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Madrid se pone en cabeza de los contagios diarios, incapaz de reclutar rastreadores y a rebufo en las medidas frente a los rebrotes

El consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero y la presidenta Isabel Díaz Ayuso en una visita al hospital de Ifema.

Laura Galaup

7 de agosto de 2020 21:37 h

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La Comunidad de Madrid está sufriendo un repunte de la pandemia, mientras el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso admite que no ha podido reforzar suficientemente su sistema de rastreo por las dificultades para encontrar quienes puedan hacer un seguimiento de la expansión del virus. Este viernes, Madrid notifició 1.441 nuevos casos por delante de Catalunya y Aragón. El Gobierno regional, además, ha aportado datos contradictorios sobre el control que hace de la enfermedad, concretamente sobre los asintomáticos que detecta. La dinámica de la pandemia en Madrid se asemeja a la vivida en la provincia de Barcelona, aunque con quince días de diferencia y con un mayor retraso en la adopción de medidas. Teniendo en cuenta que el incremento de casos está siendo exponencial, y que el propio Gobierno autonómico detectó un cambio de tendencia, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso anunció una estrategia para prevenir la COVID-19, con la que pretendían duplicar la plantilla que debe realizar el seguimiento de los contactos de los casos positivos que ha sido incapaz de completar.

Los contagios se han multiplicado por más de catorce en el último mes, pasando de 285 detectados durante la semana del 15 de julio a 4.147 en los últimos siete días. En mayo, el Gobierno autonómico aseguró que contratarían 400 rastreadores, sin embargo en julio se desveló que esa cifra se había limitado a 182. Con la difusión del nuevo protocolo autonómico cuando los casos estaban ya disparándose, el Ejecutivo de Díaz Ayuso se comprometía a tener un equipo de 380 profesionales dispuestos a hacer ese trabajo a principios de agosto. 

A pesar de ese compromiso, el departamento autonómico de Sanidad no ha sido capaz de alcanzar las cifras prometidas. En una respuesta aportada por la Comunidad a través del portal de transparencia, la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, ha reconocido este jueves que “ante la dificultad de cubrir los puestos ofertados” se ha ampliado la oferta a “otras profesiones”, más allá de médicos y enfermeras, que se encuentren en el “ámbito de la biología y la educación social”. También han recurrido a pedir voluntarios en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y ha asignado el apoyo telefónico a este rastreo a una empresa privada.

Dificultad para encontrar rastreadores

En esa contestación Andradas también ha destacado que han contratado a once facultativos especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública y a 21 profesionales de enfermería, aunque esta última cifra supone “menos de la mitad del número de puestos ofertados”. Durante las últimas semanas la decisión de reclutar a voluntarios para realizar esta función, esencial para la contención de la pandemia, ha generado polémica y ha sido criticado por especialistas en epidemiología. 

La profesora asociada en la Escuela de Salud Pública Saw Swee Hock de la Universidad Nacional de Singapur Helena Legido-Quigley explica que no es recomendable externalizar el servicio ni contratar a voluntarios. “Llevamos seis meses insistiendo en que el sistema de rastreo se debe construir de la mejor forma posible fortaleciendo atención primaria, salud pública, que se coordinen. Es importante tener equipos multidisciplinares que se encarguen de los seguimientos de contactos de personas infectadas. Hacer test en menos de 24 horas y como mínimo conseguir el 80% de los contactos”, señala. 

A pesar de la reprobación recibida por gran parte de los expertos en Salud Pública, Andradas señalaba que están “incorporando personal voluntario” para “apoyo en las tareas, siempre supervisados por profesionales de plantilla y expertos”; aunque destaca que se está realizando “una rigurosa evaluación de la idoneidad de su perfil”. La asociación madrileña en Salud Pública ya insistió a finales de julio en que Madrid, con una población de más se seis millones de habitantes, debería contar con una red de rastreadores mucho más amplia, de entre 800 y 1200 personas. 

Los datos de asintomáticos publicados por la Comunidad de Madrid ha sido el último episodio utilizado por Ruiz Escudero para enfrentarse al Gobierno central, aunque haya sido a costa de contradecir los datos oficiales publicados por su propia Consejería. El informe semanal epidemiológico elaborado por la dirección general autonómica de Salud Pública, y fechado el 4 de agosto, recogía que el 37% de los casos analizados entre el 11 de mayo y 2 de agosto no tenían síntomas. El documento destacaba que este porcentaje se ha ido reduciendo, llegando al 19,4% en las dos últimas semanas y al 7,6% en los últimos siete días. 

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, explicó este jueves que el Ministerio de Sanidad se iba a reunir con la Comunidad para pedirle explicaciones por este porcentaje (situándolo en el 15%), ya que la media nacional se encuentra en el 50%. El consejero Ruiz Escudero ha reaccionado este viernes, obviando las cifras que recoge el informe de seguimiento epidemiológico que elabora su propio equipo, asegurando que “el dato de asintomáticos detectados” en Madrid es “del 60%”. En un vídeo que ha publicado en su cuenta de Twitter, el político del PP ha destacado que las declaraciones de Simón le parecen “una deslealtad” por “dar datos que no se corresponden con la realidad”

Horas después la Consejería ha optado por borrar el párrafo con los porcentajes de asintomáticos detectados que contradecían la cifra planteada por Ruiz Escudero sin aportar ninguna explicación. “El informe es provisional”, se limitaron a contestar durante la mañana de este viernes al ser preguntados por los diferentes porcentajes que aportaban fuentes oficiales. Al médico epidemiólogo Fernando Rodríguez Artalejo le resulta “inverosímil” la cifra del 7% recogida en el informe de Madrid. “No puede ser que solo el 7% de los casos en los últimos siete días son asintomáticos. En la práctica, supondría que no se está testando a nadie que no tenga clínica y es inverosímil”, apunta este especialista, que también es catedrático y director de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid. En su interpretación, asegura que en la Comunidad “se está haciendo algo” de seguimiento: “Si uno habla con la gente que está rastreando aseguran que están localizando a muchos contactos, ¿que sea suficiente? es otra cosa”.

Para Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Publica, la cifra eliminada del informe epidemiológico de Madrid también “es demasiado baja” y “nada realista”. “La única explicación es que no se estén realizando suficientes pruebas en Madrid a todos los contactos y personas de riesgo, incide. Por su parte, Fernando García, portavoz de la asociación madrileña de Salud Pública, explica que en Madrid ”solo se está detectando la punta del iceberg de los contagiados“.

Confrontación con el Gobierno central por Barajas

A pesar de las dudas generadas por las cifras contradictorias, el aumento exponencial de casos y el reclutamiento de rastreadores voluntarios, la estrategia del PP en la Comunidad de Madrid no ha abandonado la confrontación con el Gobierno central. Añadido al episodio de los datos (y su borrado) sobre asintomáticos, Ciudadanos, que también forma parte del Ejecutivo, continúa tratando de poner el foco en el aeropuerto. “Barajas sigue siendo un coladero para el virus”, publicaba el vicepresidente Ignacio Aguado en su cuenta de Twitter este miércoles. Un día después insistía en que “no exigir PCRs en origen ha sido la peor estrategia posible para nuestro sector turístico”. Por ahora, los propios datos de la Comunidad limitan a 111 los casos importados, es decir, los que han permanecido fuera de España todo el período de incubación de la enfermedad. Solo 111 casos de los 81.202 positivos detectados entre el 11 de mayo y el 2 de agosto, según los últimos datos oficiales publicados por el Gobierno autonómico. 

Ante la evolución de los casos, la semana pasada Madrid optó por imponer una estrategia parecida a la desarrollada por Catalunya semanas antes, limitando –aunque sin prohibirlo en este caso– el ocio nocturno y sumándose al resto de autonomías de la península –que habían adoptado la medida varias semanas antes– a la obligatoriedad de llevar mascarilla aunque exista distancia de seguridad. La Comunidad se resistió a tomar esta medida e, incluso llegó a vincularla, de nuevo, a los planes de control de Barajas. Para el portavoz de la asociación madrileña de salud pública la dinámica seguida por Catalunya y Madrid está siendo parecida. “La progresión de las cifras de Madrid es importante a partir del 21 de julio, cada semana se ha visto el doble de casos que la semana anterior”, destaca García. Analizando los datos de las dos provincias con grandes urbes, Madrid y Barcelona, se concluye que el número de casos detectados en la segunda entre la semanas del 6 al 19 de julio suma prácticamente los mismos casos (cerca de 5.000) que los positivos acumulados por Madrid dos semanas después, del 20 de julio al 2 de agosto.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, reconoció el 18 de julio que en Barcelona existía transmisión comunitaria, por su parte García explica que si finalmente se detecta este indicador en la Comunidad, presidida por Isabel Díaz Ayuso, habría que recurrir a medidas “más duras” como el confinamiento. “Se pueden llegar a plantear medidas drásticas en municipios con altos índices. Aunque lo ideal hubiese sido haberse anticipado”, sentencia García. Por ahora, Torrejón de Ardoz y Móstoles están en el foco de atención con la incidencia más elevada del virus en la región, con una incidencia similar a la que obligó a confinar a Lleida.

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