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Ciudadanos asumirá la alcaldía de Badajoz en el momento más bajo del partido

Ignacio Gragera asumirá la alcaldía de Badajoz

Carlos González de Rivera /Efe

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Ciudadanos (Cs) asumirá en unos días la alcaldía de Badajoz, fruto del pacto de alternancia en el cargo que firmó con el PP al principio de la legislatura, y alcanzará así la más alta cota de poder que ha tenido hasta la fecha en Extremadura, una situación que contrasta con el mal momento por el que atraviesa el partido a nivel nacional.

Al frente de la mayor ciudad de Extremadura (150.000 habitantes), Ignacio Gragera se unirá a los contados alcaldes que tiene Cs en otras capitales de provincia -Granada está en peligro-, cuando los naranjas acaban de salir abruptamente del Gobierno de la Región de Murcia y han desaparecido de la Asamblea de Madrid, donde ha perdido sus 26 escaños.

Ha sido el colofón a dos años convulsos en el seno del partido, con réplicas en Extremadura, en los que ha pasado del éxito al abismo en un suspiro.

Ciudadanos, tercera fuerza política

Ciudadanos consiguió un importante ascenso en las elecciones municipales de mayo de 2019 en Extremadura, ya que se convirtió en la tercera fuerza política con el 7,38 % de los votos y 118 ediles, frente a los 37 concejales y el 3,45 % de los sufragios de 2015. Fruto de ello ocupa ahora las alcaldías o está en los gobiernos de más de una docena de ayuntamientos extremeños.

Con mayoría absoluta preside las corporaciones de Rena (625 habitantes), Torrefresneda (400) y Garcíaz (725) y, gracias a pactos con el PSOE y el PP y a alguna abstención, tiene alcaldes en Villafranca de los Barros (13.200 habitantes), La Garrovilla (2.400), Valverde de la Vera (460) y Malpartida de la Serena (600).

Además, forma parte de los gobiernos municipales de Almendralejo (34.500), Ceclavín (1.900) y Garganta la Olla (990), en las dos últimas poblaciones con alcaldes regionalistas, según los datos facilitados a Efe por el partido.

Al igual que en Badajoz, también firmó con el PP un pacto de “2+2 años” en Palomero (400), solo que en este caso es Cs el que debe dejar ahora la alcaldía, y recientemente ha entrado en el Gobierno local de Peraleda de San Román (400).

Cáceres, la primera crisis

A raíz del hundimiento de Cs en las elecciones generales de noviembre de 2019, en las que perdió 47 escaños y más de dos millones y medio de votos en solo seis meses, lo que precipitó la dimisión de su líder, Albert Rivera, se desencadenó el primer problema serio en Extremadura.

La repetición de los comicios supuso que Cs Extremadura se quedara sin sus dos diputados al Congreso: María Victoria Domínguez (Cáceres) y María José Calderón (Badajoz).

El portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Cáceres, Francisco Alcántara, que fue muy crítico con la dirección nacional y regional del partido a raíz de esos resultados, abandonó el grupo junto a Mar Díaz y lo dejó con tres concejales.

Cs, que había pasado de cuatro a cinco concejales, no había facilitado esta vez la alcaldía al PP y los socialistas gobiernan gracias a su abstención.

La marcha de Cayetano Polo

Meses después, el líder regional de Cs, Cayetano Polo, provocó otro seísmo, especialmente en el grupo parlamentario, al anunciar por sorpresa su dimisión por desavenencias con la nueva dirección nacional encabezada por Inés Arrimadas.

Polo fue nombrado semanas después jefe de Relaciones Institucionales de Infinity Lithium en España, la promotora de la mina de litio de Cáceres a la que se oponen todos los partidos locales, salvo Cs. Gragera, por cierto, criticó las “puertas giratorias”.

El partido había conseguido un importante crecimiento en las elecciones autonómicas de 2019, al lograr siete diputados, seis más que en 2015, y colocarse como tercera fuerza política con 65.295 votos (un 11,21 %).

Pero se quedó lejos del “sorpasso” al PP que algunos pronosticaban tras los comicios generales celebrados un mes antes.

La designación de David Salazar como sustituto de Polo por parte de la dirección nacional no fue bien vista por algunos miembros del partido.

Esto provocó que cuatro de sus siete diputados autonómicos registraran un escrito en la Asamblea en el que dejaban fuera de la dirección del grupo naranja a Salazar y convertían a Fernando Rodríguez, sustituto de Polo y que todavía no había tomado posesión de su escaño, en presidente del grupo.

Rodríguez, que llegó a ser expulsado del partido, es uno más de un grupo parlamentario en que los dos sectores siguen sin resolver el organigrama de la dirección.

Ninguno de los avatares a nivel nacional y regional ha afectado al pacto PP-Cs de Badajoz, ni al tripartito local con Alejandro Vélez, exedil de Vox, que públicamente no ha expresado aún si apoyará a Gragera -su voto es decisivo-, aunque se da por hecho.

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