Urkullu y Aragonès apelan a “fortalecer” las relaciones entre Euskadi y Catalunya

Después de reunirse este viernes con la presidenta de Navarra, la socialista María Chivite, el lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha desplazado este lunes a Catalunya y, en el marco de una reunión de las regiones pirenaicas, ha mantenido un encuentro bilateral con el presidente catalán, el republicano Pere Aragonès. Habían coincidido en foros multilaterales o telemáticos, se habían telefoneado, pero era su primera conversación cara a cara. Llega cuatro años después de que el lehendakari se implicara de lleno para tratar de evitar la declaración unilateral de independencia y el 155, lo que le generó un alejamiento con los predecesores de Aragonés, Carles Puigdemont y Quim Torra, y la ruptura de los lazos históricos entre el PNV y la antigua Convergéncia. Fuentes de la Presidencia vasca destacan la “buena sintonía” de la cumbre -a diferencia de la mantenida con Navarra en esta ocasión no mediaba la bandera de España entre las dos enseñas de cada presidente- y Aragonés ha mostrado en público su deseo de “fortalecer” los puentes con Euskadi. Por ello, han quedado en verse en próximas fechas en suelo vasco.

La reunión ha tenido lugar en Alp, un pequeño municipio de la Cerdanya gerundense con nieve en sus calles y que es conocido por la estación de esquí de La Molina. Allí ha tenido lugar el trigésimo noveno consejo plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP), un órgano transfronterizo que agrupa a las regiones francesas de Nueva Aquitania y Occitania, al Principado de Andorra y a las comunidades vasca, navarra, aragonesa y catalana. Aragonés ha cedido a Urkullu la presidencia rotatoria y, antes de ese acto, es cuando han mantenido el encuentro bilateral privado.

Aragonés le ha entregado a Urkullu un ejemplar del libro 'Cataluña/España, ¿del conflicto al diálogo político?', promovido por el Centro de Estudios de Temas Contemporáneos (CETC) de la Generalitat y que “a través de la reflexión de más de sesenta autoras y autores [habla] del debate dentro del independentismo, el debate en Cataluña, el debate en el Estado español y el debate en Europa”. Urkullu le ha correspondido con 'Kontakizuna' de Kirmen Uribe, una obra que ya le entregó, por ejemplo, al cántabro Miguel Ángel Revilla en la histórica cumbre tras el confinamiento en la que reabrieron la movilidad entre ambas comunidades vecinas.

En declaraciones a los medios de comunicación, Urkullu se ha dicho sorprendido por algunas “lecturas” en torno a su relación con Catalunya. El actual 'president' es de ERC, un partido que colabora con EH Bildu y no con el PNV, pero el lehendakari ha defendido el espacio de colaboración existente con Aragonés al frente de la Generalitat. Ha explicado que la cita presencial se ha hecho “cuando las circunstancias así lo han permitido”, ya que los últimos meses han quedado marcados por la pandemia. Lejos queda la frialdad con la que Torra fue recibido en Ajuria Enea en 2018 -el lehendakari llegó a escribirle a Pedro Sánchez mostrándole su desazón- y la ruptura con un Puigdemont que en el último momento rompió la palabra dada y optó por la independencia unilateral. De hecho, como guiño, el lehendakari ha apoyado la defensa de las lenguas cooficiales que está haciendo ERC en las negociaciones con el Gobierno central: “Nos preocupa desde Euskadi el peso que pueda tener una lengua oficial como el euskera en el uso de las plataformas digitales y, en ese sentido, atendemos las enmiendas que ha presentado ERC”. También han coincidido ambos mandatarios en la necesidad de una revisión del modelo de Estado, en el sentido de dar cauce a las reivindicaciones nacionales de territorios como Euskadi o Catalunya.

En cuanto a la nueva etapa al frente del CTP, escenificada con un choque de puños entre ambos presidentes, Urkullu ha asegurado asumir el reto con ilusión y ambición: “Los Pirineos nos unen y la colaboración es la garantía de nuestro éxito”. Entre las iniciativas que impulsará será la creación de “corredores” seguros para migrantes en tránsito. En el caso vasco, la zona fronteriza de Irún-Hendaya lleva años siendo un tapón para personas extranjeras que pretender acceder a Francia. La Policía Nacional realiza devoluciones en caliente y son ya varias las personas que han fallecido buscando rutas de paso alternativas, como el río Bidasoa.