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El soporte físico, en peligro de extinción: ¿hay vida después del Blu-Ray?

Globos de promoción de Blu-ray en un evento en Japón (Foto: mroach)

José Barreiro Solano

Durante décadas, los formatos físicos para almacenar información, como los disquetes o los rollos de película de cine, han ido cambiando a la misma velocidad que evolucionaba la tecnología. Los vinilos primero, y más tarde los casetes y las cintas VHS, contribuyeron a popularizar la música y el cine en los hogares, haciendo estos contenidos accesibles a cualquiera que tuviera un reproductor en casa. Pero esos formatos caducaron con la llegada de la era digital, hasta llegar al día de hoy, donde el declive del formato físico es evidente. ¿Queda alguna esperanza para los discos?

Ensayo y error

La mayoría de los soportes físicos han llegado a triunfar mediante la vieja estrategia de prueba y error. Nadie duda que el DVD supuso un avance técnico increíble con respecto al VHS, pero este soporte no habría llegado hasta ahí sin el fracaso que supuso previamente el Láser Disc. La cantidad de formatos que se han quedado por el camino son incontables: Minidisc, Betamax, UMD... pero hasta ahora siempre ha habido al menos uno en cada campo (CD en música, DVD en vídeo y contenido digital) que ha permanecido.

Pero el éxito de un formato no se produce de una semana para otra. En muchas ocasiones, el triunfador se decide tras una larga lucha con los consumidores como trofeo final. La última gran batalla la vivimos entre el HD-DVD de Toshiba y el Blu-ray de Sony. Ambos formatos esperaban sustituir al DVD como formato estándar de vídeo doméstico y traer la alta definición a nuestras casas. Durante unos meses, reproductores de ambos formatos estuvieron a la venta en las tiendas y las películas más populares a menudo se comercializaban en ambos. Sin embargo, solo uno aguantó la embestida. El Blu-ray de Sony se convirtió en el elegido y el HD-DVD pasó a la historia. En esta guerra, la PS3, que incluía un reproductor de Blu-ray de serie, tuvo mucho que ver.

Han pasado ya cinco años desde que el Blu-ray se consolidara y las grandes compañías ya están pensando en un nuevo formato que lo sustituya. La alta definición de 1080p (1920x1080) que ofrece este formato parece que se ha quedado corta para la industria de la electrónica y el cine. El 4K es el nuevo estándar de alta definición que está por venir, pero para ello necesitaremos un formato que pueda almacenar toda esa información. ¿Qué viene después del Blu-Ray?

El Holographic Versatile Disc podría ser la respuesta. Este formato físico sería capaz de almacenar hasta 6 Terabytes de información, muchísima más capacidad de la necesaria para la nueva alta definición (se estima que se necesitarán sobre los 100GB para una película en 4K). Pese a estos avances, lo lógico sería que sacaran un disco con menos capacidad, más velocidad y más barato.

¿Es el disco la única opción?

Hace tiempo que a la cinta magnética de toda la vida (VHS) cambió para siempre al formato de disco (primero DVD y más tarde Blu-ray) y lo más seguro es que el sucesor de estos, sea cual sea, siga la misma estela.

Sin embargo, el avance de nuevas tecnologías como el 'streaming' o sistemas de almacenamiento como las tarjetas de memoria pueden hacer que una nueva generación de discos fracase. Las plataformas de contenido multimedia en la nube, como Netflix, nos hacen plantearnos si de verdad merece la pena levantarse del sofá, coger el coche, comprar el disco en una tienda y volver a casa para ver la peli. Lo ideal es que todo se haga a través de internet y mediante el mando a distancia.

Al menos una generación más

Pese a que los contenidos multimedia online son cada vez más populares y accesibles, no parece probable que la siguiente sea la generación que acabe con los discos. El problema es simplemente uno: la alta definición.

Un Blu-Ray estándar puede almacenar hasta 25Gb por capa. Es una cantidad de memoria suficiente para almacenar las películas en la definición actual (1080p), pero se va a quedar corta para la definición que viene (4K). La alternativa obvia es que esos contenidos puedan reproducirse mediante 'streaming', pero en la mayoría de países no hay una banda ancha suficientemente desarrollada para ofrecer estos servicios con la calidad suficiente y a la mayoría de la población. En este punto es preferible apostar por un disco que simplemente se introduzca en el reproductor.

Por eso, compañías como Sony ya están trabajando en la nueva generación de discos, con una capacidad mucho mayor que los actuales. La cifra que se maneja ahora mismo es la de 300GB por disco, que sería suficiente para las películas con definición 4K.

Así que, como conclusión, lo más probable es que sí tengamos otra generación de discos digitales, pero el desarrollo de las redes de alta velocidad acabe con los formatos físicos en cosa de unos años. La gran pregunta es... ¿Cuándo?

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