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Un Brexit al ritmo de ABBA con la Unión Soviética de atrezzo

La primera ministra británica, Theresa May, bailando al ritmo del 'Dancing Queen' de ABBA, en el congreso del Partido Conservador.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Con unos acordes de ABBA y unos restos de telón de acero se llega al tramo decisivo de las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea para el Brexit. Y, todo ello, con una creciente ola de opinión británica, a la que se ha sumado el Partido Laborista de Jeremy Corbyn, a favor de una repetición del referéndum.

Las negociaciones prosiguen, pero no parece muy probable que se llegue a un acuerdo durante la cumbre de jefes de Gobierno de los próximos 17, 18 y 19 de octubre en Bruselas. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya anunció antes de la anterior cumbre de Salzburgo que haría falta otra en noviembre para zanjar el Brexit.

Mientras tanto, Theresa May ha conseguido ganar crédito suficiente en su partido como para seguir en Downing Street, y lo ha hecho al ritmo de ABBA, bailando el Dancing Queen ante los aplausos de su parroquia.

Después de ese baile de miércoles de la primera ministra británica; los acordes de la  banda sueca sonaron en la rueda de prensa del portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, al ser preguntado por las negociaciones del Brexit.

El reportero de The Daily Telegraph en Bruselas, James Crisp, plantea al portavoz una serie de cuestiones aludiendo a varios títulos de ABBA, como “¿'Voulez-vous' un acuerdo?” o “¿Daréis una oportunidad con May o ella tendrá que afrontar su 'Waterloo'?” El periodista aludía a canciones como “Take a chance on me” (Dame una oportunidad), “Voulez-vous?” (¿Quieres?) o “Waterloo”.

“¿Qué puedo decir?, las rupturas nunca son fáciles”, respondió el portavoz comunitario, citando la letra de “Knowing me, knowing you” (Conociéndome, conociéndote), con la que la banda ganó el festival de Eurovisión en 1974.

Pero la banda sonora de este tramo de negociaciones del Brexit no es lo único que retrotrae a tiempos de la Guerra Fría. 

El ministro de Asuntos Exteriores de May, Jeremy Hunt, comparó en el congreso Tory a la UE con la Unión Soviética –puestos a ponerse dramáticos, bien podría haber recordado actuaciones británicas en el Ulster o durante el Imperio–: “La UE se está comportando como la URSS, que prohíbe a la gente irse, y está convirtiendo su club en una prisión”. 

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, salió al paso de las declaraciones de Hunt: “Comparar la UE con la URSS es poco inteligente e insultante. La URSS significaba prisiones y gulags, fronteras y muros, violencia contra los ciudadanos y vecinos. La UE representa la libertad y los derechos humanos, la prosperidad y la paz”.

A pesar de los decibelios, fuentes consultadas por Euractiv aseguran que el acuerdo para el divorcio no está lejos, gracias a que se están moviendo las posiciones en relación con la frontera irlandesa –entre Irlanda del Norte, territorio de la UE, y el Ulster– tras el Brexit, algo que ha mantenido a las partes enfrentadas desde el principio. De acuerdo con fuentes de las negociaciones, también se está avanzando en otros asuntos relevantes, como los comerciales, así como en la idea de que haya protocolos propios para los casos de Gibraltar y Chipre.

El plan presentado por May hace dos semanas en Salzburgo y tachado de inaceptable por el presidente francés, Emmanuel Macron, planteaba la creación de un área de libre comercio para bienes, que no de personas, tras el Brexit, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera con Irlanda para mercancías. Así, el Reino Unido mantendría una equivalencia regulatoria con la UE para bienes, aunque no para servicios.

En todo caso, en noviembre hay que llegar a un acuerdo que ratifiquen los países. O hay acuerdo o no hay acuerdo, aseguran las fuentes, que alertan de que se entraría en una zona de riesgo parlamentaria si no hay acuerdo para noviembre. Después de la ratificación del acuerdo de retirada a principios de año, previsiblemente, habrá una reflexión previa a la negociación del mandato.

¿Y si no hay acuerdo? Sin acuerdo de comercio, el Reino Unido seguiría operando con la UE bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo que implicaría aduanas, controles y aranceles en bienes, así como largas colas para los viajeros. Y también hay dudas sobre qué pasaría con la posición del Reino Unido como centro financiero mundial y la frontera terrestre entre el Ulster y la República de Irlanda, además de cómo quedarían los ciudadanos de la UE en el Reino Unido y viceversa, que perderían derechos de residencia y acceso a urgencias médicas, por ejemplo. 

Mientras tanto, suena la música al ritmo de ABBA.

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