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El Gobierno de Urkullu rompe con EH Bildu a las 24 horas del pacto educativo y explora acuerdos con el nuevo PP

El portavoz económico de PP+Cs, Luis Gordillo, este viernes en el Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

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Desde la comodidad de la mayoría absoluta que le proporciona la coalición de PNV y PSE-EE, el Gobierno de Iñigo Urkullu sigue exhibiendo en el Parlamento Vasco facilidad para la geometría variable. Solamente 24 horas después de calificar como “histórico” el pacto educativo que sumó al 90% de la Cámara pero que, sobre todo, supuso un intercambio de halagos entre PNV y EH Bildu y a pesar de que la coalición abertzale pactó los presupuestos de 2022 con Urkullu, el pleno monográfico para debatir y votar medidas contra la crisis generada por la guerra de Ucrania ha roto de nuevo los equilibrios. Por el contrario, la sesión ha permitido un primer acercamiento del Ejecutivo con el nuevo PP, ahora encabezado por Alberto Núñez Feijóo, y precisamente en el mismo día en que este partido quería exhibir un modelo económico contrapuesto al vasco con la visita a Vitoria de la presidenta madrileña. Isabel Díaz Ayuso. Ello se ha traducido en que PNV, PSE-EE, PP y Ciudadanos han ido de la mano en casi todos los puntos e igualmente la coalición Elkarrekin Podemos-IU se ha sumado en algunos puntos al clima de consenso.

“Se podrá llegar a otros acuerdos, pero respetándonos mutuamente”, ha explicado el representante de EH Bildu, Iker Casanova, muy contudente y que ha motivado el enfado incluso del propio Urkullu en su escaño. Según la coalición, Urkullu ha “distorsionado” el funcionamiento del debate al presentar ya medidas propias sin esperar a las votaciones, en referencia al anuncio de 200 millones en diferentes planes que serán aprobados el próximo martes en Consejo de Gobierno. “El Gobierno vasco ha hecho cero esfuerzos para llegar a un acuerdo con EH Bildu. El Gobierno ha lanzado en paracaídas al lehendakari [...]. Ha venido con un plan cerrado y no daba libertad más que para adherirse o no adherirse. La voluntad no era acordar”, ha criticado Casanova. Precisamente EH Bildu había sido la formación que había demandado la celebración de este debate plenario.

El rifirrafe ha generado un peculiar momento en la tribuna. Alaitz Zabala, del PNV, ha señalado lo siguiente al finalizar el debate y antes de la votación tras poner en valor la “disposición” de PP+Cs y Elkarrekin Podemos-IU: “¿Quién se ha quedado solo? Pues Vox y EH Bildu. Con ustedes no hemos llegado a acuerdos”. Casanova, por el contrario, repetía “bai, bai, bai” desde su escaño. Para el PNV, EH Bildu ha sufrido un “ataque de celos” por el acercamiento a otros partidos. EH Bildu ha llegado a decir que “España tiene un plan” y que Pedro Sánchez ha tendido la mano a la oposición a diferencia del comportamiento de Urkullu. Como detalle añadido, el coordinador del grupo del PNV, Jon Aiartza, ha cambiado en apenas unos minutos el guion de votos de las propuestas de los otros partidos que había entregado uno por uno a sus correligionarios y les ha entregado una segunda versión.

¿Qué ha ocurrido? “En contra de lo que ha dicho la portavoz del PNV, no es cierto que los grupos del Gobierno y EH Bildu no hayamos llegado a ningún acuerdo. A primera hora de la tarde sí teníamos apalabradas algunas transaccionales”, explican fuentes de EH Bildu. Estos acuerdos estaban centrados en pedir la transferencia migratoria para mejorar la “acogida adecuada” de los refugiados, a “reforzar los programas ya vigentes e instrumentar nuevos programas destinados a ayudar a las empresas directamente afectadas por la invasión de Ucrania” o a “poner en marcha medidas complementarias de apoyo al subsector industrial que para el desarrollo de su actividad precisa un uso intensivo del gas y para extender esas ayudas a otros sectores productivos afectados por el fuerte incremento de los costes energéticos. ”El PNV, sin embargo, se ha negado a concretar y firmar esas transaccionales porque se ha enfadado con la primera intervención de Iker Casanova. Ante la legítima crítica política ha respondido con una pataleta que no es aceptable, por irresponsable, cuando lo que está en juego es la consecución de acuerdos para mejorar la vida de la gente“, inciden estas fuentes.

Numéricamente, el Gobierno ha acordado ocho resoluciones con PP+Cs -y aceptado como propias otras dos redactadas por esta formación- y cinco con Elkarrekin Podemos-IU. Además, se ha llegado incluso a un texto conjunto entre PNV, PSE-EE y ambas formaciones opositoras a pesar de sostener modelos económicos opuestos. Ese punto pide que se “amplíen los recursos destinados a facilitar la financiación y liquidez del tejido empresarial vasco” y a que se “flexibilicen las condiciones de los instrumentos ya existentes”. También se plantea “instrumentar nuevas líneas específicas de financiación, destinando para ello una dotación económica suficiente”.

Los otros acuerdos con PP+Cs incluyen apoyos al sector agrícola, ganadero y de pesca, un impulso a las medidas de eficiencia energética o a aprobar ayudas contra la pobreza energética y la exclusión social. Con Elkarrekin Podemos-IU hay un texto que pide “el mantenimiento del empleo” y en el que se ve “deseable” un “pacto de rentas”. Se alude igualmente a mejorar la acogida a los refugiados y que, de acuerdo con el Estado, se mejore la reagrupación familiar. Por otro lado, el debate ha alumbrado una “condena” de la invasión de Rusia y en la que se plantea también una “investigación de la Corte Penal Internacional” de los “crímenes de guerra de lesa humanidad” que se han producido. Este punto ha concitado el sí de PNV, PSE-EE, PP+Cs y Vox y Elkarrekin Podemos-IU y EH Bildu se han abstenido. Las propuestas de Urkullu han sido también validadas para su desarrollo concreto a partir del martes.

La sesión, que ha arrancado a las 9.30 horas de la mañana y ha acabado a las 19.00 horas, ha reproducido las carencias de otros plenos monográficos. La confusión en las votaciones es ya habitual y a ello se le ha añadido un retraso de más de media hora antes de ellas, cuando ya se habían cerrado todos los acuerdos. La presidenta, Bakartxo Tejeria, ha optado incluso por suprimir el sistema electrónico de votación y hacerlo a mano alzada. “Levantad bien, ¿eh?”, ha implorado, aunque no ha evitado algunos errores y que el grueso de los asistentes no supiera el contenido de lo que estaban apoyando o rechazando. Ella misma ha omitido por sistema a Ciudadanos cuando ordenaba las intervenciones. También se ha producido un retraso no comunicado a la hora de comer hasta el punto de que el lehendakari y todos sus consejeros han llegado media hora antes sin que tuvieran conocimiento de ello.

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