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La plantilla de Amazon en Euskadi se planta por un convenio propio y amenaza la campaña navideña de la multinacional

Concentración de los trabajadores de Amazon antre el centro de Trapagaran.

Belén Ferreras

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Los 109 trabajadores de la planta de logística de Amazon en Trapagaran han realizado este lunes su primera huelga desde que la multinacional abriera este centro neurálgico de la distribución en 2019. Han parado cuatro horas, de 5.30 a 9.30 de la mañana en lo que puede ser la antesala de un conflicto a las puertas de la campaña navideña, que arranca con el 'black fridey', el 'viernes negro' de descuentos que iniciaron las multinacionales americanas al que se han sumado ya todos los comercios. “Este ha sido un primer aviso”, señala Gotzon Mardarats, responsable para la Margen Izquierda del sindicato LAB, mayoritario en el comité. “La plantilla está muy harta y no vemos en la empresa ningún interés en responder a nuestras reivindicaciones”, dice. Tras el éxito del paro de este lunes, “que ha secundado toda la plantilla”, asegura, realizarán asambleas y decidirán los siguientes pasos seguir. “La huelga no es para nosotros un fin en sí mismo, pero si tenemos que parar pararemos y ahora viene toda la campaña de 'ciber monday', el 'black friday', Navidad, cuando hay mayor movimiento de paquetes”, advierte. Las instalaciones de Trapagaran constituyen un centro neurálgico muy importante para la zona norte. Desde él se distribuyen los paquetes a Bizkaia, Álava, Gipuzkoa, Logroño y Burgos.

El objetivo de estos trabajadores no es solo que sus salarios garanticen su poder adquisitivo en un contexto de fuerte subida del IPC, que también. De entrada, exigen tener un convenio propio, ya que están adscritos al convenio de Empresas de Transporte por Carretera y Actividades Auxiliares y Complementarias del Transporte de Bizkaia, que incluye las actividades de mensajería y operaciones logísticas. Esta es una práctica habitual de la multinacional fundada por el multimillonario Jeff Bezos en todos sus centros en España. Carecen de convenio propio y se suman a las condiciones que fije el sectorial en cada zona, siempre inferiores a las que se pueden pactar en un convenio de empresa. Sólo el primero de los centros que se pusieron en marcha en España, el de San Fernando de Henares, consiguió suscribir un convenio propio del que la empresa se descolgó en 2018. Después de tres años de conflicto, en en 2021, se llegó a un pacto laboral “de transición” con algunas mejoras, pero el convenio sigue siendo el provincial.

Los trabajadores exigen mejorar las condiciones laborales, como mínimo, en tres materias muy importantes para la plantilla. “De entrada, conseguir subidas salariales vinculadas a IPC. ”Amazon sigue anclada en condiciones laborales mínimas en el convenio colectivo de transporte de Bizkaia, sin ofrecer apenas mejoras sobre un convenio que está pensado para el transporte de mercancías por carretera, pero no tanto para los centros logísticos. La plantilla de Amazon necesita adecuar su realidad como centro logístico pasando por un convenio que recoja unas categorías profesionales reales con unas tablas salariales vinculadas al IPC“, señala el representante sindical. En este momento, según denuncia, la mayoría de los trabajadores no está a jornada completa, ”que tienen solo los mandos“, sino que está mayoritariamente al 50% de la jornada o al 80% sobre salarios bases mensuales -sin pluses- de entre 1.295 y 1.336 euros para jornadas completas, como marcan las tablas salariales del convenio provincial.

Fuentes de Amazon España han señalado, a elDiario.es/Euskadi que los empleados de Amazon trabajan “en un entorno moderno y seguro, con salarios y beneficios competitivos”. Según han afirmado, “el salario de entrada para nuestros puestos más básicos en Bizkaia es de más de 1.500 euros al mes por una jornada parcial de 32 horas, lo que supone un 54% por encima del salario mínimo”. Un salario que supone sumar al salario base determinados pluses.

La empresa también destaca que ofrece a los trabajadores “otros extras”, como “mejoras salariales adicionales al convenio en función de la antigüedad, seguro médico privado, plan de pensiones privado y fondos de formación”. Además, desde la multinacional afirman que se dará a todos los empleados de operaciones de primera línea “un bonus especial de hasta 500 euros brutos”, como agradecimiento a sus esfuerzos. No han aclarado, sin embargo, si se sentarán o no con el comité de empresa de Trapagaran para negociar sus reivindicaciones, entre las que también se encuentra que se prime que su trabajo se desarrolla sobre todo de noche, entre la 1.30 y las 9.30 de la mañana, “sin que ese horario nocturno tenga tampoco un reconocimiento especial”, y que tampoco se pagan los fines de semana. “La plantilla está harta porque cada vez se trabajan más fines de semana, y además, sin incentivo alguno. Queremos que se limiten y que se gratifiquen”, dice.

“Amazon tienen perspectivas de crecimiento muy importantes para el futuro próximo y en los últimos años también le ha ido muy bien. Hay que recordar que la compañía, en el Estado español, facturó en 2021 la friolera de 692.044.000 euros y que en plena pandemia, en el 2020, facturó 566.392.000 euros. En ambos ejercicios fiscales declaró 3.562.000 euros de beneficio neto. Estos beneficios son fruto del trabajo de la plantilla y la empresa tiene que repartir la riqueza entre trabajadoras y trabajadores”, afirman desde el sindicato.

Repartidores, todavía más en precario

Por otra parte, sus reivindicaciones incluyen también el derecho de subrogación de los repartidores de los paquetes de Amazon, que están “subcontratados”, “sufren una precariedad tremenda” y siguen siendo la parte más débil de la cadena. “Siendo un servicio imprescindible para el desarrollo de la actividad, sufren inestabilidad, falta de calendario, bajos salarios y por si fuera poco, el convenio de mensajería estatal que se les aplica no garantiza la subrogación. Es indispensable que se recoja la subrogación para aumentar el poder de negociación de los y las repartidoras. No podemos dejar a nadie atrás”, señala. Estos trabajadores, subcontratados por las empresas Vayven Delivery SL, Flash Delivery, E-Box Last Mille SL, Besaide Logistics SL y Grusar Logística y Distribución SL, cuyos trabadores son los encargados de trasladar los paquetes desde el centro logístico hasta las casas.

Las instalaciones que Amazon levantó en Trapagaran en 2019 en terrenos que antiguamente ocupaba la histórica Bancock Wilcox, son lo que la empresa denomina estaciones lógisticas, de las que cuenta con 20 en toda España. Son instalaciones de última milla, es decir, en ellas no se almacenan los productos, sino que reciben los paquetes y los distribuyen a los repartidores según las zonas. De forma previa, los paquete han llegado a las instalaciones de 'media milla', de las que hay dos en toda España desde alguno de los diez centros logísticos con los que cuenta en toda España, que son los almacenes propiamente dichos.

Único centro de Amazon en Euskadi

El centro de Trapagaran es, de momento, el único con el que cuenta Amazon en Euskadi, y llegó ya en medio de las advertencias sindicales de que no se permitía que precarizase a los trabajadores. Tenía previsto instalar otro en la localidad guipuzkoana de Oiartzun, pero en el mes de mayo comunicó al Ayuntamiento que desistía de instalarse por “cambios en su modelo estatal” y que ya “no necesitaba estas instalaciones”. Pero lo cierto es que el retraso en la concesión de la licencia por parte del municipio, gobernado por EH Bildu, y la contestación política y social a la implantación de la multinacional habían puesto en cuestión el proyecto desde el inicio. De hecho, tras conocerse las intenciones de la empresa de instalarse en el municipio, el ayuntamiento aprobó una moción en contra de la implantación del centro logístico y apoyando al comercio local, tras lo que se inició una maraña de trámites burocráticos para obtiene la licencia, hasta que la empresa, finalmente desistió. De hecho, la multinacional transmitió a los fondos y agentes con los que colabora para buscar emplazamientos a sus naves logísticas que excluyeran a aquellas localidades que están gobernadas por EH Bildu, no por cuestiones políticas, sino para evitar verse envueltos en polémicas a la hora de instalarse. La multinacional también barajó instalarse en Álava, pero ese emplazamiento también se descartó finalmente.

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