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Vox busca salir de la irrelevancia política en Euskadi con ataques a la ley para dar más derechos a las personas transexuales

Amaia Martínez Grisaleña, en el Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

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La única representante de Vox en el Parlamento Vasco, Amaia Martínez Grisaleña, ha querido lograr protagonismo este lunes con una rueda de prensa en la que ha esgrimido todos los prejuicios de la ultraderecha. Ha cuestionado la reforma de la ley para proteger a las personas transexuales, ha llamado “coladero” al sistema de ayudas sociales -en el pasado ha vinculado ese supuesto fraude con los extranjeros-, ha afirmado que el castellano está en peligro en los colegios vascos, ha aventurado el fin de la educación concertada, ha puesto sobre la mesa la “creciente inseguridad” en las calles y ha afirmado que los socialistas han quedado “evangelizados” por el nacionalismo.

Vox, que permanece políticamente aislado por el resto de partidos salvo por la coalición PP+Cs, es una fuerza irrelevante en la consecución de mayorías y lleva dos años buscando otros protagonismos, como cuando quiso bloquear la llegada de menores extranjeros tutelados. Particularmente grave les parece la mejora de la ley para atender a personas en situación de transexualidad. Ha llegado a decir Martínez Grisaleña que “discrimina” al resto que no están en esas circunstancias y que alienta “fraude” o “simulación de género”, por ejemplo para entrar a un vestuario del sexo opuesto. Particularmente enfática se ha mostrado en lo tocante a los menores y ha pedido que no se excluya a progenitores y tutores de sus decisiones. Vox, en todo caso, ha admitido que le da igual el resultado de la tramitación parlamentaria porque ya tiene decidido su recurso de inconstitucionalidad, un botón que ya ha pulsado en otras ocasiones.

La ultraderecha, que este domingo aspira a un histórico triunfo en Italia con Giorgia Meloni, entiende en Euskadi que la reforma educativa expulsa al castellano de las aulas -la literalidad de la propuesta es que obliga a que se alcance un B2 al término de las etapas obligatorias- y que elimina la concertada -cuando expresamente se recoge que se podrán seguir financiado centros privados que reúnan unos requisitos-. También ha aprovechado para criticar que el PSE-EE, que forma parte del pacto educativo, hable de “país” para referirse a Euskadi, cuando en Vox es corriente la expresión “País Vasco”. Entiende que los socialistas han sido “evangelizados” por el PNV mientras que ellos pueden usar la misma palabra porque “se estudia en EGB que el País Vasco es una comunidad autónoma dentro de España”.

Sobre la situación general en Euskadi, Martínez Grisaleña ha opinado que el sistema de garantía de ingresos es un “coladero de irregularidades” y que en las calles se vive un clima de “creciente inseguridad”. Además, lamenta la “cesión” del espacio público “a la propaganda de los herederos de ETA” y que el Gobierno de España acerque a “terroristas sanguinarios”. Ninguna encuesta pronostica en Euskadi grandes subidas para Vox, aunque sí podrían acceder a las instituciones locales a partir de las elecciones forales y municipales de 2023, particularmente en Álava.

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