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Feijóo se abre ahora a que el PP busque la estabilidad con Vox en Castilla y León si no la encuentra en el PSOE

El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, en un mitin junto a Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco.

Beatriz Muñoz

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El presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, cree que su compañero de partido en Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco debe “hablar con todos” para buscar alianzas que le permitan formar gobierno tras unos resultados electorales que dejan a la formación lejos de la mayoría absoluta -ha logrado 31 escaños, 10 menos de los necesarios para ello-. No ha hecho ninguna excepción. Aunque ha evitado citar a Vox, pese a que tuvo que contestar a dos preguntas directas sobre esa formación, no los ha excluido de las conversaciones ni de posibles pactos. “La postura de Mañueco es inteligente”, ha afirmado: “Fue claro, va a hablar con todos, de mayor a menor representación”. Eso supone empezar por el PSOE y, si no hay acuerdo -los socialistas han rechazado abstenerse para investir a Mañueco sin la extrema derecha-, continuar con Vox, que se ha situado como tercera fuerza.

El barón gallego ha marcado habitualmente las distancias con la formación de Santiago Abascal y ha presumido de que Vox no ha logrado representación ni en el Parlamento ni en ningún ayuntamiento de la comunidad. Antes de las elecciones gallegas de 2020 declaró que no pactaría con Vox. En una entrevista en febrero de aquel año en TVE consideró que la formación de ultraderecha es “un partido que está contra Galicia”.

La lectura que hace Feijóo de los resultados de las elecciones anticipadas en Castilla y León es que no suponen una amenaza para Pablo Casado. “Si estuviésemos en la situación del PSOE, que perdió las elecciones, el contexto sería distinto”, dijo. El presidente del PP gallego insistió en que “entre ganar y perder hay una diferencia”, aunque reconoció que, “sin duda”, se puede “ganar mejor”. Él mismo se prodigó en una campaña en la que se intensificó en el tramo final la presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que en un inicio tenía previsto estar en menos actos.

Feijóo ha insistido desde que Mañueco convocó a la población de Castilla y León a las urnas en que el objetivo era lograr un gobierno con estabilidad y ha repetido esa idea intentando trasladar presión a los socialistas: “Espero que todos, y digo todos, los partidos estén a la altura y garanticen la estabilidad”. Según el anuncio de Mañueco, la primera formación con la que se sentará a negociar es el PSOE. Luego, “seguirá la ronda de contactos”, manifestó el barón gallego del PP.

Según el presidente gallego, “la incógnita” de este proceso en el que la iniciativa parte del PP, es “cómo responderá el PSOE”. Ha citado unas declaraciones del alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, en las que se ha mostrado a favor de que su partido facilite la investidura de Mañueco para evitar un pacto con Vox y que la formación de extrema derecha entre en el Gobierno, como ha planteado ya. “No sé si Tudanca está dispuesto a seguir estas propuestas”, agregó Feijóo, que cree que en las próximas semanas “cada uno tendrá que retratarse”. Los socialistas han celebrado este lunes una Ejecutiva, en la que han rechazado facilitar con su abstención un gobierno de Mañueco sin Vox.

Feijóo ha trasladado también su “felicitación expresa” a Mañueco por la cuestión “no menor” de haber sido la fuerza más votada, con poco más de un punto porcentual por encima de la siguiente (el PSOE). En su análisis ha destacado la “fragmentación extraordinaria” del voto, que da lugar a “una situación novedosa y peligrosa desde el punto de vista de la estabilidad”. “Lo importante es que el diálogo no es una opción, sino una obligación”, concluyó. Y en ese diálogo obligado no marcó líneas rojas con respecto a ningún interlocutor.

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