Así se han de organizar las celebraciones y los ensayos musicales para minimizar el riesgo de contagio
La COVID-19 se transmite principalmente por gotas y aerosoles, con un mayor riesgo de transmisión en espacios interiores, cerrados y mal ventilados, donde no se guarda la distancia de seguridad, y con una mayor incidencia cuando se practican actividades que incrementan la cantidad de esos aerosoles. Con estas convicciones, el Gobierno vasco brinda una serie de pautas para la elaboración de los protocolos que vayan a regular actividades como las bodas y las comuniones, los coros y las orquestas y el tiempo libre educativo y las pruebas deportivas no federadas. elDiario.es/Euskadi las desgrana en esta guía, junto con unas pautas básicas para el resto de actividades no contempladas en esos apartados.
Bodas, comuniones y bautizos
El sector que organiza este tipo de celebraciones se ha visto obligado a reinventarse por la pandemia. El control de aforos es la clave de bóveda y pasa por contar con un sistema para ello, limitarlos al 50% de lo máximo establecido y registrar a las personas que asistan para luego poder contactar con ellas en caso de que sea necesario. “Cada persona deberá contar con un asiento preasignado en el que permanecerá sentada durante la celebración”, se indica desde el Gobierno vasco. Asimismo, se mantendrá la distancia de 1,5 metros. “Se recomienda no cantar en las celebraciones y no se organizarán bailes. Tampoco se organizarán actividades dinámicas en las que no pueda asegurarse el cumplimiento de la distancia de seguridad”, se especifica.
Actividades músico-vocales no profesionales
Se insta a las agrupaciones corales a ensayar y actuar al aire libre y en espacios grandes que se puedan ventilar apropiadamente. Si son interiores, no se podrá superar el 35% de aforo. “Se han asociado brotes de COVID-19 con ensayos y actuaciones de coros y congregaciones religiosas en distintos lugares del mundo. Al cantar se producen gotas con secreciones respiratorias que caen generalmente en un radio de dos metros alrededor de la persona que canta, y gotas más pequeñas o aerosoles que se transportan por aire a distancias mayores”, se detalla. Por estos motivos, se pide que se evite cantar cara a cara y que se reduzca el volumen tanto al cantar como al hablar. Además, se deberá usar mascarilla en todo momento.
Al igual que en los coros, en las orquestas tiene que haber también una persona referente para todo lo relacionado con la COVID-19. Además, se exige el uso de mascarilla. “En caso de instrumentos de viento, metal y otros con boquilla, ante la imposibilidad de uso de mascarilla, se guardará una distancia de seguridad de al menos dos metros”, se aclara. Además, la distribución de los instrumentos debe estar adecuadamente organizada, de tal manera que no se produzcan cruces. Los atriles, por su parte, serán de uso individual. “No se soplará sobre el instrumento para limpiar la condensación en las llaves, para ello cubrir con un pañuelo desechable, que tras su uso se tirará a la basura. Se dispondrá de recipientes para la eliminación de agua en los instrumentos de metal”, añade el Gobierno vasco.
Danza no profesional
Al margen de las exigencias generales de ventilación, distancia y uso de mascarilla, se hace referencia a la manera en la que se han de desarrollar los bailes. “Los bailes en pareja estarán limitados únicamente a parejas de baile estables o a personas convivientes. Los grupos serán estables y, cuando sea posible, las personas ocuparán siempre la misma posición dentro del grupo”, se señala.
Tiempo libre infantil y juvenil
Se apuesta por favorecer las actividades al aire libre. Con un aforo de un máximo del 50%, se favorecerán los grupos estables, con medidas para reducir el número de contactos. “Medidas para evitar aglomeraciones en salidas y llegadas, asignación del uso de espacios para mantener físicamente aislados a los grupos unos de otros y evitar actividades que impliquen contacto físico constante, respetando en lo posible la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros”, se cita entre ellas.
No se deben compartir ni teléfonos ni herramientas ni instrumentos ni similares. Además, las comidas deben llevarse a cabo en grupos estables y con una ocupación de los comedores que no supere la mitad del máximo establecido. “En caso de pernoctación, las habitaciones compartidas estarán ventiladas, se ocuparán al 50%, se respetará la distancia de seguridad y, en la asignación de sitios, se mantendrán los mismo grupos de las actividades”, se explica. Se hace especial hincapié en la necesidad de informar a los jóvenes de las medidas preventivas que se han de seguir. También se pide que las familias sepan quién es la personas responsable de los asuntos relacionados con la COVID-19, así como que se cuente con un plan de aislamiento y comunicación para participantes.
Pruebas deportivas no federadas
La organización de estas actividades pasa, en primer lugar, por la reducción del contacto entre participantes, con grupos más reducidos y medidas que eviten las aglomeraciones. Se pide a la organización que determine el número máximo de participantes y que se cerciore de que no se supera. También ha de haber un responsable que se encargue de controlar todos los aspectos relacionados con la COVID-19. “En pruebas deportivas con público se aplicarán las medidas preventivas previstas en la normativa en vigor para eventos deportivos. En pruebas al aire libre, en la medida de lo posible, se instalarán barreras y se reforzarán los mensajes al público para evitar aglomeraciones”, se explica.
Protocolos generales para el resto de actividades
De cara a la elaboración de los protocolos que den cobertura al resto de actividades, el Gobierno vasco hace hincapié en una serie de medidas básicas. En lo relativo a los aforos, se han de respetar los establecidos por normativa para cada establecimiento. “Los establecimientos y locales cuentan con un aforo máximo que debe estar expuesto al público”, se incide desde el Ejecutivo. En cuanto a la organización, se exige la gestión de los accesos, el análisis de la actividad, un rediseño de los espacios comunes, el uso de la mascarilla y una adecuación de las frecuencias y de los turnos de ocupación. Además, se insta a evitar el uso compartido de objetos. Al margen de esas medidas, se considera imprescindible una apropiada ventilación de los espacios —“ventilar implica renovar el aire, es decir, sustituir el aire interior, potencialmente contaminado, con aire exterior”—, así como higiene de manos y un refuerzo de las labores de limpieza y desinfección. También se pide que la comunicación de los responsables con los usuarios sea fluida, de tal manera que estos conozcan en todo momento las regulaciones en vigor.
Por si una persona presenta síntomas compatibles con la COVID-19, se ha de disponer de un procedimiento de actuación que “debe incluir el aislamiento y la comunicación con los servicios de salud y, en su caso, con los servicios de prevención de riesgos laborales”. Los contactos estrechos, por otra parte, se definen como aquel que “ha estado en el mismo lugar que una persona afectada por la COVID-19 a una distancia menor de dos metros y durante un tiempo total acumulado de más de 15 minutos en 24 horas, sin uso continuado y correcto de mascarilla, incluso en ausencia de síntomas”.
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