El Gobierno vasco admite un sobrecoste del 19% en las obras del metro de Donostia, cuyo fin se prevé para 2025

El consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, Iñaki Arriola, ha indicado al Parlamento Vasco que las obras del conocido como metro de Donostialdea han tenido, hasta el momento, un sobrecoste del 19%. Es la diferencia entre los 120,45 millones de “presupuesto inicial” de los tramos Lugaritz-Miraconcha y las dos fases del Miraconcha-Easo y los 144,25 millones ya liquidados. Son cantidades sin IVA y el Gobierno matiza que la fase segunda del Miraconcha-Easo continúa en marcha. Explica el Ejecutivo que son cifras que “incluyen los importes de reclamaciones, expedientes de emergencia y revisiones de precios acordes a la normativa vigente”.

En respuesta a una petición de información de EH Bildu, el consejero Arriola apunta también que “la fecha prevista para la finalización de las obras es de verano de 2025”, el mismo plazo comprometido hasta ahora. Eso no implica una entrada en funcionamiento inmediata ya que “la puesta en servicio de las nuevas estaciones se realizará una vez completados el resto de contratos de instalaciones ferroviarias”. Ocurre lo mismo con las obras de la alta velocidad: las fechas que se ofrecen no incluyen la denominada “superestructura” y todas las necesarias pruebas. En el caso concreto del metro de Donostialdea, el Gobierno remarca que se avanza a unos “seis metros al mes” en la zona de Pío Baroja y a unos “diez metros por mes” en la “caverna de La Concha”. “El tramo Lugaritz-Miraconcha está recepcionado con fecha 22 de julio de 2022”, abunda Arriola.

La coalición también preguntaba a Arriola por algunas incidencias presuntamente asociadas con estas obras. En concreto, el parlamentario Unai Fernández de Betoño citaba “una grieta en la fachada de un edificio de viviendas contiguo al Buen Pastor” aparecida en enero de este año y una “brecha bastante grande” en la calle de Zubieta en febrero. El Gobierno es contundente e indica que la grieta próxima al Buen Pastor era ya conocida y que “no tiene ninguna relación con las obras del metro de Donostia”. Sobre la calle de Zubieta, se informa de que ya en 2021 hubo un acuerdo por unas afecciones motivadas por las obras. Este periódico ya publicó ese año que las contratistas exigían un compromiso de no volver a reclamar a quienes firmaron entonces acuerdos por desperfectos en aquella zona, con indemnizaciones de no más de 1.765 euros. Se da la circunstancia de que los problemas técnicos forzaron a que el administrador ferroviario vasco (ETS, Euskal Trenbide Sarea) tuviera que rescindir un primer contrato en ese tramo de Miraconcha-Easo y volverlo a adjudicar.

Con todo, explica Arriola que “las obras tienen desde su inicio un plan de auscultación y seguimiento de los posibles movimientos, tanto en la obra subterránea como en diversos puntos de la ciudad, en edificios, viales, etc”. Y añade: “Dentro de la monitorización y control diario que se realiza de forma rutinaria según el plan de auscultación previsto, no se han registrado movimientos de significación en los edificios del entorno de Zubieta, dado que entran dentro de lo previsto en el plan de auscultación y seguimiento de las obras y no superan los umbrales de riesgo establecidos por los especialistas”.

El conocido como metro de Donostialdea es, en puridad, la adaptación de la histórica línea de Cercanías de vía estrecha conocida como Topo y que llega hasta Hendaya, ya en territorio francés. En el caso de la ciudad, se construyen tramos soterrados y estaciones similares a las que puede haber en ciudades como Bilbao con el ánimo de ganar en frecuencias, en zonas atendidas y en viajeros. En paralelo, ETS adapta también la actual estación de ferrocarril de ancho ibérico para la llegada de trenes de alta velocidad, que emplean el conocido como ancho internacional. Precisamente este jueves el consejero visitó las obras de adaptación de ancho ibérico a internacional del tramo de Astigarraga hasta la frontera con Francia, un “tercer hilo” que supondrá 52,9 millones de euros.