PNV y PSE-EE avanzan con hermetismo en la negociación del nuevo Gobierno vasco mientras Mendia deshoja la margarita
PNV y PSE-EE llevan todo el mes de agosto negociando el Gobierno de coalición para Euskadi de cara a la legislatura 2020-2024 y que permitirá a Iñigo Urkullu gobernar por tercer mandato, el primero con mayoría absoluta en el Parlamento merced a la suma de 31 y 10 escaños (de 75) que suman ambas formaciones. La característica fundamental de las conversaciones es su hermetismo, respetado por ambas partes. No obstante, por los mensajes que lanza el PNV sí se desliza un mayor interés en cerrar el pacto cuanto antes mientras los socialistas se resisten a darlo por hecho. No hay un calendario definido más allá de que el 3 de septiembre es la sesión de investidura en la Cámara, por lo que a partir de la semana que viene se podría ir despejando el horizonte.
Según los pocos detalles que aportan las fuentes consultadas, todavía no está cerrado el programa de Gobierno, que será largo e incluirá actuaciones compartidas más allá de las áreas que dirija cada partido en el futuro gabinete así como las denominadas “discrepancias pactadas”, puntos en los que los socios se darán libertad para defender posiciones encontradas, como ocurrió con la reforma del Estatuto o con el 'procés' catalán. En 2016, “Pilares para construir una Euskadi con más y mejor empleo, más equilibrio social, más convivencia y más y mejor Autogobierno” -así se tituló el acuerdo que retomó la fórmula de coalición entre PNV y PSE-EE dos décadas después- ocupaba 81 páginas en su versión en castellano.
La consejera de Desarrollo Económico en funciones, Arantxa Tapia, que en la última semana se ha multiplicado y ha ejercido la portavocía del Gobierno en la nueva emergencia sanitaria por encima de la titular de Salud, Nekane Murga, ha dado por “prácticamente” cerrado el programa en Radio Euskadi a falta de unos “flecos”. El PSE-EE ha contestado en Europa Press que quedan “muchas cosas que resolver”. “No se puede dar por hecho el acuerdo”, han insistido los socialistas.
Solamente cuando se complete el acuerdo programático se pasará a la siguiente fase, la del reparto de carteras. La gran duda es si la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, accederá al Ejecutivo y si pedirá ser vicelehendakari, una figura inexistente desde 2009. Sí confirman ambas partes que todavía no se ha entrado a discutir sobre el peso del PSE-EE en el futuro gabinete de Urkullu. Los de Mendia no han crecido tanto como el PNV -tres y un escaño, respectivamente- pero sí garantizan ahora mayoría absoluta, lo que podría llevar a revisar los equlibrios, sea con más cargos o sea dando más fuerza a los tres consejeros socialistas actuales.
Desde las filas nacionalistas indican que no conocen aún las pretensiones concretas de los socialistas más allá de los rumores que sitúan a la propia secretaria general socialista en el Gobierno e incluso de vicelehendakari. Los nacionalistas optan por no dar una respuesta ni hacer comentarios hasta no conocer el planteamiento definitivo. No obstante, en medios políticos sorprendería que Urkullu aceptase como 'número dos' de su Gobierno a Mendia por encima de consejeros como Josu Erkoreka -dos legislaturas como portavoz- o la propia Tapia. Ello podría corregirse creando más de una vicepresidencia -como hizo Pedro Sánchez para acomodar a Pablo Iglesias- pero flota en el ambiente también la importancia de trasladar un mensaje de austeridad y de evitar la creación de nuevos cargos en un contexto de estrecheces presupuestarias motivadas por la pandemia.
“Todavía no hemos hablado de ello con el PNV, aunque Idoia ya habrá hecho su reflexión”, indican crípticamente desde el PSE-EE. La dirigente socialista se ha dejado querer en algunas entrevistas para un puesto que en 2016 descartó y que, unido al escaso presupuesto de las áreas que ha dirigido su partido en este mandato, han reducido la visibilidad de los socialistas en el Gobierno de Urkullu. Mendia ya fue consejera de Justicia, Administración Pública e incluso de Interior, además de portavoz, durante el Ejecutivo con Patxi López.
Que la posibilidad de que Mendia dé el salto es tan real que la dan por válida incluso en algunos sector del PSE-EE. Ahora son tres los consejeros, una de Álava (María Jesús San José en Trabajo y Justicia), otro de Gipuzkoa (Iñaki Arriola en Vivienda y Medio Ambiente) y la tercera de Bizkaia para cuidar al máximo las cuotas territoriales. La vizcaína es Sonia Pérez, titular de Turismo, Comercio y Consumo, y podría ser ella la perjudicada si Mendia, vizcaína también, accede al gabinete. Pérez entró al Gobierno mediada la legislatura cuando el PSE-EE envió a Barakaldo a su predecesor, Alfredo Retortillo, en una fallida operación para recuperar un feudo arrebatado por el PNV en 2015.
El calendario ya conocido es que la investidura de Urkullu se celebrará el 3 de septiembre en el Parlamento -con mayoría absoluta solamente es necesaria una votación- y que el tradicional acto de jura del cargo se realizará el 5 bajo el árbol de Gernika. El plazo para la formalización de las candidaturas para la investidura se cierra el 28 de agosto. Además, el PSE-EE necesita un mínimo de cinco días para cumplir con la promesa de que cualquier acuerdo sea ratificado por las bases en una consulta. El PNV, por su parte, lo someterá a la asamblea nacional, su máximo órgano entre congresos. Antes, el próximo martes 25 de agosto se celebra en Donostia el tradicional primer Consejo de Gobierno del curso político, cuyo escenario es siempre el Palacio de Miramar y en el que Urkullu siempre ofrece una rueda de prensa.
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