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Volar o 'congelar' el fuego: los poderes que la tecnología puede dar a los bomberos

Los bomberos del futuro serán más fuertes y más rápidos gracias a la tecnología

Aroa Fernández

Estos días, el norte de España y gran parte de Portugal viven pendientes de la ola de incendiosola de incendios que arrasa su entorno. El fuego avanza y los bomberos se afanan por controlar y apagar los múltiples focos que siguen activos. Una vez más, la labor de estos profesionales que arriesgan sus vidas en medio de las llamas demuestra que están hechos de otra pasta.

Aunque hoy en día están equipados con cascos y trajes ignífugos que les permiten estar al pie de los incendios, la tecnología les podría volver mucho más rápidos, fuertes y ágiles. Incluso otorgarles poderes sobrehumanos como volar o ser casi inmunes al fuego.

El equipamiento de los bomberos ha ido mejorando con el tiempo. En 1730 aparecieron los primeros cascos de seguridad; un siglo más tarde, los respiradores (aunque inicialmente con múltiples fallos) y no fue hasta 1880, en Estados Unidos, cuando dispusieron de escaleras telescópicas que les acercaban al foco de los incendios.

En España, la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) fue la encargada de elaborar, en la década de los 80, el primer catálogo de normas de seguridad que debían cumplir los materiales como extintores o mangueras. En esa época, cada municipio de más de 20.000 habitantes ya debía contar con una dotación de bomberos.

Desde entonces, los trajes resistentes a las llamas y demás dispositivos de seguridad y localización no han parado de mejorar. De cara al futuro, los avances tecnológicos podrían convertir al bombero en una especie de superhéroe.

Superchorros, granadas de congelación y ondas sonoras

Aunque no llegarán a congelarlo como lo podría hacer el Iceman de Marvel, los bomberos del mañana sí que neutralizarán el fuego mucho más rápido y sin necesidad de acceder al edificio en llamas.

Por ejemplo, la manguera PryoLance permite crear un chorro ultraconcentrado de agua capaz de pasar por agujeros pequeños. Así, el líquido elemento llegaría al interior del edificio por cualquier resquicio y arrojaría una fina niebla capaz de reducir la temperatura de 871°C a 148°C en cuestión de segundos. Esto se consigue porque, al no abrir ninguna puertas o ventanas, no entran grandes cantidades de oxígeno que avivaría el incendio.

Además, su sistema de alta presión permite acabar con el fuego mucho más rápido que las mangueras tradicionales.

Otros dispositivos que también acaban con el fuego a distancia son los extintores desarrollados por la compañía canadiense ARA Safety. Como si de una granada se tratara, este artilugio relleno de bicarbonato de sodio se lanzará al lugar cerrado en llamas y, al chocar contra el suelo, se romperá desprendiendo su contenido capaz de absorber el calor y acabar con el proceso químico.

Incluso se han desarrollado extintores portátiles que utilizan las ondas sonoras para combatir el fuego. Seth Robertson y Viet Tran, dos estudiantes de ingeniería de la Universidad George Mason, en Virginia, aprovecharon la capacidad del sonido para separar el oxígeno del material que arde y conseguir que se extingan las llamas.

Pronto se dieron cuenta de que no todas las ondas sonoras son válidas. Los tonos agudos resultan ineficaces, mientras que los más graves de baja frecuencia, entre 30 y 60 hercios, sí pueden con el fuego. Algo similar a lo que había conseguido la agencia estadounidense DARPA con un dispositivo portátil y, por el momento, solo apto para sofocar pequeños incendios.

Volando se llega más rápido

Como si de Superman se tratase, los bomberos del futuro también podrán volar para luchar contra los incendios. Recientemente, Dubái ha adquirido varios equipos ‘jetpack’ como los que se utilizan en playas y parques acuáticos para elevarse sobre el agua mediante propulsión. Se trata del sistema Dolphin, diseñado para ayudar a los bomberos a moverse rápidamente por los canales de la ciudad emiratí, evitando las carreteras a menudo repletas de atascos.

Así, los bomberos se desplazan en motos acuáticas y utilizan el suministro de agua para elevarse cuando llegan al lugar del incendio y, a la vez, sofocar las llamas.

Equipados con exoesqueletos y cámaras térmicas

Los bomberos del mañana también podrían convertirse en una especie de Robocops. El fuego es una trampa en edificios de gran altura, por lo que toda protección es poca para acceder a ellos. Con esto en mente, en la Universidad Monash de Melbourne (Australia) han ideado un prototipo de exoesqueleto protector capaz de soportar hasta 95 kilosprototipo de exoesqueleto. Así, cuando el bombero tenga que cargar con peso, este se transferirá directamente al suelo aliviando su tensión física.

También con el fin de protegerlos, la multinacional de seguridad Scott Safety ha diseñado una cámara térmica que se integra en el equipo de respirador autónomo (ERA)cámara térmica. Los bomberos ya utilizan este tipo de cámaras para moverse por lugares donde el humo no les deja ver, pero deben sujetarlas con la mano, algo que reduce significativamente su movilidad. Con esta novedad podrán llevarla en el mismo respirador sin preocuparse de ninguna otra cosa. Además, su peso de 230 gramos hará que apenas noten más carga.

Los nuevos compañeros robóticos

En el futuro, los bomberos no estarán solos en las tareas de extinción. Junto a sus compañeros de carne y hueso, otros robóticos les facilitarán el trabajo. El fabricante de robots estadounidense Howe and Howe Technologies ha diseñado varios autómatas con forma de tanque destinados a combatir las llamas.

Hechos de aluminio y acero, resisten altas temperaturas y son capaces de lanzar 9.500 litros de agua por minuto. Se necesitaría la fuerza de 6 o 8 bomberos para controlar una potencia así, mientras que estos peculiares compañeros lo hacen solos.

Otro ejemplo es el robot humanoide capaz de caminar entre las llamas que utiliza la Marina estadounidense. Diseñado por la Universidad de Pensilvania y el Instituto Politécnico de Virginia, tiene como misión localizar y controlar incendios dentro de los buques. Para ello, está equipado con sensores inteligentes que detectan gases y llamas, y es capaz de manipular extintores como lo haría un humano.

Además, sus materiales están preparados para soportar más calor y durante más tiempo que los bomberos humanos. Incluso se convertirá en un buen compañero, ya que responde a gestos y comandos para trabajar en equipo.

A todo esto se unirán sistemas de comunicación e información mucho más avanzados, como los que ya se están utilizando en Nueva York. El departamento de bomberos de la ciudad cuenta con el algoritmo Fire Cast 2.0, que ordena datos de cinco instituciones diferentes.

Entre todas cubren 60 factores de riesgo que permiten disponer de información sobre más de 330.000 edificios de la ciudad y crear listas con los más vulnerables frente a los incendios. De este modo, cuando se recibe un aviso, los bomberos ya conocen la zona y los peligros a los que se enfrentan.

Si hoy en día los bomberos llevan a cabo una labor encomiable, imaginemos lo que serán capaces de hacer cuando se popularicen estos avances tecnológicos. Entonces, más que nunca, ser bombero será el sueño de cualquier niño.

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Las imágenes son propiedad, por orden de aparición, de Wikimedia y Jianzhen (Ken) Chen

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