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Cuando la revolución feminista y poner los cuidados en el centro no es suficiente: “Los políticos hacen oídos sordos”

Un momento de la manifestación durante la huelga feminista del pasado 30 de noviembre en Euskadi EFE/Luis Tejido

Maialen Ferreira

Bilbao —

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Han pasado cuatro meses desde que el movimiento feminista logró parar Álava, Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra en la primera huelga general por los cuidados, que tanto el propio movimiento como algunos partidos políticos describieron como “histórica”. Bajo la lluvia y tras pancartas miembros de distintos colectivos se unieron en las capitales y municipios vascos y navarros para denunciar que las trabajadoras del hogar, del servicio a domicilio, de residencias, sanitarias, de limpieza, extranjeras sin regularizar y muchas otras más realizan su trabajo cada día de forma “precaria”, mientras las empresas que están detrás de él “se enriquecen”.

Creyeron que las movilizaciones supondrían un punto y a parte y que, después de aquel 30 de noviembre que se quedaría en la retina de todos los que salieron a la calle, responsables políticos se reunirían para proponer medidas concretas que acabaran con la precariedad de los sectores feminizados de cuidados así como con un sistema que sostienen las mujeres. “Ahora la respuesta y el compromiso político de cara al futuro, a partir de mañana, es por parte de la Administración Pública, de los gobernantes y de quienes tienen mayor responsabilidad de hacer frente y parar ya el negocio de los cuidados en Euskal herria”, dijeron tras finalizar la manifestación de Bilbao, la más multitudinaria de todas. Sin embargo, no ha sido así.

“Han pasado cuatro meses desde la Huelga Feminista General a favor de un Sistema Público de Cuidados. Desde el Movimiento Feminista y desde otros agentes socio-sindicales estamos haciendo un gran trabajo para poner en la mesa las reivindicaciones que conllevan el sistema público de cuidados. Comparecencias, huelga feminista general, asambleas, estudios, propuestas concretas, propaganda, Acuerdos Sociales... Y al parecer no es suficiente. Nada ha cambiado respecto a nuestras reivindicaciones. Las instituciones y los responsables políticos seguís haciendo oídos sordos, llevando el actual sistema de cuidados a situaciones cada vez más extremas”, denuncian desde el movimiento feminista.

Ahora que estamos buscando consensos entre diferentes agentes y planteando medidas concretas, queréis robarnos el discurso sin hacer ningún planteamiento real

Un pacto por el cuidado sin el movimiento feminista

Desde el movimiento critican que el Gobierno vasco haya presentado un pacto por el cuidado sin haber contado con ellas ni con los sindicatos para crearlo. Se trata de un documento que cuenta con 14 compromisos entre ellos “culminar la transición hacia un modelo propio, público y comunitario de cuidados, universal, garantizado, accesible y asequible, con equidad, en todo el territorio, tanto en el ámbito urbano como en el rural, desde la corresponsabilidad de hombres y mujeres, el liderazgo público y la cooperación entre sectores”.

Según la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, el pacto, bajo el nombre de 'Pacto o Compromiso de País por los Cuidados' no supone “una remodelación” del sistema de Servicios Sociales existente, sino “una mejora”. “El acuerdo alcanzado es más que un acuerdo entre administraciones; es una declaración de principios. Una hoja de ruta hacia un futuro en el que los cuidados sean reconocidos como un pilar fundamental de nuestra sociedad”, reconoce tras asegurar que desde el Gobierno vasco se encuentran “abiertas a cualquier interlocución” con el movimiento feminista.

No obstante, esa interlocución no se ha producido. “Por si fuera poco, para neutralizar las reivindicaciones del movimiento feminista, habéis presentado en el Gobierno vasco el Pacto por el Cuidado de la CAV, mientras en Navarra no se ha producido ningún avance con el pacto por los Cuidados. No nos habéis tenido en cuenta en absoluto. Al contrario. Ahora que estamos buscando consensos entre diferentes agentes y planteando medidas concretas, queréis robarnos el discurso sin hacer ningún planteamiento real. Con estos Pactos por lo Cuidados dejáis clara la intención de dejar fuera del diálogo a la mayoría sindical vasca y seguir apostando por los réditos de la patronal. ¡Es intolerable!”, lanzan desde el movimiento a los miembros del Gobierno vasco.

¡Estáis vendiendo nuestros derechos! ¡Robando nuestros discursos! ¡Haciendo negocio con nuestras vidas! Pero nos tendréis enfrente

“En vuestra supuesta democracia participativa habéis planteado una mesa sin participación de asociaciones o sujetos de trabajadoras del hogar y de cuidados. Preocupante, pero habitual. Por eso estamos perdiendo la capacidad de representar y negociar derechos y nuestros intereses. Los habéis nombrado como acuerdos público-privados cuando en realidad actuáis a favor de lo privado y en contra de lo público. Es sorprendente que un pacto que se llena la boca para hablar de integridad y transversalidad reduzca el sistema público de cuidados al de servicios sociales: esto lo estáis utilizando para justificar la existencia de un sistema público de cuidados”, critican.

A menos de una semana de las elecciones autonómicas, el movimiento feminista también tiene un mensaje para los partidos que optan a tener una representación en el Parlamento Vasco y que han lanzado mensajes a favor del feminismo y la igualdad. “En plena campaña electoral, se os está llenando la boca de las aspiraciones que tenéis por hacer en el futuro, como si hasta ahora no hubierais tenido ninguna responsabilidad. Escuchad con claridad: necesitamos medidas concretas, consensuadas con nosotras y reales. ¡Estáis vendiendo nuestros derechos! ¡Robando nuestros discursos! ¡Haciendo negocio con nuestras vidas! Pero nos tendréis enfrente, enfrente, detrás, en las calles, en la esfera pública, en las casas, en los lugares de trabajo, en todas partes”, señalan desde el colectivo.

Por ello, reconocen que su lucha “no ha hecho más que empezar” y que se seguirán reuniendo con la aspiración de que la revolución feminista parte de las calles, pero llegue a las instituciones. “Aquí estamos y no hemos hecho más que empezar. Seguiremos movilizándonos, interpelando y luchando por nuestras vidas. Asamblea por asamblea, pueblo por pueblo y barrio por barrio. ¡Nuestras vidas no son un negocio, queremos un sistema público de cuidados ya!”, concluyen.

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