Los bañistas denuncian suciedad en las playas donostiarras
Quizá por la tardanza de la entrada del verano, o por el propio pronóstico meteorológico pesimista para el periodo estival, las tres playas donostiarras han dado este fin de semana “una sensación de dejadez, falta de limpieza y cierto abandono por parte de los responsables municipales”, según apuntaba esta mañana el concejal socialista Miguel Ángel Díez.
Plásticos flotando en el agua, basura acumulada en la orilla y una importante cantidad de medusas son las quejas que más manifiestan los bañistas durante estos días de sol. “No es de recibo que ahora que, por fin, ha llegado el buen tiempo nuestras playas estén ofreciendo una sensación de suciedad muy alejada de los parámetros de los certificados de calidad que la distinguen”, apunta Díez.
Cada mañana, el servicio de limpieza de playas municipal realiza un cribado y limpieza de rigor que según los bañistas “no es suficiente” y a pesar de que “durante el día suele verse una lancha que va retirando la basura que flota” parece que una labor de limpieza más profunda es necesaria a la vista de los visitantes de La Concha, La Zurriola y Ondarreta.
Las medusas, habituales visitantes de los arenales cada verano, son a los ojos del PSE “un factor natural ajeno a la responsabilidad del gobierno” pero “una cosa es lo natural y otra tener que bañarte rodeado de plásticos, bolsas, y otros elementos. No puede justificarse bajo ningún concepto que el baño se realice rodeado de residuos o que quienes pasean por la orilla tengan que ir sorteando todo tipo de basura o no levantar la vista del suelo para evitar encontrarse con cualquier resto”, señala Díez.
El concejal socialista insta así al gobierno municipal de Bildu a “redoblar los esfuerzos en materia de limpieza, disponiendo los medios humanos y técnicos necesarios, para un buen mantenimiento de nuestras playas, entendiendo que son la columna vertebral del verano, nuestro principal atractivo turístico y que no es bueno recibir continuas quejas por parte de los usuarios. El boca a boca de la suciedad es la peor campaña de marketing.