como la derogación de la reforma laboral o la nueva ley de Educación necesitan más apoyo parlamentario que los actuales 84 escaños socialistas en el Congreso.
“Movilicémonos el 28 de abril, somos el único proyecto cabal, sosegado y moderado”, ha arengado a un público muy entregado que pedía “caña” con la derecha y que los corruptos devuelvan el dinero interrumpiendo al presidente. “La elección de los vascos y españoles es bien sencilla. Una España en que quepamos todo o no”, ha resumido mencionando una canción de Víctor Manuel.
Sánchez , que ha prometido que gobernará hasta el final y que no renunciará a los “viernes sociales”, ha anunciado nuevos decretos para continuar ejecutando sus promesas, entre los que ha citado la recuperación del subsidio para los desempleados mayores de 52 años. “Hemos gobernado desde el primer minuto y vamos a gobernar hasta el último minuto de esta legislatura”, ha advertido quien ha ideado incluso las primeras decisiones de su siguiente mandato y unos nuevos “presupuestos sociales”. Ha reservado también un lugar destacado para reivindicar los derechos de la mujer en puertas del 8 de marzo: “Muchos hombres nos reivindicamos como feministas”.
“Tengo alguna virtud, soy un poco testarudo”, ha ironizado, a la conclusión de su discurso, el autor de 'Manual de resistencia'. Nada más bajar del estrado ha sido engullido por los asistentes, ávidos de 'selfies' los más jóvenes y de estrecharle la mano los más veteranos. “Aurrera, Pedro!”, le ha gritado uno de ellos cuando abandonaba el Europa rodeado de su equipo de seguridad y por una puerta de servicio del palacio de congresos.